quarta-feira, 22 de julho de 2009

Estudiantes vuelve a hacer historia


Estudiantes de la Plata revalidó sus pergaminos de fines de los ’60 y logró su cuarta Copa Libertadores venciendo en la final y como visitante al difícil Cruzeiro de Belo Horizonte por 2 a 1 en el encuentro de vuelta en el Mineirao tras haber igualado en la ida 0 a 0.
No le faltaron virtudes a este Estudiantes para consagrarse campeón de la Copa, tuvo a un brillante Juan Sebastián Verón, jugador de gran categoría internacional que está dando los últimos pasos de una notable carrera y sueña con jugar su último Mundial en Sudáfrica. La prodigiosa pierna derecha del volante sumada a su empeño y su inteligencia contagiaron a todos sus compañeros quienes durante toda la Copa mostraron una gran voluntad de sacrificio y funcionaron como un gran equipo.
Atrás quedó la final perdida en la Copa Sudamericana el año anterior. Este equipo renació de las cenizas y con las ideas tácticas y la fortaleza anímica que infundió su nuevo técnico Alejandro Sabella se preparó para la conquista de América.
Ningún gol recibió como local desde que Sabella condujo el equipo en la Copa, lo que nos da una idea cierta de la solidez defensiva de este equipo con Desábato, Cellay, Ré, Angeleri mientras jugó y la incorporación del experimentado ex Boca Rolando Schiavi los últimos 4 partidos. Jugadores de buena marca, rápidos y con buena proyección los laterales; férreos y buenos cabeceadores en ambas áreas los centrales.
El arquero Andújar también transmitió gran seguridad bajo el arco y también en pelotas aéreas, por su rendimiento regular durante toda la Copa fue convocado por Diegop Maradona para defender la valla de la selección Argentina.
En el mediocampo se lució el pulpo Rodrigo Braña secundado por Leandro Benítez, preciso ejecutor de tiros libres y digno sucesor de Verón.
Enzo Pérez fue la revelación del mediocampo, tuvo claridad y cambio de ritmo además de una gran fuerza y fue desequilibrante en los últimos partidos.
Bosselli fue el goleador del “pincha” y de la Copa con 8 tantos y se reivindicó de un mal comienzo de temporada. Sabella le ratificó su confianza, aunque alternó algunos partidos con el veterano Calderón. Gastón “la gata” Fernández, autor del empate en el partido decisivo fue otro valor destacado por su gambeta y su rapidez en la resolución.
Tampoco defeccionó el uruguayo Salgueiro, autor de importantes goles durante las fases anteriores.
Sin dudas fue un equipo íntegro, que no se achicó de visitante ni en el Centenario ni en el Mineirao jugando de igual a igual, y que se hizo muy fuerte jugando en el Estadio único de La Plata.
No pudo Estudiantes en su estadio desenredar la telaraña defensiva que le impuso el equipo brasilero, aunque tuvo oportunidades de ponerse en ventaja como un par de tiros de Verón y un remate de Enzo Pérez desviados por el arquero Fabio, también pudo perderlo sobre el final cuando Kléber remató desviado desde inmejorable posición y con el arquero en el piso. Predominó el juego brusco y las agresiones que el árbitro Larrionda no supo o no quiso castigar como correspondían.
En la revancha Sabella supo plantearle a Cruzeiro un esquema que cortara los circuitos entre Kléber, Wellington, Ramires y Wagner entonces el equipo de Belo Horizonte intentó desbordar por los laterales y terminó tirando innumerables centros que fueron despejados por los grandotes de Estudiantes. Solamente tuvo una oportunidad en el 1º tiempo el equipo brasilero brillantemente anticipada por Andujar.
En el segundo tiempo tras un remate de media distancia de Henrique que desafortunadamente se desvió en Desábato, Cruzeiro abrió el marcador y empezó a manejar el balón, pero 5 minutos después y tras una gran jugada de Cellay, llegó el centro que conectó “la gata” Fernández y colocó el empate.
Cruzeiro sintió el golpe, pero Estudiantes no se amilanó, tuvo la suficiente capacidad física a pesar de la extensión del campo de juego y anímica sobre todo de ir a buscar el partido aprovechando las distracciones defensivas de su rival y fue así que un corner de Verón fue cabeceado de manera poco ortodoxa por Bosselli y la pelota ingresó de pique al suelo en el arco brasilero. Un murmullo de los 4000 hinchas platenses se escuchó en el infinito Mineirao. Faltaban 20 minutos y Estudiantes era el campeón.
Sufrió un poco al final con un tiro en el travesaño de Ribeiro y un par de pifiadas en el área chica, pero al final pudo levantar sus brazos en una cancha donde sólo Racing u Boca habían salido victoriosos.
Tras la hazaña el equipo de La Plata deberá reacomodarse puesto que Andujar y Fernández regresan a Europa, Angeleri y Alayes se recuperan de sus lesiones y algún otro jugador puede ser transferido. El mundial de clubes de Diciembre a realizarse en Diciembre de este año y gracias a los Petrodólares en Dubai lo aguarda, y allí seguramente se enfrentará con el Super Barcelona de Messi, Eto’o, Henry y Xabi.
Estudiantes puede ser campeón del mundo como hace 41 años en Old Trafford si se lo propone y mantiene la estructura. Será cuestión de esperar…

