quinta-feira, 21 de julho de 2011

Uruguay y Paraguay definen una Copa América apática

Uruguay y Paraguay dirimirán la 43° edición de la Copa América el domingo próximo en el reparado estadio de River Plate de la ciudad de Buenos Aires.
No era la final que la mayoría esperaba, pero detrás de Argentina y Brasil los finalistas eran los equipos que tenían más chances, de acuerdo a sus antecedentes y la actuación en la pasada Copa del Mundo, para llegar a esta instancia.
Sin dudas el camino de ambos contendientes no fue fácil, inclusive fue más complicado de lo esperado, pero poco a poco y a medida que avanzaban en la Copa se se afirmaban los equipos con una identidad bien definida, aquella que pareció faltarles a argentinos y brasileños.
Uruguay superó con autoridad a Perú en semifinales porque nunca se cansó de buscar el arco contrario complicando a su rival con pelotas aéreas y desbordes y remates de media distancia. A pesar del esforzado trabajo de los incas por mantener el cero durante la primera etapa siempre pareció que Uruguay era más equipo y que una vez que lograra la apertura sería muy difícil para los peruanos revertir la historia. Perú cada vez jugaba más cerca de su arquero y salvo una buena jugaba de Vargas cuyo centro rasante no llegaron a conectar ni Guerrero ni Advíncula, Uruguay no fue inquietado defensivamente.
El segundo tiempo transcurría sin demasiados matices hasta que un remate complicado de media distancia de Forlan no puedo ser retenido por el arquero Fernández y Suárez colocó la apertura. Cinco minutos después un formidable pase en profundidad de Álvaro Pereira encontró al delantero de Liverpool picando entre dos defensores peruanos en una larga carrera hacia el arco, les ganó en velocidad, eludió al arquero y marcó su doblete en el partido y el pasaje a la final de los celestes. Con el resultado asegurado Tabárez incluso se dio el gusto de reemplazas a Suárez y Gargano para preservarlos. Vargas se fue expulsado por un inconcebible codazo a Coates.
El conjunto dirigido por Markarian dio una prueba de fe con vistas a las próximas eliminatorias con la esperanza firme de volver a disputar una Copa del Mundo tras 32 años cuando todavía Cubillas, Uribe, Oblitas y Chjumpitaz daban muestras de su talento en la selección de la banda roja.
Sorprendió que Paraguay ante Venezuela haya dispuesto casi el mismo planteo que frente a Brasil tomando muchos recaudos para anular a Arango y Rondón, lo que presagiaba que este encuentro no sería similar al de la primera rueda. Sin embargo y pese al arranque inicial de los guaraníes ello la selección “vino tinto” se las ingenió para crear alguna posibilidad en un partido soporífero para los pocos hinchas que además tuvieron que soportar una temperatura bajísima en la ciudad de Mendoza. Queda para la polémica el gol anulado a Vizcarrondo por offside de Rondón que a criterio del árbitro mexicano molestó al arquero Villar.
Sin goles se fueron a la prórroga donde se vieron las mejores acciones de los venezolanos ayudados por la expulsión de Santana. Fue así que primero Miku y luego Arango de tiro libre estrellaron dos remates en los palos y Villar detuvo todo lo que le tiraron cuando los caribeños intentaban la arremetida final. No hubo caso y se llegó a los penales donde todos los paraguayos convirtieron y el arquero Villar fue nuevamente el héroe de la noche al contener el débil remate de Lucena. No nos detendremos en los incidentes provocados al final del encuentro cuando jugadores de ambos equipos emprendieron una feroz gresca que puede derivar en la suspensión de algunos jugadores guaraníes para la final, solamente manifestar que es deplorable.
Los guaraníes arriban a la final sin haber ganado ningún partido en tiempo reglamentario en un hecho que no registra precedentes (1) .

Venezuela se va con la amargura de saber que cuando se lo propuso y encontró los espacios puso en aprietos al conjunto guaraní, pero con la firme convicción de que se encuentra en la buena senda y por primera vez en su historia ha dejado de ser promesa para convertirse en realidad el sueño de pelear por la clasificación a un Mundial.
La final difícilmente sea desde el plano técnico admirable por los que ambos equipos proponen, pero desde el punto de vista táctico puede resultar muy interesante y si se produce rápidamente la apertura del marcador el partido puede ganar en intensidad y emociones cuando el equipo que se encuentre en desventaja tenga que ir a buscar el empate. En el caso que no aparezca el primer gol, el match puede resultar muy enredado puesto que ninguno de los dos equipos está acostumbrado a ceder ventajas.
Para entender un poco más lo afirmado anteriormente es necesario retroceder cronológicamente para revisar las anteriores instancias donde se dieron resultados inesperados de acuerdo a lo visto en cada uno de los compromisos.
Un viejo dogma marino sentencia que el pez grande se come al más pequeño. Por lo tanto y para evitar esa ley natural de la supervivencia, el más chico debe protegerse del ataque mortal del más imponente.
Hasta donde se puede estirar el límite entre un planteo defensivo con la necesidad de obstruir lo que pretende crear el rival y la necesidad propia de obtener la ventaja? La historia del fútbol nos ha demostrado con los años que es más fácil defender que atacar sobre todo cuando se encuentran los jugadores y el sistema adecuado para llevar a cabo un planteo defensivo eficaz. Pero también aparecen jugadores dispuestos a romper todos los esquemas defensivos haciendo lo imprevisible y surgen técnicos audaces que de acuerdo a las cualidades de sus cracks privilegian el ataque aunque sin descuidar el aspecto defensivo. Sin dudas esto requiere mucho trabajo y tanto a Batista como a Menezes, que disponen de jugadores para romper esquemas le ha faltado tiempo para desarrollar sus ideas futbolísticas, por eso han cometido errores de improvisación que ante equipos con más oficio fueron fatales aunque la diferencia se haya dirimido desde el punto del penal.
