Tras la poco feliz actuación de la selección argentina de fútbol en la última Copa América que terminó con el ciclo de Sergio Batista al frente del equipo y la incorporación de Alejandro Sabella como nuevo entrenador se resolvió la situación de caos creada en gran parte por los medios acerca de la continuidad del proceso con vista a las próximas eliminatorias que arrancarán en octubre próximo.
Ya pasaron 25 años de la gesta de México ´86 y por consiguiente 21 del subcampeonato de Italia ’90. También permanecen lejanas aquellas fotos de las Copas América de ‘91 y ’93. Las medallas doradas de Atenas ‘04 y Beiging ’08 no lograron mitigar el dolor de ya no ser, se sabe que compiten equipos juveniles con algunos mayores entonces no se toman en serio. Tampoco cuentan los 5 títulos juveniles ‘95/’97/’01/’05/’07 porque después el trabajo en divisiones menores no se vislumbra en la selección mayor por diversas razones a pesar que por allí hayan pasado Cambiasso, Aimar, Saviola, D’alessandro, Riquelme, Messi, Tévez, Agüero, Sorín, Mascherano, Di María por citar a los más representativos.
Sin dudas el problema está en la selección mayor, quizás el punto de inflexión haya sido el famoso 0-5 frente a Colombia en cancha de River durante las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos de 1994.
A partir de ese momento los fracasos se sucedieron continuamente, nos acostumbramos a escuchar explicaciones carentes de fundamento por parte de jugadores y técnicos, periodistas que pasaban de pasivos espectadores a entusiastas hinchas y terminaban como furiosos detractores e impulsores de vientos de cambio, dirigentes complacientes más ocupados en apagar incendios que en plantar nuevos árboles. Sin embargo cada torneo que se jugaba era un nuevo fracaso donde siempre se buscaba una razón culpable desde el dóping de Maradona, pasando por la mano de Tulio, el cabezazo de Ortega hasta la dudosa lesión del hombro de Abbondanzieri y el papelito con los penales de Lehmann,
Sería redundante explicar la crisis que vive el fútbol argentino no solamente a nivel de la selección sino también a nivel de clubes donde los títulos internacionales de Boca y Estudiantes durante la última década representan un oasis en el desierto. La reciente Copa que perdió Independiente ante el ignoto Jubilo Iwata no hace más que confirmar esta aseveración, quizás pueda tener mejor desempeño ante el Inter de Porto Alegre cuando dispute la Recopa Sudamericana los próximos días, aunque dudo que pueda superar al equipo brasilero.
Igual de decepcionante fue la extenuante gira europea de Boca Juniors. Más allá de un valeroso empate frente al Arsenal inglés, las derrotas frente al Español y al París Saint Germain dejaron la certeza de la realidad del fútbol local frente a algunos equipos europeos. Si bien es cierto que Boca había comenzado la pre temporada semanas atrás, la diferencia física y la velocidad de los europeos se hizo sentir y las dudas sobre ciertos rendimientos individuales debe haber preocupado seriamente a Falcioni.
Pero la crisis de la selección nacional es un tema aparte, entonces la AFA decidió cortar el hilo por la parte más delgada y Batista fue invitado a dimitir cuando un mes atrás se lo había confirmado en el cargo. Conspiraron contra el ex volante central de la selección de 1986 y 1990 la magra actuación de la reciente Copa América y el hecho que nunca fue un técnico que gozara del beneplácito de la dirigencia, más bien fue una salida elegante para descomprimir el tema Maradona post-Sudáfrica. Un entrenador de bajo perfil y carácter fuerte, sin gran experiencia en primera división pero con el aval de la medalla de oro conseguida en Beijing 2008 y un ascenso con su querido Argentinos Juniors en 2004.
Sin embargo resulta contradictoria la salida del cuestionado técnico por cuanto un mes atrás se había firmado el contrato que lo ligaba de manera oficial al seleccionado. Pero la presión de los medios y las críticas al mandamás de la AFA precipitaron el final en un hecho sin precedentes desde que Grondona asumiera la conducción del ente allá por 1979.