Aquel superclásico de la pelota naranja

La mítica pelota naranja reposa en el museo riverplatense

Alonso anticipa a Gatti y convierte de cabeza el primero

Las realidades de los dos grandes equipos argentinos durante la temporada 1985/86 eran muy diferentes.
Mientras River contaba con grandes jugadores como Francéscoli, Alfaro, Alonso, Morresi, Ruggeri, Gallego, Héctor Enrique y Amuchástegui entre otros dirigidos por el “Bambino” Veira, Boca estaba saliendo de una profunda crisis futbolística, económica y sobre todo institucional. Muchas de sus figuras habían migrado y gracias al aporte de “Puma Internacional” una empresa dedicada a la representación de jugadores perteneciente al cantante venezolano José Luis Rodríguez habían llegado procedentes de Atlanta Alfredo Graciani, Enrique Hrabina y Hernán Darío Gómez. El boliviano Milton Melgar y Carlos Tapia le aportaban la dosis de calidad a un equipo aguerrido con una de las defensas más duras que se tenga memoria.
River tuvo un paso arrollador por el torneo que le permitió consagrarse merecidamente campeón ante Vélez 5 fechas antes del final, pero no había podido dar la vuelta olímpica por invasión del público en el estadio Monumental de Nuñez.
En la siguiente fecha debía disputar el superclásico en la Bombonera, estadio de su eterno rival Boca Juniors y los de la banda roja, y sobre todo sus fanáticos, querían dar esa postergada vuelta.
Durante toda la semana previa solo se hablaba de eso, el partido había pasado a un segundo plano, hasta que hizo su aparición una invitada inesperada: la pelota naranja.
Cuenta la leyenda que Hugo Orlando “el loco” Gatti había pasado durante la semana por la fábrica local de Adidas buscando una pelota con un color que resaltara, puesto que se esperaba una lluvia de papelitos, cintas y serpentinas blancas con la salida de los equipos que taparían gran parte del campo de juego e impedirían ver con claridad la pelota.
Le ofrecieron una pelota modelo Tango, la misma de los mundiales 1978 y ´82, color naranja. Él recordó un partido que había disputado sobre la nieve en Kiev atajando con la selección argentina ante la Unión Soviética en 1976 y la aprobó.
Las autoridades de Boca le sugirieron al árbitro Francisco Lamolina la utilización del citado balón y el referee estuvo de acuerdo.
El clásico tenía un sabor especial para ambos equipos. Para los millonarios era la oportunidad de dar la vuelta en la casa de su eterno rival y además querían ganarles, como había sucedido en la primera rueda con aquel zapatazo de Alejandro Montenegro en el Monumental, se sabían superiores y no tenían ninguna presión, ya habían logrado el ansiado título después de 5 años de continuos fracasos.
Boca quería arruinarle la fiesta a su rival y además soñaba con llegar a la liguilla final que clasificaba equipos para la Copa Libertadores que comenzaría después del Mundial de México.
Llegó el tan ansiado día del partido y cuando salió River a la cancha y tal como se preveía una densa nube de serpentinas cubrió el sector del arco de la tribuna cabecera que da espaldas a calle Brandsen donde los se ubicaban los hinchas del millonario. Los jugadores agradecieron con aplausos y elevaron sus brazos como ofrenda y comenzó la tan ansiada vuelta, que en realidad fue “media vuelta”, ya que para no exacerbar a los hinchas más radicalizados de Boca y en resguardo de su propia integridad física decidieron suspenderla cuando regresaban hacia la mitad del terreno.
La pelota naranja se puso en juego y tal como se suponía River era quien mejor la trataba, pero no lograba prosperar en el campo por la labor de los mediocampistas xeneizes, y si superaban la línea de volantes, eran sometidos a una férrea marca de los defensores de Boca que a veces terminaban en violentas faltas.
A raíz de una de esas faltas sobrevino el tiro libre desde la derecha ejecutado por Roque Alfaro y el “Beto” Alonso entrando por el segundo palo pudo conectar de cabeza al gol ante el cierre desesperado del veterano Gatti que no pudo llegar.
En el segundo tiempo y con la pelota blanca original en lugar de la naranja (porque se retiraron la mayoría de los papelitos) Boca tuvo chances para empatar, inclusive jugó en superioridad numérica por expulsión de Montenegro. Pero faltando 5 minutos se cobró un tiro libre a favor de River y el zurdazo de Alonso pegó en la cabeza de Passucci, quien estaba en la barrera, desviando el balón y descolocando completamente a Gatti quien nada pudo hacer para evitar el gol.
Sin dudas Alonso tuvo una de las mejores tardes de su experimentada trayectoria y en el club de sus amores del cual se había ido en 1981 por desacuerdos con el entonces entrenador Alfredo Di Stéfano.
Transcurrió el encuentro hasta el final coronado por los vítores y aplausos de la parcialidad visitante que pudo observar una auténtica exhibición de fútbol.
Ese River se consagraría campeón de América y del mundo gracias al aporte de Juan Gilberto Funes y Alzamendi, quienes reemplazarían a Francéscoli y Amuchástegui transferidos a Francia y México respectivamente.
Boca mientras tanto ganaría la Liguilla clasificando a la Copa Libertadores y sucumbiendo en su grupo precisamente frente a River Plate.
La pelota naranja fue donada por el árbitro al museo de River Plate, donde actualmente está en exposición.

