quarta-feira, 24 de novembro de 2010

El día que un bicho colorado casi pica a una "Vecchia signora" (parte 2)

Una página del programa oficial con la presentación del equipo argentino.
Borghi y Platini figuras de los equipos finalistas

Ambos entrenadores confiaban en sus fuerzas. Trapattoni sabía que contaba con un gran plantel más allá de las partidas de Paolo Rossi al Milan y Boniek a la Roma. Habían llegado Aldo Serena del Torino y una joven promesa danesa de21 años que respondía al nombre de Michel Laudrup y venía de la Lazio. Aunque los nuevos jugadores tenían características diferentes que los que partieron, pronto Trapattoni se las ingenió para que congeniaran con la idea futbolística del plantel. De hecho al momento de disputar la Copa Intercontinental la Juve era el puntero de la Liga aventajando por 3 unidades al Nápoli de Diego Maradona y habiendo disputado un partido menos por el viaje a Tokio. Sabía que Argentinos Juniors jugaba con 3 puntas, por lo que Cabrini se haría cargo de Castro, Bonini de Ereros y Favero de Borghi quedando Scirea como líbero, en el medio Brio y Mnfredonia serían los encargados de ostaculizar a Commisso y Videla jugando Platini libre y Mauro como volante derecho con llegada, arriba Laudrup aparecería por izquierda arrancando de atrás para juntarse con el francés aprovechando su velocidad y Serena jugaría por todo el frente de ataque.
Yudica conocía de sobra el poderío de los rivales, pero no estaba dispuesto a aceptar el papel de partenaire porque confiaba en la experiencia de su equipo y en el desequilibrio individual de Borghi, Castro, Ereros o Commisso. Entendía que podía complicar a los italianos jugando con 3 puntas y Borghi saliendo del área y arrastrando a su marcador podía para permitir la llegada por sorpresa de Commisso o Videla.
También contaba con las proyecciones de Olguín por el centro y Villalba o Domenech por sus laterales, por lo que a veces sumaba hasta seis jugadores en posición ofensiva. En el medio su mayor preocupación se llamaba Michel Platini, en un principio lo marcaría Batista, pero si lograba progresar en el campo de Juego lo tomarían marcando en zona. El quipo era exactamente el mismo que ganó la Copa Libertadores y salvo Borghi todos habían sido campeones con Saporiti por lo que muchos jugaban “de memoria”. En el torneo argentino ocupaban la tercera posición a 6 lejanos puntos del revolucionario River Plate del “Bambino” Veira, sin dudas habían dejado algunos puntos en el camino por la evidente fatiga de la Copa Libertadores que había terminado en Octubre.
Había llovido los dos días anteriores al encuentro en Tokio por lo que el terreno de juego que en apariencia estaba aceptable con el trámite del partido se iría deteriorando y muchos jugadores terminarían cubiertos de barro. El día del partido el cielo presentaba un color plomizo que contrastaba con el brillante juego que se observaría en el estadio Olímpico de Tokio.
El partido comenzó con el dominio de la pelota por parte de Argentinos Juniors ante una desconcertada Juventus a la cual le costaba tomar las marcas. Las diagonales de Ereros complicaban a su marcador Bonini y en un par de oportunidades tuvo que intervenir Scirea para cerrar oportunamente. La primera oportunidad del encuentro fue un corner ejecutado por Borghi desde la derecha que se cerró violentamente obligando al esforzado manotazo de Tacconi para desviar la pelota por sobre el travesaño.
Una peligrosa entrada al área de Mauro es detenida por Domenech con aparente falta no sancionada por el árbitro alemán.
A los 17 minutos Serena baja de cabeza un centro de Favero desde la izquierda y Laudrup pifia desde una buena posición. Serena remata débil dos minutos después.
En un buen contraataque de Argentinos Juniors Castro remata desviado. Poco a poco comienza a desarrollarse un partido emocionante.
A los 29 minutos aparece en toda su dimensión Michel Platini, quien tras una buena jugada es rodeado por Batista, Domenech y Olguín creando el espacio mínimo para un remate que se pierde apenas rozando el segundo palo.
Juventus ha superado la sorpresa inicial que le produjo Argentinos Juniors manejando el balón y comienza a dominar el mediocampo a partir de la firmeza defensiva de Scirea y Brio junto al despliegue de Mauro y Manfredonia por las bandas, quienes ayudan en la marca a Bonini y Cabrini respectivamente y se proyectan aprovechando las subidas de los laterales argentinos. Las contadas apariciones en escena de Platini juntándose con Serena y Laudrup crea también preocupaciones a la última línea de los “bichos colorados”.
Castro es controlado por Cabrini y solamente el retroceso de Borghi para asociarse con Videla y Commisso y la movilidad de Ereros ubicándose entre Bonini y Favero complica a la firme defensa italiana como cuando a los 33 minutos una combinación entre Videla y el puntero izquierdo culmina con un centro que Scirea alcanza a rechazar antes que Borghi alcance el balón para definir o cuando otra entrada de Ereros a los 37 minutos termina con un débil remate que Tacconi atrapa sin inconvenientes. La primera etapa se termina inexorablemente con la sensación que cualquiera de los dos equipos puede abrir el marcador cuando se lo propongan, pero sin dudas lo mejor estaba por llegar.
Apenas comenzado el complemento Serena peina un despeje largo de Scirea, la pelota va hacia Laudrup, quien en posición de offside elude a Vidallé y convierte pero el árbitro anula el tanto a instancias del juez de línea. Es un aviso para Argentinos Juniors.