El elegido, Alejandro Sabella, es un técnico serio y trabajador reconocido por los títulos obtenidos en Estudiantes de la Plata y que al momento de conocer su designación se encontraba presto a viajar para dirigir en los Emiratos Árabes. Formado en el riñón del Estudiantes de Bilardo de 1981/83 de donde también emergiera Miguel Angel Russo. Alcanzó notoriedad como ayudante de Daniel Passarella en la selección argentina y numerosos equipos hasta que se independizó a comienzos de 2009 con los resultados ya conocidos.
En apenas dos meses arrancan las eliminatorias, y tras el nivel parejo mostrado por muchos equipos en la última Copa América, el camino hacia Brasil no será ningún paseo para la selección albiceleste si no mejora el nivel futbolístico de los últimos partidos. Veremos cual equipo coloca Sabella en la cancha y fundamentalmente si respeta un estilo de juego, ese que el equipo añora y no encuentra hasta el momento.
Lo cierto es que Grondona entiende que el problema no está solamente en la selección mayor, sino también en juveniles donde los resultados obtenidos durante las últimas competencias no responden a las expectativas esperándose cuál será la actuación del sub-20 que actualmente disputa el mundial de Colombia dirigido por Walter Perazzo. También Bilardo está en la cuerda floja reducido al puesto honorífico de Director de Selecciones Nacionales ocupándose por ejemplo de las necesidades de las jugadoras de fútbol femenino, pero desaprovechado en su bagaje de conocimientos futbolísticos, sin ninguna injerencia más que ser el nexo entre la dirigencia y el cuerpo técnico quedando muchas veces en offside por las diferencias inocultables entre ambas partes y por cierta incontinencia verbal.
La bomba de humo lanzada como un maestro ninja por julio Grondona en la reunión donde los dirigentes iban a pedir la cabeza de Batista y una reestructuración en la selección argentina terminó con el insólito proyecto de un torneo que unificaba la primera división con el torneo Nacional B participando 38 equipos y con más dinero a repartir entre los clubes gracias a un acuerdo con el Gobierno Nacional. Durante casi una semana no se habló de otra cosa pasando el fracaso de la Copa América a un rincón. Se especuló con eliminar los descensos e incorporar también a clubes del Torneo Argentino A y de la B metropolitana. Se cuestionó a los dirigentes que habían dado el visto bueno al proyecto sin ningún estudio, aunque la AFA aceptaba propuestas de modificación, pero finalmente se abortó desde la propia AFA a sabiendas que la alta exposición del tema podría conspirar mínimamente contra la enésima y segura reelección de Grondona al frente del organismo en Octubre próximo.
El hombre que maneja con mano de hierro lo que considera su feudo se ha convertido en una de las personas más poderosas e influyentes del país, sus acuerdos comerciales con los grupos multimedios primero y con el Gobierno Nacional después le permitieron posicionar a la AFA como una corporación al mismo nivel que los sindicatos, los empresarios, el campo o la iglesia.
Quien había sido ferretero en su Sarandí natal llegó a la Presidencia de Independiente primero y a la AFA después, para años después convertirse en vicepresidente ejecutivo de la FIFA
La llave que le permite a la AFA negociar los derechos de televisión fue una herramienta que todos los clubes afiliados pusieron hace tiempo en manos de la organización y que permitió que las dificultades económicas y los compromisos fueran salvados aunque tácitamente se transformaban en rehenes de la AFA y militantes de la complacencia y veneración hacia su presidente. Como en toda tiranía el líder no deja sucesores, por lo que la era post-Grondona se presume complicada a nivel dirigencial sobre todo por la resistencia que opondrán los clubes a cualquier tipo de reforma que altere sus intereses y a un modo de ejercer el poder que supera las tres décadas.