Síntesis del partido:

Boca (0): Gatti; Di Natale, Higuaín, Passucci, Hrabina; Melgar, Olarticoechea, Hoyos (Dykstra), Tapia; Rinaldi y Graciani. DT: Mario Zanabria.

River (2): Pumpido; Saporiti, Ruggeri, Karabín (Borelli), Montenegro; H. Enrique, Gallego, Alfaro, Morresi; Amuchástegui (Gorosito) y Alonso. DT: Héctor Veira.

Jugado el 6 de Abril de 1986
Estadio: Boca Juniors
Árbitro: Francisco Lamolina
Goles: Alonso 31´y 80´.

Incidencias: Expulsado Montenegro a los 65´.

Espectadores: 39.130

segunda-feira, 13 de julho de 2009

El Maracanazo no fue tan sorpresivo ni milagroso


Mucho se ha contado y escrito sobre el “Maracanazo”, aquella heroica gesta uruguaya en tierras brasileras en el partido decisivo del Mundial de 1950.
Recordemos que dicho encuentro no fue una final propiamente dicha, sino que como se trataba de una rueda definitoria en la que jugaban Brasil, Uruguay, Suecia y España todos contra todos, el azar quiso que Brasil y Uruguay, quienes disputaban su último partido definieran también el título. Brasil había vencido 7-1 a Suecia y 6-1 a España, los celestes habían empatado 2-2 con España y vencieron angustiosamente a los suecos 3-2 con un gol de Míguez faltando 5 minutos y tras haber estado casi todo el partido en desventaja.
Gtacias a estos resultados, Brasil solamente empatando era el campeón.
Pero Uruguay se sobrepuso a las dificultades en los partidos previos, al excelente juego del equipo brasilero, al clima adverso de las casi 200.000 almas presentes en el estadio y hasta a la desconfianza de sus propios dirigentes y logró torcer la historia revirtiendo el gol de Friaça con los tantos de Schiaffino y Ghiggia cuando todo Brasil festejaba la segura obtención del título.
Pero este título no fue tan sorpresivo ni milagroso como se recuerda y dado los antecedentes de los rivales que se conocían muy bien.
Uruguay estaba formado sobre la base de Peñarol, que en 1949 y bajo la conducción técnica de Emérico Hirsch se había adjudicado el torneo uruguayo de manera invicta ganando 16 de los 18 encuentros, y convirtiendo 62 goles.
Los jugadores aurinegros que integraban la selección eran: Roque Máspoli, arquero de gran trayectoria en el fútbol uruguayo, quien poseía una elevada estatura y un gran complexión física con una gran agilidad y un alcance de brazos envidiable. Obdulio Varela, volante central de buen quite, distribución de juego y remate de media distancia a los cuales agregaba su natural dote de mando que lo convertía en el técnico dentro de la cancha, pues ordenaba, alentaba y ubicaba a sus compañeros y provocaba gran respeto entre sus adversarios. Juan Alberto “Pepe” Schiaffino, finísimo volante izquierdo de gran toque y fina gambeta más un gran temperamento que había revolucionado al fútbol uruguayo con su aparición y el cual llegaría a jugar en el Milan y la Roma.
Omar “cotorra” Míguez, centrodelantero goleador y de gran técnica para jugar la pelota, buen cabeceador y solidario en la marca.
Alcides Ghiggia, wing derecho rápido y habilidoso quien fuera el hombre desequilibrante en aquella final y autor del segundo gol.
También era importante el refuerzo de la zaga central de Nacional integrada por Matías Tejera y Schubert Gambetta, dos aguerridos marcadores centrales, fuertes en la marca por arriba y por abajo y que se complementaban muy bien y el silencioso Julio Pérez, volante derecho “todoterreno” de buen toque y preciso quite.
Brasil, por su parte estaba integrado en su mayoría por jugadores de Vasco de Gama, equipo que se había consagrado como el mejor de Sudamérica en 1948, entre los que se encontraban el arquero Moacir Barbosa, oportuno en la ubicación y elástico atajador, quien lamentablemente fuera sindicado como el máximo responsable de la derrota y ninguneado hasta el final de sus días; el gran goleador Ademir, oportunista, potente, poseedor de un preciso remate con ambas piernas y buen cabeceador; Chico, wing izquierdo de buen desborde y diagonal, tenaz y voluntarioso; Augusto, defensor central vigoroso y gran conductor aparte de capitán de la selección y Danilo, volante central de excelente técnica, ubicación y gran precisión en el pase.
Maneca y Ely también habían jugado durante el torneo, pero el técnico Flavio Costa los suplantó a partir de la ronda final prefiriendo a Friaça y Bauer del San Pablo.
Pero la gran figura brasilera era el brillante Zizinho del Bangú, un exquisito conductor y gambeteador, poseedor de una gran cintura, un preciso pase y una envidable justeza en la definición; dueño de un carisma impresionante e ídolo de la torcida. Sin embargo a veces su exceso de temperamento lo pagaban sus marcadores, pues no tenía inconvenientes en devolver patadas y agresiones. Jair del Palmeiras era otro destacado jugador de una a aparente endeblez física, pero una gran técnica y un potente remate de izquierda.