Los cuatro enfrentamientos de cuartos de final tuvieron un denominador común: los seleccionados que propusieron la ofensiva y no pudieron capitalizarla en el arco contrario, ya sea por fallas propias en la definición o brillantes performances de los arqueros rivales, terminaron enredados en una especie de telaraña que impusieron los equipos más modestos con el firme propósito de frenar a las dos potencias máximas del certamen (Argentina y Brasil) y a los dos mejores equipos de la primera fase (Colombia y Chile). La clave era que cuanto más se estiraba un partido más chances tenía el equipo más modesto de clasificar a la próxima etapa, más aún si se llegaba a los penales.
No pretendo menoscabar a los finalistas (Uruguay y Paraguay) con este comentario, sus seleccionados tienen una identidad y un trabajo serio de sus entrenadores desde antes del Mundial de Sudáfrica donde han obtenido resultados que inclusive superaban sus expectativas, pero también es cierto que en el campo de juego se supieron técnica y colectivamente inferiores a Argentina y Brasil respectivamente apostando a un buen planteo táctico y a la estrategia adecuada no solo para “trabajar” los partidos extendiéndolos más allá de los 120 minutos sino también sino también para rearmarse y sobreponerse a lesiones y expulsiones sobre la marcha sin verse desarticulados en su esquema.
Si bien era factible que Uruguayos y Paraguayos accedieran a las semifinales, lo que nadie podía imaginarse antes de esta Copa era que Venezuela y Perú llegarían a esta instancia, sobre todo teniendo en cuanta la buena impresión que habían causado en su primeras presentaciones los representativos de Colombia y Chile.
Venezuela ha cambiado su mentalidad desde aquellos años en los cuales José Omar Pastoriza dirigió la eliminatoria para el Mundial 2002, pasando por el crecimiento durante la etapa de Richard Páez que incluyó la clasificación a cuartos de final de la Copa América en su propia tierra durante 2007, y llegando a esta confirmación con el trabajo de César Farías quien pretende seguir haciendo historia.
El caso de Perú es el más inexplicable desde el argumento lógico, puesto que un equipo que finalizó en los últimos lugares de la eliminatoria al último Mundial pudo recomponer su imagen futbolística con una combatividad inusitada sobreponiéndose a las importantes ausencias de Farfán y Pizarro, mostrándose ordenado y cauteloso defensivamente y letal en la ofensiva. Sin dudas la influencia del técnico Sergio Markarian fue decisivo para este renacer de los incaicos.
Pero trataremos de analizar sintéticamente cada uno de esos partidos para tratar de entender la inextricable realidad.
A Colombia le costó encontrar claridad en mitad de cancha con la línea de cinco volantes dispuesta por Markarian donde Advíncula y Chiroque impidieron las proyecciones de Zuñiga y Armero y Vargas jugaba sobre las espaldas del robusto Sánchez mientras Guerrero peleaba todas las pelotas que llegaban al área.
Colombia chocaba una y otra vez sin ideas contra una defensa firme. Solo Dayro Moreno inquietaba con sus tiros de media distancia entre los cuales unos de ellos pegó en un poste al igual que otro disparo de Guarín. A través de un foul sufrido en el área por Moreno, Radamel Falcao, de errática tarde se, encargó de desviar el penal. A partir de ese momento Colombia fue más tibo, Perú se animó y tibiamente se fue adelantando ante la impotencia de su rival manejando la pelota a través de Vargas y el ingresado Lobatón. El “bolillo” Gómez hizo ingresar a Rodallega para definir el partido, pero no se pudo desnivelar y se fueron al tiempo suplementario.
Fue así que en un tiro de esquina a favor de Perú, el arquero Martínez salió a despejar muy lejos de la portería perdiendo el equilibrio, la pelota le cayó a Lobatón quien desde casi 30 metros y con gran precisión clavó la pelota en un ángulo provocando la sorpresa y el estupor de los cafeteros.
Colombia buscó desesperadamente el ataque, pero no contó con un nuevo regalo de su propio arquero para los peruanos al entregar una pelota corta en la salida que Guerrero aprovechó y tras gran maniobra personal cedió a Vargas que colocó el 2-0 final.
Argentina y Uruguay protagonizaron un adelanto de final por la forma en la cual disputaron su encuentro. Mejor Argentina en la calidad técnica y circulación del balón. Más firme Uruguay en la merca y con buena presencia física en los tiros libres a través de Lugano y Cáceres. Por esa vía llegó la apertura: tiro libre de Forlan, Cáceres la cabecea con llamativa facilidad y el “gallego” Pérez toma libre por la izquierda el rebote del arquero Romero para silenciar el estadio de Santa Fe apenas a 5 minutos del comienzo.
Argentina reaccionó rápidamente con la recuperación de Mascherano, la distribución de Gago, la habilidad de Messi recostado sobre la derecha enganchando hacia adentro y la velocidad de Di María y Agüero. Pero fue Higuaín quien de cabeza y aprovechando un perfecto centro de Messi batió a Muslera colocando el empate. De allí hasta el final de la primera etapa se pudo observar el mejor repertorio de la selección argentina tocando, gambeteando, aunque creando pocas ocasiones de gol y la ofuscación de los orientales que se tradujo en violentos fouls y que terminó con tres tarjetas amarillas y el “gallego“ Pérez expulsado a poco de culminar la primera etapa por cortar una jugada de contraataque. A pesar de todo Lugano tuvo la más clara oportunidad impactando un cabezazo en el travesaño.