A los 52 minutos una preciosa jugada a dos toques entre Villalba y Castro por la derecha termina en un centro para la ubicación de Borghi que Tacconi descuelga brillantemente.
Dos minutos después Castro le gana la espalda a Cabrini por primera vez en el encuentro recibiendo nuevamente de Villalba coloca el centro que pega en la mano de Manfredonia, aunque el árbitro entiende que involuntariamente, y la pelota se va al corner. Borghi ejecuta el tiro de esquina y nuevamente Tacconi se luce conteniendo la pelota espectacularmente.
Un minuto después Olguín se lanza al ataque, toca para Videla, quien coloca una pelota para el pique de Borghi por el centro del área, Ereros se anticipa entre los defensores y toca la pelota por encima de Tacconi con gran precisión colocando el 1-0.
Juventus acusa el golpe y durante 5 minutos Argentinos Juniors monopoliza la pelota y las situaciones ante el estupor de los dirigidos por Trapattoni y del público que los apoya fervientemente. Sin embargo no puede aumentar la ventaja porque adolece de precisión para definir en los últimos metros.
El equipo italiano reacciona tibiamente cuando un tiro libre de Cabrini es conectado de “palomita” por Serena y la pelota se va cerca del poste.
A los 62 minutos Borghi deja en el camino a 3 jugadores, habilita a Ereros entrando libre por la izquierda, pero éste se demora algunos segundos y deja en offside a Castro quien define entrando por el medio en la jugada que pudo cerrar el encuentro. En la jugada siguiente Platini tira un centro medio que Serena baja con el pecho pero no alcanza a dominar el balón porque es empujado por Olguín dentro del área y el árbitro Roth sanciona el correspondiente penal. Platini lo convierte sin preámbulos, la pelota va hacia un palo y Vidallé hacia el opuesto.
Tras un tirón en su pierna izquierda el capitán italiano Scirea abandona el terreno reemplazado por Pioli. A los 67 minutos Mauro ejecuta un corner desde la derecha, un rechazo de la defensa es amortiguado por el pecho de Platini y su definición posterior es antológica colocando la pelota en al ángulo superior más lejano de Vidallé, un verdadero golazo que es invalidado por un evidente offside de Serena que a criterio del referee molesta al arquero argentino aun a sabiendas que el juez de línea de Singapur no había levantado su bandera y reclamaba airadamente que el gol era legítimo al igual que los jugadores italianos. Todo sigue igual.
El partido no da respiro, los 22 protagonistas no juegan solamente una final, sino que se esfuerzan para elaborar las mejores jugadas.
Trapattoni dispone el ingreso de Briaschi por el agotado Mauro para torcer la historia.
A los 75’ un genial pase de Borghi para la entrada por derecha de Castro culmina con la pelota en la red tras una magnífica definición del puntero derecho sobre la humanidad del arquero, 2-1 y otra vez a remontar la desventaja para el equipo europeo.
Minutos después Commisso sufre un tirón que será determinante para su continuidad en la cancha. Yudica, sin embargo, no lo reemplaza ni realiza cambios tácticos para mantener el resultado como ser el ingreso de un jugador de mayor marca como Pellegrini o un buen distribuidor de balón como J.J. López, se mantiene fiel al manual de estilo futbolístico del equipo de La Paternal y será campeón o no manteniendo la propuesta de ataque que le resultó fructífera para llegar a Japón cuya mejor defensa es la tenencia del esférico.
Pero el destino le jugará en contra, pues faltando 8 minutos un tiro libre de Cabrini es despejado a medias por la defensa argentina, la toma Laudrup quien toca para que Platini se la devuelva y pica libre rompiendo el achique de la última línea, la pelota llega “sucia” al francés pues rebota en la mano de Videla, pero no puede impedir la excelente devolución para el danés quien recibe la pelota, elude a Vidallé y convierte el empate desde un ángulo muy cerrado.
El público delira no solo con el empate de la “Vecchia Signora” sino también con el inolvidable encuentro que están presenciando y quedará grabado para siempre en sus retinas.
Antes del final quedan un tiro desviado de media distancia disparado por Batista que hace revolcar a Tacconi sin que la toque y dos tiros débiles de Platini y Castro que los arqueros detienen sin problemas.
Es encomiable el esfuerzo de Pavoni y Domenech en los últimos minutos y ante la arremetida de los turineses, pero Commisso dice basta y en su lugar ingresa Corsi, un volante de menor sacrificio pero mayor técnica, cuando al partido le queda un suspiro.
Deben ir al alargue. Enseguida, Renato Corsi golpea a Braschi en uno de los pocos foules fuertes del partido y recibe la correspondiente tarjeta amarilla.
El cansancio se empieza a sentir en algunos jugadores y aparecen algunos calambres y piernas fuertes por la consiguiente falta de reacción. Ante la ausencia de Commisso y el empuje de Juventus que parece contar con mayor resto físico apretando en el mediocampo aunque sin llegar al área con claridad emergen Domenech, Pavoni y Batista como los héroes de la resistencia de Argentinos Juniors.
Antes del entretiempo los “bichos colorado” cuentan con una irrepetible oportunidad de sentenciar la final cuando una pelota en profundidad colocada por Videla para Borghi culmina con un brillante enganche del juvenil frente a dos rivales y un centro que Ereros pifia desde una magnífica posición rematando muy desviado al segundo palo.