Flavio Costa, técnico desde 1944, había dispuesto una gran concentración para los cracks brasileros que arrancaba desde Marzo en las termas de Araxá (Minas Gerais) y continuaba en Joá (Río de Janeiro) un mes antes del comienzo del torneo para alcanzar la mejor forma física y futbolística y probar el equipo que todavía no tenía definido y sobre el cual tenía algunas variantes, y luego de algunos partidos preparatorios, muchas dudas.
La Copa Río Branco se disputaba regularmente entre uruguayos y brasileros en partidos de ida y vuelta, aunque en la misma sede por el costo de los viajes y estadías.
Dos meses antes del mundial se disputó el primer partido de esta Copa en San Pablo donde venció Uruguay por 4-3 en Río de Janeiro. De los hombres de la final jugaron Máspoli, Matías González, O. Varela, Julio Pérez, Rodríguez Andrade, Miguez y Schiaffino contra Barbosa, Zizinho, Ademir, Jair y Chico.
Cabe destacar que en Uruguay ingresaron Gambetta y Ghiggia y decideron el partido a favor de los celestes tras una gran labor de Obdulio Varela, Julio Pérez y Schiaffino. También fue destacada la labor del arquero Barbosa, quien impido que la derrota fuera aún mayor. El mayor espíritu de lucha de los celestes, sumado a sus cualidades técnicas y a un fútbol de primer nivel consolidaron el triunfo de un equipo sin ninguna preparación física especial y con un técnico interino como el Sr. Romeo Vázquez.
La revancha se disputó en río de Janeiro una semana después y el equipo uruguayo fue el mismo a excepción de la entrada de Ghiggia como titular, Flavio Costa tampocco dispuso modificaciones y los brasileros vencieron por 3-2 aunque uno de sus goles fue posterior a un supuesto penal contra Míguez y el árbitro inglés Merrick demostró cierta parcialidad a favor de los locales. Una vez más Obdulio Varela y julio Pérez fueron los mejores jugadores, pero la lesión de Schiaffino alteró las posiciones tácticas de los celestes y en ese desorden ganó Brasil, aunque sin sobrarle nada.
Hubo que recurrir a un desempate, que se disputó el 18 de Mayo en el mismo escenario que el anterior. Uruguay dispuso a todos los jugadores de la final excepto Morán; Brasil jugó con Barbosa, Danilo, Friaça, Zizinho, Ademir, Chico, Juvenal y Bigode.
Tras un partido muy áspero en el cual Chico lesionó a Obulio Varela ganó Brasil por 1-0 con un gol de Zizinho a escasos minutos del final, aunque en el primer tiempo un remate de Ghiggia pegó en la base del poste derecho. El debutante Bigode y quien debía cerrar por detrás de él (Juvenal) no le encontraron la manera de detener al veloz puntero.
Tal circunstancia volvería a repetirse en la final.
Tras los tres partidos los uruguayos pidieron a sus dirigentes la designación de un técnico, el elegido fue Jan López quien ya los había dirigido en 1948 y tenía un trato afable con los líderes.
Los medios brasileros se encargarían de propagar el clima de euforia desmedida, aunque su selección no destacara en la cancha tenían un equipo impresionante con una preparación física y una dirección técnica envidiables que los hacían merecedores obtener la copa del mundo. Al fin y al cabo habían organizado su mundial para ganarlo, habían construido el estadio más grande del mundo, habían elegido al mejor técnico y éste a los mejores jugadores.
No podían fracasar, pero lo hicieron porque no tuvieron la misma fuerza anímica ante la adversidad que los uruguayos, su camino hacia la final fue menos dificultoso, el exceso de triunfalismo de dirigentes, políticos, medios y “torcedores” en general los terminó perjudicando sustancialmente. No supieron absorber toda esa carga extra que los erigía en máximos candidatos luego de la eliminación de Inglaterra e Italia.
Ellos sabían íntimamente que el rival a vencer era Uruguay, y se conocían demasiado, confiaban en sus individualidades, pero también sabían que los celestes tenían las suyas y que en un partido luchado los orientales se agrandaban, pues tenían esa dosis de temperamento extra llamada “garra charrúa”. Se sabían superiores, pero debían demostrarlo y nada menos que en la final. Cuando se pusieron en ventaja jamás imaginaron un empate uruguayo, pero el gol de Schiaffino fue un golpe demoledor que avivó todos los temores, y el segundo fue en estado catatónico al no poder despertar del primer shock. En esa incertidumbre y en la garra de 11 valerosos jugadores radicó el verdadero Maracanazo.