Argentina no pudo capitalizar durante el segundo tiempo la ventaja numérica, Messi se tiró al medio para permitir la subida de Zabaleta, pero Gago no tuvo el protagonismo de la primera etapa, Uruguay redobló esfuerzos con Arévalo Ríos, y los Álvaros (González y Pereira) defendiendo y progresando en el terreno. Los pelotazos para Suárez de punta aunque saliendo del área y Forlan que retrocede para volantear no pueden ser controlados por los defensores argentinos que cometen una falta tras otra. Pastore y Tévez ingresan por los inexpresivos Di María y Agüero para tratar de dar la estocada final. Sin embargo la expulsión de Mascherano por doble amarilla y algunas apariciones fugaces del arquero Muslera impiden el desnivel y terminan los 90 minutos con susto para el local, pues Forlan no puede cabecear bien un centro de Suárez . Ahora son 10 jugadores por equipo y a excepción de Zanetti todos los defensores argentinos están amonestados.
En los 30 minutos de tiempo suplementario Argentina se muestra mejor, pero Uruguay resiste y Suárez resulta una pesadilla para Burdisso y Milito. Entran Gargano y Eguren por los extenuados Alvaro Pereira y Arévalo Ríos en Uruguay, Biglia por Gago lesionado es la apuesta de Batista. Argentina crea las mejores chances con un remate en el palo de Higuaín y una tapada final de Muslera ante gran acción individual de Messi al filo de los penales.
En los penales Uruguay convierte todos y Muslera le tapa el penal a Tévez para conseguir la ansiada clasificación ante el júbilo de más de 5000 compatriotas en el estadio de Colón de Santa Fe.
Argentina culmina con otra decepción a la cual nos tiene acostumbrados desde 1993 hasta ahora. Sin dudas se buscarán culpables, se discutirá si fue o no un fracaso, se analizarán rendimientos, se juzgará si el cuerpo técnico está a la altura de las circunstancias, se propondrán nombres y alternativas. La actuación Argentina en esta Copa América se apoyó en conceptos que el técnico quería transmitir pero que no se advirtieron en el terreno de juego. Cuando las cosas no funcionaron se apeló a un plan B que funcionó con un rival como Costa Rica, pero ante un real candidato al título fracasó. La selección albiceleste lució una vez más como un cúmulo de individualidades dispersas en el campo de juego que debían moverse en lugares y situaciones donde no estaban acostumbrados y se sentían incómodos, primando lo individual sobre lo colectivo.
Párrafo aparte para la defensa argentina convertida en un tembladeral en cada pelota aéra, manifestando gran torpeza en la marca individual, fallas de sincronización y falta de timming en los cierres. SI se pretende seguir con estos defensores se deberá trabajar mucho.
Lo cierto es que las eliminatorias comienzan en Octubre y la paridad de esta Copa hace presagiar que serán muy complicadas si no se tienen los fundamentos futbolísticos para asumir cada compromiso con la seriedad necesaria y si no se diseña una estrategia acorde.
Brasil jugó el mejor partido del torneo ante una ultradefensivo Paraguay que hizo recodar el partido frente a Japón por los octavos de final del pasado mundial de Sudáfrica. Martino dispuso un cuadrado en el mediocampo compuesto por Vera, Cáceres, Estigarribia y RIveros muy cerca de la línea de cuatro defensores con el propósito de cortar el enlace futbolístico entre Ganso y Robinho e impedir la subida por los laterales de Maicon y André Santos.
Le costó a Brasil manejar la pelota y llegar con posibilidades, pero de a poco Robinho se convirtió en el organizador y Neymar en el ejecutor aunque la buena tarea del arquero Villar y las fallas en la definición del delantero del Santos impidieron la ventaja en el marcador.
Paraguay con una aporte nulo en ofensiva y mucha lucha y fervor en el mediocampo llevó el partido al final del tiempo reglamentario y sin goles.
En el alargue siguió siendo el conjunto verdeamarelho el dominador de las acciones, pero nunca pudo doblegar a la fuerte defensa guaraní ni mucho menos a su entonado arquero.
Se fueron expulsados Alcaraz y Lucas Leiva por un tumulto, entraron jugadores de recambio, pero no se pudo modificar el marcador.
En la definición por penales ocurrió un hecho que este autor no recuerda haber visto u oído jamás: que un conjunto brasilero haya errado los 4 penales que ejecutó (2 desviados, uno en el poste y otro atajado). Estigarribia y Riveros convirtieron para Paraguay y Brasil se fue con las manos vacías y argumentando que el estado del terreno en el punto del penal era poco menos que deplorable y que el suelo no estaba firme, razón por la cual los pedazos de panes de césped se levantaban. Paradójicamente los Paraguayos también patearon desde el mismo sector y tuvieron menos inconvenientes.
Brasil demostró que tiene un gran potencial con estos jóvenes, pero que todavía les falta un trecho para destacarse internacionalmente con los cual no es muy descabellado pensar que Kaká, Luis Fabiano, Baptista y porqué no Ronaldinho y Adriano puedan tener alguna oportunidad en el scratch.
La sorprendente Venezuela dejó en el camino a la selección chilena que venía produciendo destacadas actuaciones en el partido más intenso de los cuartos de final.
Una multitud de chilenos cruzó la cordillera para alentar a su equipo en el coqueto estadio de San Juan esperanzados en llegar a las semifinales de esta Copa, pero la realidad les jugaría una mala pasada.
A pesar de ser un equipo técnicamente inferior, los caribeños jugaron prácticamente de igual a igual destacándose la precisión de Arango que casi sobre el final del primer tiempo lanzó un tiro libre que cabeceó Vizcarrondo al arco decretando el 1-0.
Con la entrada de Valdivia por Carmona en la segunda etapa, Chile se convirtió en una tromba. Pero el arquero Vega, Perozo sobre la línea y el travesaño les negaron la chance a los andinos. Hasta que promediando la segunda etapa Suazo tras una bonita jugada de Alexis Sánchez consiguió el empate. Parecía que el envión favorecería a Chile, pero a diez minutos del final otro tiro libre de Arango fue mal despejado por el arquero Bravo que no pudo retener la pelota sirviéndole el rebote a Cichero que no tuvo problemas en colocar el 2-1.