En el segundo tiempo de la prórroga Cabrini de tiro libre asusta a Vidallé, pues la pelota había rozado circunstancialmente en la cabeza de Borghi.
Minutos después un buen pase de Brio desde mitad de cancha llega para el pique de Cabrini que gambetea a la carrera a Vidallé y es frenado con vehemencia por Olguín, quien le comete una evidente falta en el área a un metro de la línea de meta. A pesar que los italianos y el público reclaman penal Volker Roth hace señas para que se realice el saque de arco.
Faltando 3 minutos Platini recibe una pelota bajada de cabeza por Briaschi tras un saque de arco muy preciso y remata de sobrepique aunque algo mordido, la pelota se va junto al palo izquierdo de Vidallé.
Juan José López ingresa por Ereros faltando un minuto con la evidente intención de ser uno de los ejecutantes de los penales que se avecinan. Todavía queda tiempo para un tiro libre de Platini casi desde el vértice derecho del área que quiere sorprender a Vidallé con una comba al segundo palo pero el cansancio le impide lograr su propósito y la pelota termina mansamente en las manos del portero argentino.
Ha concluido un partido que será recordado como una de las mejores finales intercontinentales. Un encuentro cambiante y plagado de jugadas de peligro y otras polémicas, con grandes intérpretes en ambos equipos y un ritmo infernal que no daba tregua para el análisis puesto que una acción se superponía con la otra.
Brio y Olguín convirtieron los primeros penales, Cabrini estableció el 2-1. Batista tiró a la izquierda y Tacconi detuvo el balón. Serena estiró ventaja y J.J. López colocó el 2-3 parcial aunque el arquero italiano alcanzó a rozar la pelota.
Vidallé contuvo el penal de Laudrup y cuando José Luis Pavoni tenía la oportunidad de empatar pero disparó al medio de arco y Tacconi atajó su bombazo. Platini tuvo la responsabilidad de definir el pleito y no falló definiendo con gran categoría suave al palo izquierdo de Vidallé que se había arrojado al poste opuesto.
La “Vecchia signora” se convertía con justicia en el mejor equipo del Mundo a pesar de haber encontrado un inesperado escollo que estuvo a punto de arruinarle la Copa. No obstante Argentinos Juniors tuvo un gran reconocimiento, no solo por parte de los jugadores y el técnico italiano, sino también del respetuoso público local que los aclamó con fuertes aplausos al momento de recibir las medallas de rigor y del comentario de toda la prensa mundial sorprendida por el juego desplegado por el ignoto equipo argentino y fundamentalmente por Claudio Borghi quien fue transferido al Milan en 1987 aunque solamente jugó un torneo menor durante la pretemporada porque el equipo rossonegro tenía cubierto su cupo de extranjeros, por lo tanto fue cedido a préstamo al Como y luego transferido al Neuchâtel de Suiza (1) donde comenzaría su carrera de trotamundos dejando en cada puerto pinceladas de su calidad, ya que nunca más volvió a ser desequilibrante como en sus comienzos en el club de La Paternal.
De vuelta a casa Argentinos Juniors finalizó 4º en el torneo de primera división a 12 lejanos puntos del destacado campeón River Plate, que lo eliminó de las semifinales de la Copa Libertadores del año siguiente tras un desempate que finalizó sin goles y donde debido a la intrincada reglamentación los millonarios llegaron a la final por diferencia de gol en esa fase. El triunfo en la Copa Interamericana a fines de ese año ante el Defense Force de Trinidad y Tobago por 1-0 con un gol del recordado panameño Dely Valdez en lo que fue el cierre del ciclo más glorioso de la historia del club.
La Juventus finalmente se adjudicó el título de la Liga Italiana de 1985/86 aventajando por 4 unidades a la Roma y clasificó nuevamente para jugar la Copa de Campeones de Europa donde rápidamente cayó en Turín en los octavos de final y por penales ante Real Madrid tras perder y ganar por 1-0.
Y como diría Joan Manuel Serrat: “Vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su pobreza”. Mientras la Juventus ganó 5 scudettos y 2 Copas de Italia más hasta nuestros días sin contar las ligas de 2004/5 y 2005/6 donde fue despojado del título y enviado al descenso por decreto (2). Tras superar exitosamente la Serie B en 2006/7 volvió a primera división a fines de ese año. En el plano internacional conquistó en 1996 la Copa de Europa y la Intercontinental de la mano de Alessandro del Piero más las Copas UEFA de 1990 y 1993 y la Copa Intertoto de 1999.
Los años posteriores de Argentinos Juniors transcurrieron con más pena que gloria sufriendo dos descensos en 1996 y 2002, festejando sus posteriores ascensos en 1997 y 2004 y con elbroche de oro del título conseguido en el Torneo Clausura 2010 bajo la conducción técnica de Claudio Borghi que le permite jugar la Copa Libertadores de 2011 luego de dos décadas y media aunque con un plantel que difiere de aquel que se consagrara campeón en mayo último por diáspora de algunos de sus mejores valores y con “Pipo” Gorosito (por ahora) en la dirección técnica en lugar del “bichi”. Internacionalmente su logro más importante fue llegar a las semifinales de la Copa Sudamericana en 2008 donde cayó ante Estudiantes de la Plata.
Los caminos futbolísticos de Juventus y Argentinos Juniors jamás volvieron a cruzarse, pero nadie olvidará el día en el cual Platini, Borghi, Laudurp, Ereros, Cabrini, Serena y demás se mezclaron en Tokio para jugar una de las más apasionantes finales que se recuerden.