Pero, volviendo a la realidad local, comienza un nuevo torneo Apertura con mucha expectativa, pero pocas figuras, con mucha pasión pero pocos clásicos, con mucha garra y poco fútbol, con mucha táctica y poca técnica. La mediocridad del fútbol argentino ha empezado a emparejarse hacia abajo. El Nacional B gana cada vez m{as notoriedad en los programaciones de la canales de aire y cable, en las p{aginas de los diarios y revistas deportivas y hasta en los sitios de Internet. No es para menos, dentro de la categoría están nada menos que River Plate, Huracán, Rosario Central, Gimnasia y Esgrima de la Plata, Quiilmes, Chacarita y Ferro Carril Oeste. Solamente subirán entre dos y cuatro equipos por lo que la disputa será tremenda teniendo en cuenta la extensión del torneo, las lesiones, suspensiones y viajes a todo el país.
River confirmó a Matías Almeyda como DT y repatrió a Cavenaghi y al “chori” Domínguez, incorporó a Vella de Newell´s, Alayes y Carlos Sánchez además vendió a Lamela y Buonanotte, el infortunado Pavone fue a Lanús y Ferrari regresó a Rosario Central. Tampoco estará el infortunado Carrizo, ni Carusso ni Acevedo. Sin dudas es el máximo candidato, habrá que ver si logra imponer su categoría en esta división.
Volviendo a la primera división, Boca contrató al delantero Cvitanich para reemplazar al retirado Palermo, retornó el veterano y rústico defensor Schiavi y se aseguró la presencia de los porteros Orion y el uruguayo Sosa (ex Peñarol} tras la ida de Luchetti.
San Lorenzo contrató al delantero Gigliotti de All Boys y nuevamente retornó Romeo con el fin de mejorar ofensivamente. El “turco” Assad buscará cambiarle la apariencia a un equipo muy apático durante el anterior Clausura.
Racing ahora bajo la conducción técnica del “cholo” Simeone buscará una mayor dinámica aguardando la recuperación del colombiano Giovanni Moreno para juntarse con su compatriota Teo Gutiérrez. Incorporó a Aued y Castro de Gimnasia y Esgrima de la Plata y promete dar pelea en los puestos de vanguardia
Independiente buscará mantener su actuación en el torneo local sin dejar de lado todas las copas internacionales que deberá disputar (inter, Porto y Pachuca). Logró repatriar al defensor Milito del Barcelona e incorporó a Osmar Ferreyra. Se fueron Mancuello y Silvera a Belgrano y Mareque a Francia.
Estudiantes contrató a Miguel Russo como entrenador con la intención de mantenerse entre los mejores equipos. Arribó el formidable arquero paraguayo Villar para reemplazar a Orion y regresaron el goleador Mauro Boselli de Inglaterra y el defensor Cellay de discreta actuación en Boca y se transfirió a Enzo Pérez a Portugal, por lo que el joven Diego Galván o el colombiano Carbonero tomarían la poste del volante ofensivo.
Finalmente Diego Valeri seguirá en Lanús para beneplácito de sus hinchas luego de zanjar el conflicto que mantenía con la dirigencia del club. Retornó el volante Frtzler de su paso por España para reforzar la línea media y buscará repetir su gran campaña del Clausura último.
El actual campeón Vélez se desprendió de Maxi Moralez y Ricky Álvarez y todo parece indicar que el David Ramírez será titular al igual que el juvenil Canteros en lugar del lesionado Razzotti en el equipo que dirige Ricardo Gareca.
Habrá que prestar atención a las campañas de los clubes ascendidos que de acuerdo a los antecedentes prometen ser meritorias, por lo que los equipos de primera división que peleen por permanecer en la categoría deberán obtener buenos resultados.
También debe tenerse en cuenta la disputa de la Copa Sudamericana en la cual participarán Arsenal, Lanús, Independiente, Godoy Cruz, Vélez, Estudiantes y Argentinos Juniors por el consiguiente esfuerzo que conlleva la disputa de ambos torneos.
Aunque las expectativas son las mismas de los últimos torneos en cuanto a la mediocridad futbolística, habrá que ver si los equipos grandes recuperan su grandeza o los equipos chicos siguen manteniendo su supremacía.
Una nueva página de la historia del fútbol Argentino se abre con final como siempre incierto. La luz de esperanza para que los espectáculos mejoren está siempre encendida, de los propios equipos será la responsabilidad de mantenerla o apagarla.
quarta-feira, 10 de agosto de 2011
El fútbol Argentino y el dolor de ya no ser
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