Síntesis de los partidos:

Copa Río Branco 1º partido
Estadio Pacaembú, San Pablo. 6 de Mayo de 1950
Árbitro: Barrick (Inglaterra)
Brasil (3): Barbosa, Mauro Olivera, Nilton Santos, Ely, Rui, Noronha, Tesourinha, Zizinho, Ademir, Jair, Chico. Técnico: Flavio Costa
Uruguay (4): Máspoli, Matìas González, Vilches, J.C. González, O. Varela, Rodríguez Andrade, (Gambetta), Britos (Ghiggia), J. Pérez, Míguez, Schiaffino, Villamide. DT: Romeo Vázquez.
Goles: Julio Pérez, Schiaffino (2), Míguez, Zizinho, Ademir (2)

Copa Río Branco 2º partido
Estadio Sao Januário, Río de Janeiro. 14 de Mayo de 1950
Árbitro: Barrick (Inglaterra)
Brasil (3): Barbosa, Mauro Olivera (Juvenal), Nilton Santos, Ely, Rui, Noronha, Tesourinha (Friaça), Zizinho, Ademir, Jair (Baltazar), Chico. Técnico: Flavio Costa
Uruguay (2): Máspoli, Matìas González, Vilches (Tejera), J.C. González, O. Varela, Rodríguez Andrade, (Gambetta), Ghiggia, J. Pérez, Míguez (Romero), Schiaffino (Gambetta), Villamide. DT: Romeo Vázquez.
Goles: Ademir (2), Nilton Santos (en contra), Chico, Villamide

Copa Río Branco Desempate
Estadio Sao Januário, Río de Janeiro. 17 de Mayo de 1950
Árbitro: Barrick (Inglaterra)
Brasil (1): Barbosa, Juvenal, Nilton Santos, Ely, Danilo, Bigode, Friaça, Zizinho (Jair), Ademir, baltasar, Chico. Técnico: Flavio Costa
Uruguay (0): Máspoli, Matìas González, Tejera, J.C. González (Gambetta), O. Varela (Pini), Rodríguez Andrade, (Gambetta), Ghiggia, J. Pérez, Míguez (Romero), Schiaffino, Villamide. DT: Romeo Vázquez.
Gol: Zizinho