Síntesis:
Copa Intercontinental edición 1985
Día: 8 de Diciembre de 1985 – 12 hs (hora de Tokio)
Estadio Nacional de Tokio – Espectadores: 62000
Juventus: Tacconi; Bonini, Scirea (Pioli), Favero, Cabrini; Brio, Mauro (Briaschi), Manfredonia, Platini; Serena y Laudrup. DT: Trapattoni
Argentinos Juniors: Vidallé; Villalba, Olguín, Pavoni, Domenech; Commisso (Corsi), Batista, Videla; Castro, Borghi y Ereros (J.J. López). DT: Yudica
Árbitro: Wolker Roth (Alemania Federal)
Goles: Ereros (AJ) 55’, Platini de penal (J) 63’, Castro (AJ) 75’, Laudrup (J) 83’.
Definición por penales: Por Juventus (4) convirtieron Brio, Cabrini, Serena y Platini. Laudrup malogró su tiro. Por Argentinos Juniors (2) convirtieron Olguín y J.J. López. Batista y Pavoni malograron sus tiros.


(1) El Milan contrató además en 1987 a Gullit y Van Basten quienes con el Suizo Bianchi completaban el cupo de 3 extranjeros, por lo que Arrigo Sacchi lo descartó. Cuando Borghi retornó al club al año siguiente ya se había incorporado Frank Rijkaard entonces el argentino ya no tenía lugar en el equipo milanés sin contar que su temporada en el Como había sido apenas discreta.
(2) En Junio de 2006 estalló en Italia el escándalo de las escuchas telefónicas por la designación de árbitros que beneficiaban a Juventus, Milan, Fiorentina y Lazio y. La Juventus fue despojada por la Federación italiana de los títulos logrados deportivamente en las temporadas 2004/5 (se declaró desierto el título) y 2005/6 (se adjudicó al Inter). Se lo rebajó a la segunda división y se le descontaron 30 puntos, que finalmente fueron 17 luego de presentar una apelación. A pesar de la reducción de puntos y del éxodo de varias de su figuras ascendió sin mayores inconvenientes ganando la serie B.