La expulsión de Gary Medel le puso más dramatismo al encuentro con todo Chile lanzado ferozmente al empate dejando enormes espacios para los contraataques que Venezuela no pudo aprovechar para liquidar el partido. Así la selección venezolana se convirtió en el único semifinalista que solamente necesitó 90 minutos para despachar a su rival.
Para Chile queda la esperanza de seguir por el camino que iniciara Marcelo Bielsa y ahora continúa Claudio Borghi. Se ha mostrado como uno de los equipos más ofensivos de la Copa, pero deberá mejorar defensivamente, sobre todo en retroceso y algunos de sus jugadores como Vidal, Beausejour o Medel deberán atemperar su carácter y su vehemencia cuando los partidos se complican.
El domingo tendremos un nuevo campeón de la Copa más antigua que se juega en Sudamérica. El Mundial 2014 lentamente asoma en el horizonte, los candidatos para clasificar hicieron su aparición en los últimos 20 días por Argentina. Todos tienen chances, pero las eliminatorias son muy extensas y admiten pocos errores.

(1) Argentina llegó a la final de la Copa América de Ecuador 1993 ganándole a Bolivia en el debut para luego empatar sucesivamente con México y Colombia para luego vencer en la definición por penales tanto a Brasil en cuartos de final como a Colombia en semifinales. Si bien el equipo dirigido por Alfio Basile no era tan amarrete con el espectáculo, no había lucido de la misma forma que en la Copa de Chile 1991 y recibía constantes críticas de la prensa por lo mal que jugaba.
Uruguay y Paraguay dirimirán la 43° edición de la Copa América el domingo próximo en el reparado estadio de River Plate de la ciudad de Buenos Aires.
No era la final que la mayoría esperaba, pero detrás de Argentina y Brasil los finalistas eran los equipos que tenían más chances, de acuerdo a sus antecedentes y la actuación en la pasada Copa del Mundo, para llegar a esta instancia.
Sin dudas el camino de ambos contendientes no fue fácil, inclusive fue más complicado de lo esperado, pero poco a poco y a medida que avanzaban en la Copa se se afirmaban los equipos con una identidad bien definida, aquella que pareció faltarles a argentinos y brasileños.
Uruguay superó con autoridad a Perú en semifinales porque nunca se cansó de buscar el arco contrario complicando a su rival con pelotas aéreas y desbordes y remates de media distancia. A pesar del esforzado trabajo de los incas por mantener el cero durante la primera etapa siempre pareció que Uruguay era más equipo y que una vez que lograra la apertura sería muy difícil para los peruanos revertir la historia. Perú cada vez jugaba más cerca de su arquero y salvo una buena jugaba de Vargas cuyo centro rasante no llegaron a conectar ni Guerrero ni Advíncula, Uruguay no fue inquietado defensivamente.
El segundo tiempo transcurría sin demasiados matices hasta que un remate complicado de media distancia de Forlan no puedo ser retenido por el arquero Fernández y Suárez colocó la apertura. Cinco minutos después un formidable pase en profundidad de Álvaro Pereira encontró al delantero de Liverpool picando entre dos defensores peruanos en una larga carrera hacia el arco, les ganó en velocidad, eludió al arquero y marcó su doblete en el partido y el pasaje a la final de los celestes. Con el resultado asegurado Tabárez incluso se dio el gusto de reemplazas a Suárez y Gargano para preservarlos. Vargas se fue expulsado por un inconcebible codazo a Coates.
El conjunto dirigido por Markarian dio una prueba de fe con vistas a las próximas eliminatorias con la esperanza firme de volver a disputar una Copa del Mundo tras 32 años cuando todavía Cubillas, Uribe, Oblitas y Chjumpitaz daban muestras de su talento en la selección de la banda roja.
Sorprendió que Paraguay ante Venezuela haya dispuesto casi el mismo planteo que frente a Brasil tomando muchos recaudos para anular a Arango y Rondón, lo que presagiaba que este encuentro no sería similar al de la primera rueda. Sin embargo y pese al arranque inicial de los guaraníes ello la selección “vino tinto” se las ingenió para crear alguna posibilidad en un partido soporífero para los pocos hinchas que además tuvieron que soportar una temperatura bajísima en la ciudad de Mendoza.
Sin goles se fueron a la prórroga donde se vieron las mejores acciones de los venezolanos ayudados por la expulsión de Santana. Fue así que primero Miku y luego Arango de tiro libre estrellaron dos remates en los palos y Villar detuvo todo lo que le tiraron cuando los caribeños intentaban la arremetida final. No hubo caso y se llegó a los penales donde todos los paraguayos convirtieron y el arquero Villar fue nuevamente el héroe de la noche al contener el débil remate de Lucena. De esa manera los guaraníes llegan a la final sin haber ganado ningún partido en tiempo reglamentario en un hecho que no registra precedentes (1) .

Venezuela se va con la amargura de saber que cuando se lo propuso y encontró los espacios puso en aprietos al conjunto guaraní, pero con la firme convicción de que se encuentra en la buena senda y por primera vez en su historia ha dejado de ser promesa para convertirse en realidad el sueño de pelear por la clasificación a un Mundial.
La final difícilmente sea desde el plano técnico admirable por los que ambos equipos proponen, pero desde el punto de vista táctico puede resultar muy interesante y si se produce rápidamente la apertura del marcador el partido puede ganar en intensidad y emociones cuando el equipo que se encuentre en desventaja tenga que ir a buscar el empate. En el caso que no aparezca el primer gol, el match puede resultar muy enredado puesto que ninguno de los dos equipos está acostumbrado a ceder ventajas.
Para entender un poco más lo afirmado anteriormente es necesario retroceder cronológicamente para revisar las anteriores instancias donde se dieron resultados inesperados de acuerdo a lo visto en cada uno de los compromisos.