Copa del Mundo Final
Estadio Maracaná, Río de Janeiro. 16 de Julio de 1950
Árbitro: Reader (Inglaterra)
Brasil (1): Barbosa, Augusto, Juvenal, Bauer, Danilo, Bigode, Friaça, Zizinho, Ademir, Fair, Chico. DT: Flavio Costa
Uruguay (2): Máspoli, M. González, Tejera, Gambetta, O. Varela, Rodríguez Andrade, Ghiggia, J. Pérez, Míguez, Schiaffino, Morán. DT: Juan López
Goles: Friaça, Schiaffino, Ghiggia.

terça-feira, 7 de julho de 2009

El equipo velezano se consabró tras 90 minutos dramáticos
El torneo clausura 2009 en Argentina llegó a su fin y Vélez Sarsfield (40) el nuevo campeón.
Tras 90 minutos con todos los condimentos posibles, el equipo del fortín venció 1-0 a Huracán (38) con un gol conquistado por el diminuto Maximiliano Moralez a falta de 7 minutos para el final y cuando la parcialidad de Huracán ya preparaba el festejo.
Sin dudas Vélez tenía la clave para la resolución de este torneo a 2 fechas del final cuando superaba a Huracán por 1 punto y a Lanús por 2 unidades. Debía jugar contra ambos, pero obtener 4 puntos sobre 6 en juego le garantizaba el campeonato, y eso fue lo que ocurrió.
Lo cierto es que el partido definitivo dejó polémicas tales como la jugada del gol en la cual el delantero Larrivey cometió un claro foul contra el arquero Monzón antes que Moralez le empuje hacia el arco, un penal no sancionado a Vélez durante el segundo tiempo cuando Arano cruzó muy fuerte a Cubero dentro del área, y un gol injustamente anulado a Eduardo Domínguez de Huracán al comienzo del partido por supuesto off side.
Todas esas jugadas duermen ahora en el arcón de los recuerdos y no alcanzan para juzgar como ilegítimo el título de Vélez, lo cierto es que ponen en el tapete la desafortunada actuación del árbitro Gabriel Brazenas y el juez de línea Ricardo Casas, quienes con sus errores perjudicaron de forma fatal al equipo del globito.
Empezó Vélez mejor el partido presionando sobre la salida de los laterales y tratando de cortar el circuito entre los volantes del globito. A los 20 minutos una violenta lluvia con caída de granizo mantuvo suspendido el partido por media hora.
Al reanudarse llegó la falta de Arano sobre Martínez y el consiguiente penal para Vélez.
Ejecutó el goleador Hernán Rodrigo López y el arquero “quemero” Monzón desvió brillantemente la pelota al corner. Tras el tiro de esquina un cabezazo del mismo uruguayo fue rechazado en la línea por “Chiche” Arano.
El primer tiempo se fue con un cabezazo del defensor de Huracán Pablo Goltz en el travesaño y Nieto no pudo capturar bien el rebote.
En el segundo tiempo Vélez apretó aún más pero sin poder vulnerar al arquero Monzón. Huracán empezó a manejar la pelota y el reloj, el empate lo coronaba campeón, hasta que llegó la jugada decisiva. Tras el gol y las reiteradas protestas del cuerpo técnico de Huracán, se agregaron algunos minutos al tiempo reglamentario durante los cuales el globo tuvo posibilidades de empatar en una escaramuza en el área velezana con muchos rebotes. Pero Brazaenas pitó el final antes que los empujones, manotazos, golpes de puño y protestas resultaran incontrolables.
El equipo campeón basó su campaña en el gran rendimiento defensivo, dos laterales con buena proyección al ataque, un mediocampo luchador y eficaz, la cuota de inspiración necesaria en el diminuto Moralez y el oportunismo de López y Cristaldo en el ataque. Mostró también una gran capacidad anímica para sobreponerse a resultados adversos y lesiones que le permitió dar vuelta partidos complicados.
Este equipo de Huracán seguramente pasará a la historia de los segundos más recordados que los campeones; realmente su fútbol de toque, gambeta y lujos cautivó a todos aquellos que disfrutan del típico estilo criollo. Será difícil olvidar esas combinaciones de alto nivel futbolístico entre Pastore, De Federico y Bolatti por citar a sus mejores jugadores.