quinta-feira, 11 de novembro de 2010

La triste realidad de River y Boca

La situación que viven Boca y River previa al superclásico más devaluado de los últimos tiempos no es obra de la casualidad sino que es el corolario de errores y desaciertos de entrenadores y técnicos a lo largo de los últimos dos años.
No es común que a una semana del magno encuentro el técnico de River, Angel Cappa, haya sido forzado a renunciar y que en la vereda de enfrente se dude de la continuidad de Claudio Borghi a pesar de haber sido ratificado por la dirigencia al menos hasta el clásico.
No es normal tampoco que los dos equipos grandes de Argentina no solamente no peleen campeonatos desde sus últimos títulos (Boca en el Torneo Apertura 2008, River en el Clausura del mismo año) sino que tampoco hayan clasificado para la Copa Libertadores ni mucho menos para la Sudamericana, la cual jugaban hasta 2009 por invitación y a partir de entonces cuando la Copa empezó a tomar vuelo la Conmebol decidió que debían disputar una clasificación.
Es inverosímil que River esté peleando por no descender de categoría a pesar que todavía está holgado por las magras campañas de los ascendidos Quilmes y Olimpo de Bahía Blanca y por lo tanto tendría la oportunidad de disputar la promoción si se mantuviera en su posición actual. Boca también puede comenzar a mirar de reojo el promedio desde el próximo torneo si no se endereza.
La situación actual del fútbol argentino nos hace retroceder 25 años cuando River terminaba penúltimo pero zafaba del descenso directo porque la AFA había establecido el tema de los promedios de las últimas temporadas a partir del Torneo Metropolitano de 1983 tras el descenso de San Lorenzo producido en 1981. No obstante el que no zafó de descender en ese fatídico 1983 fue Racing de Avellaneda quien ya se había salvado milagrosamente un año antes. Los problemas de River comenzaron a fines de 1981 cuando Kempes, Ramón Díaz y Passarella dejaron el club porque el dólar se había ido a las nubes y la dirigencia encabezada por Rafael Aragón Cabrera no podía respetarle sus contratos. Una huelga de los jugadores que permanecieron en el club provocó que durante varios partidos tuvieran que jugar los juveniles que no estaban preparados para semejante responsabilidad y muchos se declararon libres. Fillol inclusive fue transferido a Argentinos Juniors alegando un problema de marca con la indumentaria que nunca quedó demasiado claro. Desfilaron por el banco de suplentes 5 técnicos – Varacka, Pando, Dominichi, Cubilla y Vairo – sin poder sacar al equipo del pozo entre 1983 y 1984. Al año siguiente y tras la asunción de Hugo Santilli como presidente llegaría la resurrección de la mano de Francéscoli, Morresi, Alonso, Alfaro y Amuchástegui entre otros dirigidos por el “Bambino” Veira.
El Boca la situación era parecida, el equipo campeón de 1981 se había desarmado casi por completo solamente sobrevivían Gatti, Krasouski, Ruggeri, Córdoba, Alves y Mouzo, pero las deudas por obras inconclusas, los juicios que se apilaban en tribunales, las continuas exigencias de jugadores y personal por sueldos atrasados, el alquiler de diversos escenarios ante la suspensión de la Bombonera por cuestiones de seguridad llevaron al club al borde de la quiebra y a un serio deterioro institucional del cual varios dirigentes renunciaron por acusaciones, se nombró un interventor que decretó la convocatoria de acreedores. Al igual que River en algunos encuentros del torneo Metropolitano de 1984 tuvieron que actuar juveniles con los mismos lamentables resultados de quienes todavía no están preparados para la primera división. Fue patético observar en el encuentro frente a Atlanta que los jugadores ni siquiera tenían camiseta para jugar y terminaron haciéndolo con una casaca blanca con los números pintados con un marcador que terminaron destiñéndose en el transcurso del partido. Boca terminó antepenúltimo en ese torneo y desfilaron por la dirección técnica el zurdo López, DIno Sani, Grillo y Zanabria. Fue recién a partir de la llegada de Antonio Alegre, su principal acreedor, a la presidencia del club y el convenio con la empresa del cantante venezolano José Luis Rodríguez que comenzaron a llegar refuerzos de jerarquía, pues el plantel fue prácticamente vaciado. Así arribaron sucesivamente Graciani, Torres, Tapia, Hrabina, Olarticoechea, Brown, Comas y Marangoni que lograron mejorar la imagen futbolística hasta llevar a Boca al cuarto puesto en 1987.
Como dato preciso puede agregarse que en el torneo metropolitano de 1984 Argentinos Juniors (51) fue campeón, Ferro Carril Oeste (50) fue segundo y Estudiantes de La Plata fue tercero (48). El mejor equipo de los grandes fue River (43) que terminó en cuarta posición compartida con el modesto Racing de Córdoba.
Sin embargo la situación actual radica en ambos casos en la falta de reacción ante la continuidad de los técnicos campeones en 2008. Mientras que a Simeone en River se le permitió quedar último en el torneo siguiente casi con el mismo equipo que resultara vencedor a excepción de Carrizo y Ortega; a Ischia, quien era muy resistido en Boca, le indicaron la puerta de salida cuando faltaban dos fechas para terminar el Clausura 2009.
La grave crisis mundial por la caída de las bolsas en Estados Unidos afectó también la economía de los clubes más importantes que tuvieron que hacer algunos ajustes reduciendo sus planteles en desmedro de grandes incorporaciones y priorizando a los juveniles. Como el mercado europeo también se encontraba deprimido transfirieron a los jugadores que consideraban económicamente potables y dejaron libres o prestaron a los que consideraban prescindibles. Ante las reducidas posibilidades de repatriar estrellas de renombre desde Europa comenzaron a circular en el fútbol argentino jugadores sudamericanos, fue así que llegaron paraguayos, uruguayos, chilenos, colombianos, peruanos, ecuatorianos de diversas características desconocidos por el público y la prensa argentina con destino a casi todos los equipos de primera. Por lo tanto la ventaja futbolística con la que históricamente contaban los grandes por sobre los demás equipos se redujo.