Un viejo dogma marino sentencia que el pez grande se come al más pequeño. Por lo tanto y para evitar esa ley natural de la supervivencia, el más chico debe protegerse del ataque mortal del más imponente.
Hasta donde se puede estirar el límite entre un planteo defensivo con la necesidad de obstruir lo que pretende crear el rival y la necesidad propia de obtener la ventaja? La historia del fútbol nos ha demostrado con los años que es más fácil defender que atacar sobre todo cuando se encuentran los jugadores y el sistema adecuado para llevar a cabo un planteo defensivo eficaz. Pero también aparecen jugadores dispuestos a romper todos los esquemas defensivos haciendo lo imprevisible y surgen técnicos audaces que de acuerdo a las cualidades de sus cracks privilegian el ataque aunque sin descuidar el aspecto defensivo. Sin dudas esto requiere mucho trabajo y tanto a Batista como a Menezes, que disponen de jugadores para romper esquemas le ha faltado tiempo para desarrollar sus ideas futbolísticas, por eso han cometido errores de improvisación que ante equipos con más oficio fueron fatales aunque la diferencia se haya dirimido desde el punto del penal.
Los cuatro enfrentamientos de cuartos de final tuvieron un denominador común: los seleccionados que propusieron la ofensiva y no pudieron capitalizarla en el arco contrario, ya sea por fallas propias en la definición o brillantes performances de los arqueros rivales, terminaron enredados en una especie de telaraña que impusieron los equipos más modestos con el firme propósito de frenar a las dos potencias máximas del certamen (Argentina y Brasil) y a los dos mejores equipos de la primera fase (Colombia y Chile). La clave era que cuanto más se estiraba un partido más chances tenía el equipo más modesto de clasificar a la próxima etapa, más aún si se llegaba a los penales.
No pretendo menoscabar a los finalistas (Uruguay y Paraguay) con este comentario, sus seleccionados tienen una identidad y un trabajo serio de sus entrenadores desde antes del Mundial de Sudáfrica donde han obtenido resultados que inclusive superaban sus expectativas, pero también es cierto que en el campo de juego se supieron técnica y colectivamente inferiores a Argentina y Brasil respectivamente apostando a un buen planteo táctico y a la estrategia adecuada no solo para “trabajar” los partidos extendiéndolos más allá de los 120 minutos sino también sino también para rearmarse y sobreponerse a lesiones y expulsiones sobre la marcha sin verse desarticulados en su esquema.
Si bien era factible que Uruguayos y Paraguayos accedieran a las semifinales, lo que nadie podía imaginarse antes de esta Copa era que Venezuela y Perú llegarían a esta instancia, sobre todo teniendo en cuanta la buena impresión que habían causado en su primeras presentaciones los representativos de Colombia y Chile.
Venezuela ha cambiado su mentalidad desde aquellos años en los cuales José Omar Pastoriza dirigió la eliminatoria para el Mundial 2002, pasando por el crecimiento durante la etapa de Richard Páez que incluyó la clasificación a cuartos de final de la Copa América en su propia tierra durante 2007, y llegando a esta confirmación con el trabajo de César Farías quien pretende seguir haciendo historia.
El caso de Perú es el más inexplicable desde el argumento lógico, puesto que un equipo que finalizó en los últimos lugares de la eliminatoria al último Mundial pudo recomponer su imagen futbolística con una combatividad inusitada sobreponiéndose a las importantes ausencias de Farfán y Pizarro, mostrándose ordenado y cauteloso defensivamente y letal en la ofensiva. Sin dudas la influencia del técnico Sergio Markarian fue decisivo para este renacer de los incaicos.
Pero trataremos de analizar sintéticamente cada uno de esos partidos para tratar de entender la inextricable realidad.
A Colombia le costó encontrar claridad en mitad de cancha con la línea de cinco volantes dispuesta por Markarian donde Advíncula y Chiroque impidieron las proyecciones de Zuñiga y Armero y Vargas jugaba sobre las espaldas del robusto Sánchez mientras Guerrero peleaba todas las pelotas que llegaban al área.
Colombia chocaba una y otra vez sin ideas contra una defensa firme. Solo Dayro Moreno inquietaba con sus tiros de media distancia entre los cuales unos de ellos pegó en un poste al igual que otro disparo de Guarín. A través de un foul sufrido en el área por Moreno, Radamel Falcao, de errática tarde se, encargó de desviar el penal. A partir de ese momento Colombia fue más tibo, Perú se animó y tibiamente se fue adelantando ante la impotencia de su rival manejando la pelota a través de Vargas y el ingresado Lobatón. El “bolillo” Gómez hizo ingresar a Rodallega para definir el partido, pero no se pudo desnivelar y se fueron al tiempo suplementario.
Fue así que en un tiro de esquina a favor de Perú, el arquero Martínez salió a despejar muy lejos de la portería perdiendo el equilibrio, la pelota le cayó a Lobatón quien desde casi 30 metros y con gran precisión clavó la pelota en un ángulo provocando la sorpresa y el estupor de los cafeteros.
Colombia buscó desesperadamente el ataque, pero no contó con un nuevo regalo de su propio arquero para los peruanos al entregar una pelota corta en la salida que Guerrero aprovechó y tras gran maniobra personal cedió a Vargas que colocó el 2-0 final.
Argentina y Uruguay protagonizaron un adelanto de final por la forma en la cual disputaron su encuentro. Mejor Argentina en la calidad técnica y circulación del balón. Más firme Uruguay en la merca y con buena presencia física en los tiros libres a través de Lugano y Cáceres. Por esa vía llegó la apertura: tiro libre de Forlan, Cáceres la cabecea con llamativa facilidad y el “gallego” Pérez toma libre por la izquierda el rebote del arquero Romero para silenciar el estadio de Santa Fe apenas a 5 minutos del comienzo.
