quarta-feira, 2 de setembro de 2009

El Real Madrid más brillante

Publicidad original de la inolvidable final


Puskas anota su cuarto gol de cabeza

Fue la final que enfrentaba a David y a Goliat. El escenario fue el estadio de Hampden Park en Glasgow y más de 130.000 espectadores tuvieron la suerte de presenciar este partido.
El Real Madrid llegaba a su quinta final de Copa de Campeones de Europa tas haber batido al Barcelona con un doble 3-1. Los alemanes habían superado sin mucho esfuerzo al Glasgow Rangers por 6-1 y 6-3 con marcadores que se asemejaban más a un partido de tenis que de fútbol.
Pero más alla de los números, la diferencia entre ambos equipos era abismal. Los merengues habían dominado el continente durante 4 años durante los cuales se alzaron con otras tantas copas y tenían una mentada mística copera. Además habían logrado 4 títulos de liga desde la temporada 1953/54. Tenía un plantel con grandes figuras como el argentino Alfredo Di Stéfano, un jugador notable y con un gran espíritu ganador; el húngaro Ferenc Puskas, poseedor de un potente remate con pierna izquierda y “Paco” Gento, un velocísimo puntero izquierdo. Del Sol, Santamaría, Zárraga, Canario y Marquitos acompañaban muy bien a estos geniales futbolistas.
Los alemanes se habían adjudicado la incipiente Liga Alemana durante la temporada 1958/59 luego de haberse impuesto en su región, superar en la siguiente etapa al Verder Bremen y al Colonia marcando la escalofriante cifra de 26 goles en 6 partidos y venciendo en la final al Kickers Offenbach por 5-3. Su mejor jugador era el interior izquierdo Alfred Pfaff, jugador de vasta campaña en el Eintracht e integrante de la selección campeona en Suiza 1954 apodado “Don Alfredo”. Stinka, Kress y Stein eran los más destacados valores dentro del modesto conjunto germano, pero se trataba de ilustres desconocidos.
Precisamente la carta que jugarían los teutones sería la del esfuerzo físico y la fortaleza anímica que habían esgrimido sus compatriotas 6 años atrás en tierras helvéticas.
Lo cierto es que este Real Madrid a diferencia de los húngaros contaba además de un gran nivel de juego con una potencia arrolladora y una sólida defensa y había enfrentado y superado años atrás a los mejores equipos italianos, franceses, ingleses y a sus archirrivales del Atlético Madrid y Barça. La primera experiencia internacional de los alemanes era precisamente esta Copa.
Los alemanes comenzaron el partido arrollando a los merengues y no fue casualidad que Kress convirtiera el tanto de la apertura tras un centro de Lindner.
A partir de ese momento el Madrid sintió el golpe y con una gran muestra de amor propio de Canario y los precisos toques de Di Stéfano y Puskas emparejó las acciones y consiguió traves de la “Saeta Rubia” el empate tras centro del citado Canario y luego la ventaja tras aprovechar un rebote corto del arquero Loy.
Antes del final del primer tiempo llegó el tercero tras un furibundo zurdazo de Puskas desde la punta izquierda.
El segundo tiempo fue un verdadero vendaval blanco, los esforzados alemanes no supieron ni pudieron controlar la inteligencia de los pases de Di Stéfano, la movilidad de Puskas, ni la habilidad de Gento. Los jugadores del real Madrid brindaron una elegante exhibición de gambetas, amagues, toques, tacos con una velocidad y precisión asombrosas.
Así llegó el cuarto gol convertido de penal por Puskas tras una infracción sobre Di Stéfano. El húngaro también consiguió el quinto gol de cabeza al culminar una maravillosa maniobra de contraataque, tras un corner mal ejecutado por los alemanes, en la cual tocaron la pelota casi todos los jugadores del elenco español.
Un rato después en 5 minutos sobrevinieron 4 goles, Puskas colocó el 6-1 con un zurdazo de media vuelta al ángulo superior estableciendo su carta conquista personal, acortaron diferencias los alemanes a través de Stein. Al sacar de mitad de cancha y tras 6 toques el argentino ingresó por el centro del ataque y colocó un remate rasante que no pudo ser detenido por el arquero germano.
El último fue nuevamente obra de Stein tras capturar un pase corto de Marquitos a su arquero.
A esta altura del partido los espectadores que colmaron el estadio no se cansaban de aplaudir y ovacionar una verdadera lección de fútbol de uno de los mejores equipos de los que se tenga memoria, a pesar que en un principio la multitud se inclinaba por el más débil.
“Hemos vencido al equipo alemán porque no ahorramos esfuerzos. Durante la hora y media de juego jugamos a todo tren. Ni después de marcar siete goles trato de reposar”. expresó el entrenador Miguel Muñoz.
El Real Madrid conquistaba su 5ta. Copa de Campeones de Europa consecutiva y cerraba la etapa más brillante del club como decía don Santiago Bernabeu.
Meses después se convertiría en el mejor equipo del Mundo al superar a Peñarol de Uruguay en la primera Copa Intercontinental al igual 0-0 en Uruguay y demoler por 5-1 en Madrid. Comenzaba así a convertirse en uno de los clubes más grandes del planeta, privilegio que ostenta hasta nuestros días.
La historia del Eintracht sería muy distinta, su único título internacional sería la Copa UEFA de 1980 y sumaría además 4 Copas de Alemania, muy lejos de la gloria de los merengues.
Sin dudas fue éste uno de los partidos más recordados de la historia y afortunadamente existen copias fílmicas donde se lo puede observar y disfrutar íntegro.



Síntesis:
Real Madrid 7: Domínguez; Marquitos, Santamaría, Pachín; Vidal, Zárraga (c); Canario, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento. Entrenador: Miguel Muñoz.
Eintracht Frankfurt 3: Loy; Lutz, Eigenbrodt, Höfer; Weilbächer, Stinka; Kress, Lindner, Stein, Pfaff (c) y Meier. Entrenador: Paul Oswald.
Árbitro: John Mowat (Escocia)
Goles:18´ Kress (EF); 27´, 30´ y 73´ Di Stéfano(RM); 45´, 56´, 60´y 71´ Puskas (RM); 72´ y 75 ´ Stein (EF)
Estadio: Hampden Park, Glasgow. Escocia
Espectadores: 135.000

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