Lanús (38) fue un equipo con características similares a Huracán, pero padeció algunas lesiones sobre el final que le impidieron pelear hasta la última fecha, sobretodo tras caer 4-1 ante Arsenal en la fecha 17. Fue el mejor equipo de la temporada (sumados apertura y clausura) conquistando 9 puntos más que el campeón Vélez. Tuvo al goleador del campeonato, el “Pepe” Sand secundado por Blanco, Salvio y Lagos como figuras.
Colón de Santa Fe (34) fue un equipo que desde el comienzo del campeonato estuvo en los puestos de vanguardia, pero sufrió una declinación anímica luego que Vélez le remontara un 2-0 como local que se transformó en 2-4. Ese quizás haya sido el punto de inflexión para ambos equipos. Vélez se convirtió en candidato y Colón fue un espectador de la lucha entre los punteros.
El factor mediante el cual Racing (30) terminó en la 5ta. Posición se llama Ricardo Carusso Lombardi. El mediático DT fue el principal responsable de salvar a la academia del descenso tras una meritoria campaña en la que obtuvo sus 30 puntos sobre 42 posibles.
Los 2 equipos platenses orillaron los 30 puntos, pero sus realidades están bien diferenciadas, mientras Estudiantes (29) con la conducción técnica de Alejandro Sabella consiguió enderezar el rumbo en el torneo y clasificarse para disputar la final de la Copa Libertadores ante Cruzeiro, Gimnasia y Esgrima (28) coronó una aceptable campaña que le permitió zafar del descenso, pero deberá disputar los partidos por la promoción para permanecer en la máxima categoría ante Atlético Rafaela.
River (27) transitó durante el torneo prometiendo arribar más lejos de lo que realmente llegó, pero siempre le faltó carácter para superar esos partidos que le permitían acomodarse arriba. Defeccionó el mediático “ogro” Fabbiani, y muchos de las campeones del 2008 estuvieron por debajo se su nivel futbolístico a excepción del colombiano Radamel Falcao García. Capítulo parte merecen los 3 arqueros utilizados durante el torneo, ninguno brindó seguridad en el arco millonario.
Godoy Cruz de Mendoza (26) se convirtió en una agradable sorpresa con su propuesta futbolística ofensiva tanto de local como visitante y no debió haber sufrido tanto para permanecer en primera.
Rosario Central (25) dilapidó muchos puntos al inicio del torneo, que de acuerdo a su posterior rendimiento hubieran evitado que tenga que disputar la promoción para permanece en primera división ante Belgrano de Córdoba.
San Lorenzo (24) tuvo un campeonato de transición marcado por su fracaso en la Copa Libertadores, y a pesar de contar con un muy buen plantel nunca apareció el equipo que había llegado al triangular final en el torneo anterior,la llegada de Diego Simeone promete aires de cambio en los azulgranas.
Boca Juniors (22) acusó el impacto físico del torneo anterior y el bajo rendimiento de su conductor Riquelme y se vió sorprendido al quedar eliminado en octavos de final de la Copa Libertadores. Ese fracasio y la baja performance durante el torneo motivaron e despido del técnico Carlos Ischia. Alfio Basile tomará nuevamente las riendas del equipo a partir del próximo apertura con la promesa de recuperar los laureles.
Independiente (21) cumplió durante el pasado torneo una paupérrima actuación sufirndo varias goleadas y sin encontrar nunca el rumbo futbolístico. Ni siquiera la llegada de Américo Rubén Gallego a la dirección técnica pudo cambiar la historia. Se avecina una gran “limpieza” de jugadores que el técnico considera prescindibles y hoy solamente Daniel Montenegro puede considerarse intocable.
Gimnasia de Jujuy (17) y San Martín de Tucumán (20) descendieron al Nacional “B” tras no poder superar los promedios De Gimnasia y Esgrima (La Plata) y Rosario Central.
Este ha sido pues el resumen integral de un torneo apasionante como pocos en el cual cabe destacar como figuras además de los antes mencionados a Otamendi y Zapata de Vélez, el interminable Verón y el arquero Andújar en Estudiantes, el goleador Fuertes de Colón.
Esperemos que el próximo torneo apertura que comienza en Agosto tanpoco nos defraude.