Argentina reaccionó rápidamente con la recuperación de Mascherano, la distribución de Gago, la habilidad de Messi recostado sobre la derecha enganchando hacia adentro y la velocidad de Di María y Agüero. Pero fue Higuaín quien de cabeza y aprovechando un perfecto centro de Messi batió a Muslera colocando el empate. De allí hasta el final de la primera etapa se pudo observar el mejor repertorio de la selección argentina tocando, gambeteando, aunque creando pocas ocasiones de gol y la ofuscación de los orientales que se tradujo en violentos fouls y que terminó con tres tarjetas amarillas y el “gallego“ Pérez expulsado a poco de culminar la primera etapa por cortar una jugada de contraataque. A pesar de todo Lugano tuvo la más clara oportunidad impactando un cabezazo en el travesaño.
Argentina no pudo capitalizar durante el segundo tiempo la ventaja numérica, Messi se tiró al medio para permitir la subida de Zabaleta, pero Gago no tuvo el protagonismo de la primera etapa, Uruguay redobló esfuerzos con Arévalo Ríos, y los Álvaros (González y Pereira) defendiendo y progresando en el terreno. Los pelotazos para Suárez de punta aunque saliendo del área y Forlan que retrocede para volantear no pueden ser controlados por los defensores argentinos que cometen una falta tras otra. Pastore y Tévez ingresan por los inexpresivos Di María y Agüero para tratar de dar la estocada final. Sin embargo la expulsión de Mascherano por doble amarilla y algunas apariciones fugaces del arquero Muslera impiden el desnivel y terminan los 90 minutos con susto para el local, pues Forlan no puede cabecear bien un centro de Suárez . Ahora son 10 jugadores por equipo y a excepción de Zanetti todos los defensores argentinos están amonestados.
En los 30 minutos de tiempo suplementario Argentina se muestra mejor, pero Uruguay resiste y Suárez resulta una pesadilla para Burdisso y Milito. Entran Gargano y Eguren por los extenuados Alvaro Pereira y Arévalo Ríos en Uruguay, Biglia por Gago lesionado es la apuesta de Batista. Argentina crea las mejores chances con un remate en el palo de Higuaín y una tapada final de Muslera ante gran acción individual de Messi al filo de los penales.
En los penales Uruguay convierte todos y Muslera le tapa el penal a Tévez para conseguir la ansiada clasificación ante el júbilo de más de 5000 compatriotas en el estadio de Colón de Santa Fe.
Argentina culmina con otra decepción a la cual nos tiene acostumbrados desde 1993 hasta ahora. Sin dudas se buscarán culpables, se discutirá si fue o no un fracaso, se analizarán rendimientos, se juzgará si el cuerpo técnico está a la altura de las circunstancias, se propondrán nombres y alternativas. La actuación Argentina en esta Copa América se apoyó en conceptos que el técnico quería transmitir pero que no se advirtieron en el terreno de juego. Cuando las cosas no funcionaron se apeló a un plan B que funcionó con un rival como Costa Rica, pero ante un real candidato al título fracasó. La selección albiceleste lució una vez más como un cúmulo de individualidades dispersas en el campo de juego que debían moverse en lugares y situaciones donde no estaban acostumbrados y se sentían incómodos, primando lo individual sobre lo colectivo.
Párrafo aparte para la defensa argentina convertida en un tembladeral en cada pelota aéra, manifestando gran torpeza en la marca individual, fallas de sincronización y falta de timming en los cierres. SI se pretende seguir con estos defensores se deberá trabajar mucho.
Lo cierto es que las eliminatorias comienzan en Octubre y la paridad de esta Copa hace presagiar que serán muy complicadas si no se tienen los fundamentos futbolísticos para asumir cada compromiso con la seriedad necesaria y si no se diseña una estrategia acorde.
Brasil jugó el mejor partido del torneo ante una ultradefensivo Paraguay que hizo recodar el partido frente a Japón por los octavos de final del pasado mundial de Sudáfrica. Martino dispuso un cuadrado en el mediocampo compuesto por Vera, Cáceres, Estigarribia y RIveros muy cerca de la línea de cuatro defensores con el propósito de cortar el enlace futbolístico entre Ganso y Robinho e impedir la subida por los laterales de Maicon y André Santos.
Le costó a Brasil manejar la pelota y llegar con posibilidades, pero de a poco Robinho se convirtió en el organizador y Neymar en el ejecutor aunque la buena tarea del arquero Villar y las fallas en la definición del delantero del Santos impidieron la ventaja en el marcador.
Paraguay con una aporte nulo en ofensiva y mucha lucha y fervor en el mediocampo llevó el partido al final del tiempo reglamentario y sin goles.
En el alargue siguió siendo el conjunto verdeamarelho el dominador de las acciones, pero nunca pudo doblegar a la fuerte defensa guaraní ni mucho menos a su entonado arquero.
Se fueron expulsados Alcaraz y Lucas Leiva por un tumulto, entraron jugadores de recambio, pero no se pudo modificar el marcador.
En la definición por penales ocurrió un hecho que este autor no recuerda haber visto u oído jamás: que un conjunto brasilero haya errado los 4 penales que ejecutó (2 desviados, uno en el poste y otro atajado). Estigarribia y Riveros convirtieron para Paraguay y Brasil se fue con las manos vacías y argumentando que el estado del terreno en el punto del penal era poco menos que deplorable y que el suelo no estaba firme, razón por la cual los pedazos de panes de césped se levantaban. Paradójicamente los Paraguayos también patearon desde el mismo sector y tuvieron menos inconvenientes.
Brasil demostró que tiene un gran potencial con estos jóvenes, pero que todavía les falta un trecho para destacarse internacionalmente con los cual no es muy descabellado pensar que Kaká, Luis Fabiano, Baptista y porqué no Ronaldinho y Adriano puedan tener alguna oportunidad en el scratch.
La sorprendente Venezuela dejó en el camino a la selección chilena que venía produciendo destacadas actuaciones en el partido más intenso de los cuartos de final.