Llegó Gorosito a River pero se encontró con un equipo de poca jerarquía y sin gol, pues las partidas de Radamel Falcao García y Abreu lo privaron de mayor poder ofensivo y el mediático Cristian Fabbiani no logró responder a las expectativas creadas a su llegada. Sumada a esta situación varios desacoples recurrentes en la última línea. Tras un paso discreto por el Clausura 2009, las eliminaciones en primera rueda de la Copa Libertadores y posteriormente de la Sudamericana más la falta de refuerzos que solicitara oportunamente al comenzar el Apertura de ese mismo año a excepción de las vueltas de Ortega, Gallardo y Almeyda – aunque no en su plenitud física –- forzaron su salida tras perder ante San Lorenzo en la 7ma fecha cuando acumulaba solo 5 unidades.
Igual suerte corrió el “Coco” Basile, quien venía de una poco fructífera actuación en el seleccionado nacional, atravesó el Apertura 2009 con una discreta actuación y un amago de renuncia tras caer como local ante Godoy Cruz de Mendoza, pero no encontró el mismo equipo que en su anterior ciclo, las lesiones crónicas de Riquelme y Battaglia, el bajo nivel de Abbondancieri e Ibarra y la falta de una compañía como era Rodrigo Palacio para Palermo o Viatri originaron que el equipo pierda esa identidad que arrastraba desde los tiempos de Bianchi, y que caiga en reiteradas oportunidades en su propio reducto. No obstante la dirigencia de dio su aval para comenzar el año 2010 en el banco de suplentes, pero un par de derrotas en el torneo veraniego, inclusive ante River calaron hondo en al ánimo del plantel y el “Coco” decidió renunciar a poco de iniciar el Clausura por razones que nunca se conocerán aunque se deslizó la falta de refuerzos y el poco apoyo dirigencial.
Leonardo Astrada, un hombre del riñón de RIver que inclusive lo consagró campeón como técnico en 2004 fue el reemplazante de Gorosito, pero terminó el Apertura 2009 en la 14ta posición. El triunfo de Daniel Passarella en las elecciones marcó el fin de la era Aguilar que dejó al club con una grave crisis financiera y en zona de promoción en lo que muchos califican como la pero presidencia del club que se tenga memoria. El “káiser” ratificó a Astrada en el cargo, pero la anemia ofensiva más los problemas de creación en el mediocampo tras el accidente automovilístico de Buonanotte y las correrías nocturnas de Ortega, la inseguridad defensiva y la falta de un arquero confiable terminaron con el ciclo del “negro” tras un empate 0-0 con Atlético de Tucumán y habiendo sumado 13 puntos en 14 fechas. La sombra de Ramón Díaz se cernía sobre Passarella y el ex jugador y técnico decidió dar un golpe de timón contratando a un técnico cercano al paladar futbolístico riverplatense: Angel Cappa, quien era recordado por su brillante paso en Huracán el año anterior.
En Boca tras la salida de Basile renunció Carlos Bianchi, quien se desempeñaba como manager general del fútbol harto de los requerimientos para que vuelva a asumir la dirección técnica. Se decidió que Abel Alves, quien trabajaba en las divisiones inferiores se hiciera cargo interinamente del plantel hasta encontrar una salida razonable. Sin embargo las fechas fueron transcurriendo y el equipo no levantaba cabeza. Solo tuvo la alegría de ganar el clásico por 2-0, pero el equipo no funcionaba y las internas del plantel amenazaban al liderazgo del técnico hasta que en la fecha 13 tras caer por 3-0 ante colón en Santa Fe, el interinato llegó a su fin. Roberto “Tito” Pompei terminó dirigiendo las últimas fechas del torneo donde Boca quedó 16º y con la valla más vencida del torneo en parte por las desastrosas actuaciones de Barroso, Luiz Alberto y Krupowiesa y la indecisión de los arqueros García y Ayala y además porque el mediocampo nunca terminó de afirmarse.
Nuevos aires llegaron a RIver con la llegada de Cappa y la vuelta del arquero Carrizo, el defensor Arano, el volante Caruso y el goleador Pavone. Tras un comienzo prometedor llegó la derrota ante Newell´s seguida de 5 empates consecutivos y la derrota frente a All Boys del último domingo que puso fin al ciclo del técnico que no supo encontrar nunca un equipo titular, disconforme con las actuaciones de algunos jugadores y siendo víctimas involuntarias de la trituradora riverplatense algunos juveniles como Lanzini, Affranchino, Lamela o Coronel. La lesión de Matías Almeyda, la ineficacia ofensiva y los desacoples defensivos hicieron perder puntos a un equipo que no logró salir de la zona de Promoción y motivaron el reemplazo del cuerpo técnico justo una semana antes del superclásico.
Boca contrató al técnico campeón de Argentinos Juniors Claudio Borghi para el torneo que actualmente se está disputando. El club de la ribera consciente de los problemas defensivos del Clausura anterior trajo a los defensores Insaurralde, Caruzzo y Cellay pero los problemas en la última línea persisten y a falta de Riquelme que recién reapareció en la última jornada el equipo no tiene un conductor definido pues, Escudero, Chávez y Giménez no han logrado suplirlo durante las primeras fechas. Aparte el equipo no tiene desborde por las bandas y como consecuencia de ello Palermo y Viatri no son abastecidos y deben pelear ante los zagueros rivales tratando de capitalizar los pelotazos frontales que reciben o retroceder para tomar contacto con la pelota, situación que los desgasta físicamente y les impide llegar enteros a los últimos minutos. Todo parece indicar que la magra campaña de Borghi llegará a su fin si se llega a perder el clásico, sino que dependerá del técnico encontrarle la vuelta para transitar las últimas fechas sin sobresaltos y con la pretensión de continuar dirigiendo el próximo año. El entrenador ha dado muestras suficientes respecto a que si las cosas no salen como los dirigentes pretenden estaría dispuesto a marcharse. El nombre de Marcelo Bielsa, recientemente desvinculado de la selección chilena provoca suspiros entre la dirigencia boquense, aunque a River también lo seduce la idea de contratar al rosarino.
Como puede observarse las historias son similares: errores dirigenciales, falta de presupuesto, refuerzos que no llegan, jugadores con bajo rendimiento, técnicos que duran poco, juveniles que ofician de salvadores y luego son desechados, jugadores perseguidos por lesiones crónicas.
Este es el presente de los grandes de Argentina que ya se han despedido hace rato de la pelea por el campeonato entre Estudiantes, Vélez y Arsenal; que seguramente no clasificarán a ninguna Copa del año próximo; que deberán encontrar al técnico salvador o hacer un importante esfuerzo económico para reforzar sus planteles si no quieren pensar en la zona de promoción. Solo hace falta buena voluntad y tener la mente clara para tomar las decisiones correctas. La historia de River y Boca demuestra que finalmente los títulos llegan por decantación.