sexta-feira, 3 de julho de 2009

¿Quén será el nuevo campeón en Argentina?

Ricardo Gareca o Ángel Cappa pueden lograr el título el domingo

El próximo domingo a las 15.20 hora argentina se definirá el torneo clausura argentino. Curiosamente los designios del fixture coincidieron con los altas performances de Huracán(38) y Vélez Sarsfield (37) quienes definirán el campeonato siendo local éste último.
El equipo “quemero” le lleva al equipo del “fortín” 1 punto de ventaja, por lo que consiguiendo un empate se consagrará campeón.
La paridad entre ambos equipos y Lanús (35) que ya quedó fuera de competencia al empatar 1 a 1 con Vélez ha sido tal que no se han podido despegar en las últimas 3 fechas y fueron alternándose la punta.
Se espera una final apasionante donde el local deberá jugarse todo desde el primer minuto para obtener la victoria que le otorgue el título.
Por segunda vez en torneos cortos (desde 1991) sucede una definición entre los 2 primeros de la tabla. En aquel clausuura 1994 Independiente, que marchaba 2º, venció categóricamente a Huracán en el partido decisivo por 4 a 0 (¿habrá coincidencia?).
Claro, que este equipo de Huracán ha revolucionado al ambiente futbolístico por su juego vistoso, ofensivo y eficaz. Quienes tienen más de 45 años lo asocian inevitablemente con aquel mítico equipo del ´73 donde jugaban Brindisi, Babington y Housemann dirigidos por César Luis Menotti. De hecho es el equipo más goleador, 35 goles en 18 partidos, y han convertido goles casi todos sus jugadores.
No les falta razón a estos nostálgicos pues de la mano de Javier Pastore, un exquisito volante ofensivo; Matías De Federico, un delantero zurdo veloz y gambeteador; Mario Bolatti, volante central de gran quite y buen remate de media distancia; una defensa experimentada que mejoró en los últimos encuentros y un buen trabajo táctico con pelota parada, el equipo del globo se ha convertido en la revelación del torneo con la dirección técnica del experimentado Ángel Cappa.
Este Huracán ha batido todos los records anteriores en torneos cortos superando en puntos y partidos ganados inclusive al subcampeón de 1994. Venció a River 4-0 y a Racing 4-1, superó a su clásico rival San Lorenzo por 1-0 después de 8 años.
En este equipo priman las individualidades sobre el equipo, y allí se encuentra su punto débil, cuando no están encendidas sus figuras termina en un toqueteo intrascendente sin crear situaciones de gol.
Ha mostrado dosis de buen fútbol en sus últimas presentaciones (vs Arsenal), como asimismo dientes apretados y testosterona en otros (vs San Lorenzo) donde también lo acompañó la suerte.

Por el lado de los velezanos, el equipo dirigido por Ricardo “el tigre” Gareca está formado desde ese viejo axioma que reza “Los buenos equipos se arman de atrás hacia adelante”. De hecho es el equipo con la defensa menos vencida, 13 goles en 18 partidos, y al arquero Montoya no ha sido precisamente la gran figura.
Pues a partir de su solidez defensiva Vélez se ha transformado en un equipo compacto a través de sus defensores centrales: el experimentado Sebastián Domínguez y la joven revelación Nicolás Otamendi y sus laterales con gran proyección: Emiliano Papa por izquierda y Fabián Cubero por derecha cubiertos desde el medio por Víctor Zapata y la revelación Franco Razzotti.
Del medio hacia delante se destacan el manejo del pequeño Moralez y la capacidad goleadora del uruguayo Hernán Rodrigo López.
Es un equipo en el cual el juego colectivo predomina sobre las individualidades, por eso se explica que el técnico no haya encontrado el compañero ideal para López en el ataque, primero probó con Larrivey, luego optó por Cristaldo, actualmente lesionado y ahora para el partido decisivo optó por el “burrito” Martínez, quien no ha tenido un rendimiento parejo en el actual torneo, pero seguramente lo conformó en las prácticas.
Vélez ha demostrado durante todo el torneo ser un equipo duro de aguantar por su persistente ritmo y su gran capacidad física, sus mejores encuentro fueron la remontada 4-2 frente a Colón de visitante luego de ir perdiendo 2-0 y el triunfo frente a Newell´s por 2-0 hace 2 fechas.
Es un equipo con una gran fuerza anímica para dar vuelta resultados como lo demuestran los empates frente a Racing (2-2) y Lanús en la última fecha (1-1) por lo que nunca se puede dar un partido totalmente ganado frente a ellos.
Los naipes están sobre la mesa, ambos equipos han mostrado sus virtudes que los han conducido a la cima de las posiciones, cuando el árbitro Gabriel Brazenas pite el comienzo terminará otro de los capítulos inolvidables del viejo y querido fútbol argentino.
Probables formaciones:
Vélez Sarsfield: Montoya; G. Díaz, Otamendi, S. Domínguez, Papa; Cubero, Razzotti, Zapata; Moralez; J.M. Martínez y H.R. López.
Huracán: Monzón; Araujo, E. Domínguez, Goltz, Arano, L. Díaz, Bolatti, Toranzo; Pastore; De Federico y Nieto.

PARA COMPARTIR EN OSCLASSICOS.COM