Una multitud de chilenos cruzó la cordillera para alentar a su equipo en el coqueto estadio de San Juan esperanzados en llegar a las semifinales de esta Copa, pero la realidad les jugaría una mala pasada.
A pesar de ser un equipo técnicamente inferior, los caribeños jugaron prácticamente de igual a igual destacándose la precisión de Arango que casi sobre el final del primer tiempo lanzó un tiro libre que cabeceó Vizcarrondo al arco decretando el 1-0.
Con la entrada de Valdivia por Carmona en la segunda etapa, Chile se convirtió en una tromba. Pero el arquero Vega, Perozo sobre la línea y el travesaño les negaron la chance a los andinos. Hasta que promediando la segunda etapa Suazo tras una bonita jugada de Alexis Sánchez consiguió el empate. Parecía que el envión favorecería a Chile, pero a diez minutos del final otro tiro libre de Arango fue mal despejado por el arquero Bravo que no pudo retener la pelota sirviéndole el rebote a Cichero que no tuvo problemas en colocar el 2-1.
La expulsión de Gary Medel le puso más dramatismo al encuentro con todo Chile lanzado ferozmente al empate dejando enormes espacios para los contraataques que Venezuela no pudo aprovechar para liquidar el partido. Así la selección venezolana se convirtió en el único semifinalista que solamente necesitó 90 minutos para despachar a su rival.
Para Chile queda la esperanza de seguir por el camino que iniciara Marcelo Bielsa y ahora continúa Claudio Borghi. Se ha mostrado como uno de los equipos más ofensivos de la Copa, pero deberá mejorar defensivamente, sobre todo en retroceso y algunos de sus jugadores como Vidal, Beausejour o Medel deberán atemperar su carácter y su vehemencia cuando los partidos se complican.
El domingo tendremos un nuevo campeón de la Copa más antigua que se juega en Sudamérica. El Mundial 2014 lentamente asoma en el horizonte, los candidatos para clasificar hicieron su aparición en los últimos 20 días por Argentina. Todos tienen chances, pero las eliminatorias son muy extensas y admiten pocos errores.

(1) Argentina llegó a la final de la Copa América de Ecuador 1993 ganándole a Bolivia en el debut para luego empatar sucesivamente con México y Colombia para luego vencer en la definición por penales tanto a Brasil en cuartos de final como a Colombia en semifinales. Si bien el equipo dirigido por Alfio Basile no era tan amarrete con el espectáculo, no había lucido de la misma forma que en la Copa de Chile 1991 y recibía constantes críticas de la prensa por lo mal que jugaba.

sexta-feira, 15 de julho de 2011

Argentina, Brasil y Uruguay clasifican con lo justo

La actual edición de la Copa América puede catalogarse como muy pareja y solo algunos equipos han demostrado su superioridad sobre el resto aunque todavía no hay certeza de quienes pelearán finalmente por el título
Los goles escasearon y los espectáculos se transformaron en previsibles y aburridos durante la primera fecha, pero luego cuando los equipos salieron a asumir riesgos los partidos mejoraron el nivel y los tantos aparecieron, sobre todo en la apasionante definición del grupo B.
La inexorable caída de los elefantes pudo ser salvada gracias a que en los últimos encuentros de cada grupo tanto Argentina, Brasil como Uruguay impusieron su jerarquía.
Que ha pasado con Argentina, Brasil y Uruguay? Porqué Venezuela, Perú y en menor medida Bolivia y México han llegado a complicar a los equipos más importantes con sus planteos?
Puede explicarse por 2 razones fundamentales, la primera de ellas han sido las dificultades que encontraron sobretodo los técnicos debutantes en Argentina (Batista) y Brasil (Menezes) para conformar equipos equilibrados con la importante variedad de figuras que poseen del medio hacia adelante. Argentina tiene a Messi, Tévez, Higuaín, Agüero, Milito, Lavezzi, Cambiasso, Pastore para cubrir tres o a lo sumo cuatro puestos en ofensiva. Brasil presenta el mismo inconveniente con Robinho, Neymar, Pato, Ganso, Fred, Jadson, Elano. Uruguay no le va en zaga con Forlan, Cavani, Suárez, Abreu, pero éstos últimos cuentan con la ventaja del tiempo que lleva el maestro Tabárez en el banco de suplentes, lo que supone un mejor conocimiento de su plantel con sus virtudes y limitaciones, como así también mayor tiempo de trabajo y asimilación futbolística de los conceptos que pregona el técnico y que llevaron a los celestes al cuarto puesto en le última Copa del Mundo. Batista y Menezes son técnicos post Mundial y todavía no han logrado encontrar el equipo que mejor represente sus ideas futbolístias.
También conspiró contra los 3 grandes de Sudamérica el hecho que los rivales más flojos de cada grupo jugaron con ellos el último partido a excepción del grupo A donde Costa Rica demostró ser más que Bolivia, pero los argentinos no esperaban que el equipo del altiplano les hiciera tal planteo defensivo y opusiera tanta resistencia en el debut.
Brasil paqsó algunos sustos en gran medida por la inseguridad de su arquero Julio César permitió que Ecuador le empatara dos veces el marcador hasta que con dos ataques fulminantes definió el partido a su favor. Deberá dejar la suficiencia de lado y emplearse a fondo para superar partidos más complicados como el que le planteará Paraguay en cuartos de final con el recuerdo fresco de su agónico empate en Córdoba el último domingo.