terça-feira, 9 de novembro de 2010

El día que un bicho colorado casi pica a una Vecchia Signora (1ra. parte)

Juventus y su gran equipo de la temporada 1984/85.


Paolo Rossi junto a Platini, figuras del Campeón de Europa 1985 Sergio Batista, volante central de Argentinos Juniors y la selección Nacional, actual técnico de la albiceleste.


Argentinos Juniors la noche que se consagró Campeón de América



Buenos Aires se caracteriza por ser una de las metrópolis más importantes de Sudamérica. Su conglomerado urbano se nutre de 46 barrios en la capital e innumerables localidades en los suburbios que forman el área metropolitana.
Cada uno de esos barrios posee una fuerte identidad que los diferencia del resto y a la vez enorgullece a sus habitantes autóctonos.
Es inevitable que los clubes más importantes y poderosos como Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo quieran echar sus raíces en todos los barrios para cosechar más simpatizantes – su historia, títulos y convocatoria lo avalan – pero deben luchar contra los equipos llamados “chicos” de menor poderío, infraestructura y por ende menos populares que se empecinan en defender el honor de su zona de influencia.
Vélez Sarsfield en Liniers, Huracán en Parque Patricios, Ferro Carril Oeste en Caballito, Atlanta en Villa Crespo, Nueva Chicago en Mataderos, All Boys en Floresta y Argentinos Juniors en La Paternal son los equipos más emblemáticos de la Capital Argentina.
Argentinos Juniors se vanagloria de dos hitos fundamentales en su historia: el debut profesional de Diego Armando Maradona en 1976 y la final Intercontinental de 1985 ante Juventus donde cayó tras 120 minutos por la fatídica vía de los penales.
La irrupción de Diego Maradona llevó a los denominados “bichos colorados” al subcampeonato del Torneo Metropolitano de 1980 donde a pesar de quedar lejos de River Plate que se consagró campeón lo venció en las dos oportunidades en las cuales se enfrentaron. Maradona fue la figura y el goleador del torneo y ya comenzaba a ser pretendido por los grandes de Argentina y algunos clubes del exterior.
Boca Juniors se quedó con el astro tras un préstamo millonario para la época y al año siguiente el crack llevó al equipo de sus amores a la conquista del torneo Metropolitano con la invalorable colaboración de Brindisi, Escudero y Perottti entre otros.
No fueron buenos años para el equipo de la Paternal – que jugaba de local en la cancha de Atlanta porque su estadio había sido clausurado en 1979 – ya que por dos temporadas consecutivas peleó por no descender de categoría a pesar de la gran cantidad de dinero que ingresó al club por la transferencia de Maradona al Barcelona.
Sin embargo la comisión directiva privilegió las obras en un complejo deportivo para las divisiones inferiores y el esparcimiento de sus socios en lugar de refaccionar su pequeño estadio.
Angel Amadeo Labruna (1) arribó en Enero de 1983 cuando todavía se disputaba el Metropolitano ’82 y el equipo de La Paternal se salvó de descender por un punto.
Con la base formada por Villalba y Domenech, ambos laterales de buen recorrido y férrea marca, el goleador Pedro Pablo Pasculli, el joven volante central Sergio Batista, el habilidoso puntero Carlos Ereros, el estratega Silvano Espíndola y el prodigioso rematador Mario Videla más los nuevos jugadores como “Pepe” Castro, Miguel Ángel Lemme, José Luis Pavoni y el arquero César Mendoza comienza a formarse el equipo que hará historia. La performance en el Torneo Nacional es auspiciosa puesto que cayeron recién en semifinales ante Independiente luego de haber eliminado sucesivamente a Boza y River.
En el torneo Metropolitano de 1983 el equipo adoptó la idea futbolística de su técnico y los resultados no tardaron en llegar, aparte Ubaldo Matildo Fillol se hizo cargo del arco y el equipo se hizo sólido en defensa e incontenible en ataque. Pero a Labruna lo sorprendió un infarto que terminó con su vida en Septiembre y entonces el equipo decayó hasta terminar en el 8vo puesto.
La contratación del técnico Roberto Marcos Saporiti a fines de ese año continuó con la misma sintonía futbolística de Labruna, y con la llegada de los veteranos J. J. López y Morete, el volante Commiso, el arquero Vidallé , el ex campeón mundial Olguín y el defensor pellegrini se terminó de armar el equipo que se consagraría campeón del torneo Metropolitano de 1984 aventajando por apenas un punto a Ferro carril Oeste y por dos a Estudiantes de La Plata.
Vidallé; Villalba, Pavoni, Olguín, Domenech; Commisso, Batista, Videla; Castro, Pasculli, Ereros es uno de los últimos equipos del fútbol argentino que se recuerdan de memoria, y realmente jugaba muy bien con un sello típicamente argentino respetando la pelota con buen toque y circulación, con juego asociado y sorpresa permanente.
Saporiti tuvo diferencias con los dirigentes y llegó José Yudica, quien había dirigido al Quilmes campeón del Metropolitano 1978. Un nuevo éxito llegó en el larguísimo Nacional de 1985(2) luego de enfrentar a Vélez en 4 finales, en la primera correspondiente a la ronda de ganadores venció por 2-0 con un inolvidable gol olímpico de Videla. Vélez ganó por idéntico marcador la revancha en Liniers y definieron por penales venciendo los de La Paternal por 4-2.
Como Vélez ganó la ronda de perdedores volvieron a disputar otra final. Fue empate 1-1 y derrota en la definición por penales, pero como Argentinos se había impuesto en la ronda de ganadores a un último desempate donde se consagró campeón al vencer por 2-1 con un formidable remate de Batista desde 25 metros y a pesar que Navarro Montoya había atajado previamente un penal ejecutado por Olguín.
Quedaba el desafío de la Copa Libertadores, un torneo muy difícil para un equipo “chico” que clasificaba por primera vez por el consiguiente desgaste del plantel cuando se juegan dos torneos simultáneamente, pero los muchachos de Yudica no se amilanaron. Ante la partida de Pasculli al Lecce de Italia Yudica tuvo que decidir entre el veterano goleador Carlos “puna” Morete o la joven promesa de 20 años llamada Claudio Borghi, un jugador de una habilidad y una rapidez extraordinaria y apostó a la juventud antes que la experiencia. En la primera fase superaron a los brasileros de Fluminense y Vasco da Gama y tuvieron que desempatar con Ferro al que vencieron por 3-1 con 2 de Ereros y el restante del “bichi” Borghi.
En la segunda fase(o semifinal) los rivales fueron Independiente y Blooming de Bolivia. Un empate 1-1 como visitante en Bolivia y 2-2 ante Independiente como local en cancha de Ferro complicaban la clasificación, pero vencieron a los bolivianos por 1-0 con gol de Videla y llegaron al último partido frente a Independiente en Avellaneda donde solo les servía ganar para llegar a la final.
Fue uno de los partidos más emocionantes que se recuerde en la Copa Libertadores. Argentinos se puso rápidamente en ventaja por 2-0 con goles de Castro y Videla de penal. Independiente descontó a través de Percudani sobre el final del primer tiempo. En la segunda etapa el equipo rojo buscó desesperadamente el empate que lo llevaba a la final y Argentinos se defendía con la tenencia de la pelota. Hasta que faltando 3 minutos el ´´arbitro cobró penal para los locales y Vidallé se lo atajó a Marangoni decretando el pasaporte a la ansiada final.
América de Cali era un respetable conjunto colombiano que contaba en sus fillas con el arquero argentino Falcioni y su compatriota el “tigre” Gareca más el exquisito toque de Willington Ortiz y la potencia de Roberto Cabañas.
La primera final en cancha de River fue un trabajoso 1-0 con gol de Commisso en la primera etapa. En Colombia se repitió el marcador pero a favor de los cafeteros con tempranero gol de Ortiz en un partido donde a los “bichos” le anularon 2 goles por discutibles offsides. La reglamentación obligaba a un desempate que se jugó en el Estado Defensores del Chaco en Asunción del Paraguay. Fue 1-1 en tiempo reglamentario gracias al agónico empate de Gareca faltando 3 minutos y cuando los argentinos saboreaban la Copa. Tuvieron que definir mediante la ejecución de penales