Argentina, por su parte, cambio el esquema táctico del medio hacia adelante colocando a Gago en lugar de Banega para auxiliar a Mascherano en la recuperación y aprovechar su mejor y más rápida circulación de pelota para tocar rápido con Messi y los restantes atacantes. Luego reemplazó al errático Tévez por Di María y al veloz pero impreciso Lavezzi por Agüero. Delante de ellos colocó a Higuaín en lugar de Cambiasso buscando tener más presencia en el área contraria. De esa manera quedó configurado un 4-2-3-1 muy apropiado para buscar el resultado ante los costarricenses que luego de oponer resistencia hasta el último minuto del primer tiempo fueron ampliamente desbordados durante el complemento con brillantes actuaciones de Messi, Gago, Aguëro y Di María. Lamentablemente el equipo albiceleste depende mucho de la inspiración de Messi y a veces la localía le juega en contra cuando el público se impacienta, tal como ocurriera en Santa Fe ante Colombia donde algunos jugadores dieron muestra de fastidio y otros de nerviosismo. El choque frente a Uruguay parece ser muy cerrado y por primera vez en muchos años será a cara o cruz para dejar de lado las suspicacias que siempre existieron en las sucesivas eliminatorias mundialistas.
Uruguay terminó sufriendo más de la cuenta ante un juvenil equipo mexicano por haber perdonado cuando jugaba mejor y creaba posibilidades. Se lo notó muy errático a Forlan para la definición quizás todavía afectado por sus problemas sentimentales y sobre todo porque su exposición mediática en las revistas de chismes superaba a las noticias estrictamente deportivas. No obstante Luis Suárez sigue demostrando que es un delantero de peso y los volantes Diego Pérez y Arévalo Ríos mantienen un nivel similar al Mundial del año anterior. Candidato firme aunque deberá eliminar a Argentina, tal como ocurriera en 1987 para fortalecerse psicológicamente.
Chile ha sido uno de los mejores equipos del torneo. Ahora dirigido por Claudio Borghi ha dejado atrás el vértigo con el cual jugaban durante la etapa de Marcelo Bielsa para realizar un juego un poco más cauto aunque no exento de agresividad sobre todo cuando se unen los vértices del triángulo ofensivo que forman Matías Fernández, Alexis Sánchez y Humberto Suazo. Trabaja además muy bien la pelota parada en ambas áreas, solamente tendrá que corregir algún desacople defensivo para llegar a las últimas instancias.
Colombia ha sido uno de los equipos más equilibrados porque defiende muy bien – todavía no ha recibido goles – posee un mediocampo muy combativo pero de buen toque donde se destacan Dayro Moreno y Fredy Guarín, laterales con muy buena proyección como Zuñiga y Armero, más dos delanteros de gran potencia como Radamel Falcao García y Adrián Ramos. Es candidato sobre todo si mejora la puntería de sus atacantes.
Venezuela ha sido la “cenicenta” sorpresa de este torneo logrando superar un grupo muy difícil supo mantener el cero ante Brasil, demostró su superioridad ante los ecuatorianos y dio una importante pureba de carácter al empatarle en los últimos minutos a los paraguayos un partido increíble en el cual perdían por 3-1. Su fuerza radica en el buen toque del “maestrico “ González y Rondón y la potencia de su remate de media distancia que tan buenos frutos lke rindió durante toda la primera fase.
Perú ha demostrado que puede jugar partidos de igual a igual presionando inusualmente en la salida a sus oponentes a pesar de no contar en esta Copa ni con Pizarro ni con Farfán. Se ha mostrado como un equipo prolijo y compacto con una veloz salida de contraataque aprovechando el buen toque de Vargas, Carmona y Guevara y la gran potencia ofensiva de Paolo Guerrero.
Paraguay se ha mostrado llamativamente flojo defensivamente, ya que no es común que reciba 5 goles en 2 encuentros y la mayoría de pelota parada, pero sigue siendo aquel equipo combativo del mundial con Ortigoza y Vera luchando en la recuperación de pelota, Estigarribia desbordando una y otra vez por izquierda y el aporte ofensivo de Lucas Barrios, Santa Cruz y Haedo Valdez en el banquillo por si se complica el partido (como ocurrió ante Brasil). Equipo duro y aguerrido pero con poca generación en el mediocampo ya que la mayoría de los goles llegó por desbordes, rebotes o arrestos individuales de los delanteros.
Ecuador, Costa Rica, México y Bolivia se han despedido del torneo con diferentes sensaciones.
Los ecuatorianos han mostrado el bue nivel del arquero Elizaga y la potencia ofensiva de Caicedo y un errático “chucho” Benítez como única arma. Lento el mediocampo, flojos los defensores centrales y permeables los laterales, con Valencia solo en el primer partido, Ayoví y Saritama ausentes de la Copa el equipo no tuvo respuestas para torcer la historia y ahora se duda de la continuidad del técnico Rueda ante este nuevo fracaso de la tricolor.
Costa Rica presentó un equipo sub 23 que estuvo muy cerca de clasificar a la segunda ronsa y servirá al técnico argentino Lavolpe para sacar conclusiones y sumar jugadores al elenco mayor. El joven delantero de 18 años Joel Campbell ha sido quien más se destacó y su futuro puede estar en algún club Europeo.
México llegó con un conjunto sub 23 y cinco mayores, entre los cuales estaba Giovanni dos Santos, por haber disputado y ganado semanas atrás la Copa de Oro. Pero el escándalo de las prostitutas en Ecuador con la separación de ocho jugadores minó al plantel que no obstante cumplió una actuación regular aunque su rendimiento nunca alcanzó grandes matices.
Colombia-Perú, Argentina-Uruguay por un lado y Brasil-Paraguay, Chile-Venezuela serán las llaves que entre Sábado y Domingo definirán los enfrentamientos para las semifinales. El pronóstico de acuerdo a lo que hemos observado es reservado, dependerá de cómo utiliza sus hombres y su esquema cada equipo y del estado físico y mental de los protagonistas que saben que en esta instancia un error puede dejarlos fuera de la Copa.
Bolivia solo mostró orden frente a Argentina, cuando Costa Rica y Colombia lo superaron recurrió al golpe artero y sin contemplaciones y los nervios,
El espectáculo está abierto, señores!