Ninguno había fallado hasta que llegó el quinto penal de América ejecutado por el juvenil Antoni de Ávila, al cual lo traicionaron los nervios permitiendo que Vidallé se convierta en héroe. Videla con su habitual frialdad definió la contienda declarando a los “bichos colorados” como el mejor equipo de América.
La Juventus de Italia, se sabe, es uno de los equipos más importantes del Mundo vinculado desde hace más de 80 años a la familia Agnelli dueños del grupo industrial Fiat. Es el equipo más ganador de la Liga Italiana y el único conjunto italiano que ha vencido en todas las competencias internacionales que se disputan.
Testigo incómodo de los títulos locales e internacionales de los clubes milaneses durante la década del ´60 con la sola excepción de la Liga 1966/67 y la Copa de Italia 1964/65 fue a partir de la asunción de la presidencia de su ex figura Giampiero Boniperti en 1971. Comenzó un proceso de reclutamiento de las mayores figuras del fútbol local. Fue así que arribaron al club el arquero Dino Zoff y el veterano delantero José Altafini del Nápoli, el bravo volante Fabio Capello de la Roma, el habilidoso Franco Causio del Palermo quien ya había jugado para el club turinés en 1967/68, el recio defensor Claudio Gentile del Varesse recién ascendido y su compañero de equipo, el delantero Roberto Bettega quien se encontraba a préstamo en dicha institución.
Fue así que conquistó la Liga de 1971/72 y alcanzó la final de la Copa de Campeones al año siguiente donde cayó ante el invencible Ajax de Johan Cruyff por 1-0 en Belgrado.
Ante la negativa del Ajax de disputar nuevamente la Copa Intercontinental con Independiente de Avellaneda, dominador del escenario sudamericano por esos tiempos al cual ya había vencido el año anterior, Juventus proponía jugar con la única condición que se disputara un solo cotejo en Roma. El equipo argentino aceptó el desafío y venció a la Juve por 1-0 tras un magnífico gol de Bochini cuando faltaban 10 minutos para el cierre del partido culminando una brillante acción individual que había comenzado en una de sus típicas paredes con Bertoni. Juventus tuvo varias chances, entre ellas dos tiros en los postes de Mazzola y Bettega y un penal lanzado por Cucureddu por encima del travesaño. Pero la defensa de Independiente fue sólida y el mediocampo se dedicó a controlar el balón con sucesivos pases para congelar el partido y alzarse con la Copa.
Posteriormente la Juve siguió animando el calcio, pues obtuvo las ligas del año siguiente y las de 1974/75, 1976/77 y 1977/78 y la Copa de Italia 1978/79 cerrando una década pródiga que sin embargo no llegó a consolidarse en la Copa de campeones dominada por los clubes ingleses aunque llevó a Turín la primera Copa UEFA en 1977 tras derrotar al áspero Athletic de Bilbao 1-0 en casa y caer 1-2 en san Mamés pero coronándose por el gol de visitante.
Desde 1976 el entrenador era Giovanni Trapattoni, quien había sido multicampeón como jugador de Milan en los años ´60, firme defensor del catenaccio y el juego de contraataque veloz e implacable. Trapattoni conformó la base de las selecciones italianas que participaron de los Mundiales 1978 y 1982. El veterano Zoff en el arco, Scirea y Gentile firmes en la zaga central con Cuccureddu y Cabrini jugando de laterales conformaban la defensa. Romeo Benetti y Giuseppe Furino eran los motores del mediocampo por sacrificio y entrega, Marco Tardelli asumía funciones más ofensivas y se juntaba con Franco Causio para generar los ataques que Bettega y el veterano Boninsegna se encargaban de definir.
La década siguiente comenzó con dos títulos consecutivos en la Liga entre 1980 y 1982. La llegada al equipo de Paolo Rossi tras cumplir una suspensión por estar implicado en el tema de las apuestas, Doménico Marocchino y el juvenil Giuseppe Galderisi trajeron nuevos aires a la “Vecchia Signora”, como se conoce al conjunto de Turín, pero fue la apertura a los jugadores extranjeros tras el Mundial de España el que dio nuevo impulso a las ambiciones europeas del equipo turinés.
En efecto, el arribo de las máximas estrellas de sus selecciones nacionales, el francés Michel Platini y el polaco Zbigniew Boniek, quienes empujaron al conjunto de Trapattoni a la conquista de Europa. Estuvo muy cerca en 1983 cuando llegó a la final frente al Hamburgo, típico equipo alemán donde la fuerza y el estado físico priman sobre la habilidad y la destreza y que poseía jugadores del calibre de Hrubesh, Rolff, Jakobs, Kaltz y donde se destacaba por su manejo Felix Magath. La Juve cayó por 1-0 con un gol de larga distancia de Magath a los 15 minutos que demostró que a Dino Zoff los 41 años le estaban pesando. No tuvo reacción el equipo italiano porque nunca desplegó un juego colectivo sino que fue un cúmulo disperso de individualidades sin brillo, tampoco tuvo la fuerza anímica para revertir la historia a pesar de tener seis campeones mundiales más el invalorable aporte de Platini, Boniek y Bettega en el terreno de juego.
Sin embargo ese año ganó la Copa de Italia, pero la Roma de Falcao y Cerezo se alzó con el título , por lo tanto la Juve jugó la Recopa de 1983/84. Con el potencial futbolístico que tenía no fue aventurado pensar que llegaría a la final y así ocurrió. Despachó al Manchester United en el estadio Delle Alpi por 2-1 con un agónico gol de Paolo Rossi en el minuto 89 tras empatar 1-1 en Old Trafford. Su rival en la finalísima fue el Porto que había vencido inesperadamente al Aberdeen de visitante por 1-0. La Juve fue muy superior en todo el trámite del partido sobre todo por la ineficacia ofensiva del Porto que dominaba terreno y pelota pero no creaba situaciones. El quipo italiano finalmente venció por 2 a 1 con goles de Vignola y Boniek obteniendo así un trofeo que si bien no tenía la importancia de la Copa de Campeones lo impulsaba a seguir siendo considerado uno de los mejores conjuntos del continente.
Al año siguiente ganó nuevamente la Liga aventajando por 2 puntos a la Roma y regresaba a la Copa de Campeones de Europa. Tras dejar en el camino sucesivamente al Grasshopper suizo, al Sparta Praga y al difícil Burdeos llegó a la final en Bruselas frente al experimentado Liverpool de Dalglish, Rush, Neal y Whelan. Fue un partido precedido por una terrible tragedia en la que perecieron por asfixia 38 espectadores italianos que habían sido aplastados contra un muro por la furia de los ingleses y la ineficacia de la policía y los organizadores. Platini convirtió el único gol a los 56 minutos tras ejecutar un penal que había derivado de una clara falta fuera del área que el árbitro suizo Daina interpretó que fue dentro de las 18 yardas. Con la ventaja el equipo italiano se dedicó a enredar al Liverpool en su telaraña defensiva y a rechazar todos los centros que caían en su propia área. La Juventus por fin conseguía la tan ansiada Copa de Europa cuyos fanáticos miraban de reojo desde la década de 1960.

(1) Máximo goleador de la historia de River Plate. Convirtió 292 (293 según estudios recientes) goles en 515 partidos. Posteriormente dirigió a River obteniendo los torneos Metropolitano y Nacional 1975, Metropolitano 1977, Metropolitano y Nacional 1979 y Metropolitano 1980.
(2) Fue el último torneo Nacional disputado desde la reestructuración de 1967. La intención fue permitir que los clubes indirectamente afiliados a la AFA tuvieran la posibilidad de ascender y jugar en la primera división. Por tal motivo se creó el torneo Nacional B con la participación de clubes del área metropolitana de la ex primera B y los clubes más importantes del interior que clasificaron en sus diferentes zonas geográficas.