Alemania Campeón Mundial 1990 con una de sus formaciones
Los primeros años de la década del ´80 encontraban al equipo alemán encumbrado entre las mayores potencias futbolísticas del viejo continente. A los consagrados Rummennige y Allofs se sumaban el joven goleador Rudi Voeller del Verder Bremen que como hecho anecdótico convirtió 97 goles en 137 partidos con esa camiseta, al habilidoso y diminuto Pierre Littbarski del Colonia, Lothar Matthaus del Bayern Munich quien por ese entonces era un volante de marca, Andreas Brehme del Kaiserlautern un lateral que le pegaba con igual destreza con ambas piernas, Hans Peter Briegel un terrible marcador que en su juventud había sido atleta y Tony Schumacher del Colonia un seguro y carismático guardameta.
En Holanda todo era muy oscuro, la generación dorada de Cruyff, Neeskes, Van Hanegem, Krol, Rep y Rensenbrink era un recuerdo que parecía cada vez más lejano.
Poco a poco surgía una nueva generación de jugadores dispuesta a tener más gloria que la de Tahamata, Kist y Hovenkamp que sería de transición.
Llegarían Ruud Gullit del PSV un finísimo jugador y estupendo cabeceador, su compañero Ronald Koeman un brillante líbero, Frank Rijkaard del Ajax, Jan Wouters del Ajax y como complemento su más brillante aparición el temible Marco van Basten también del equipo de Amsterdam.
Así y todo había relegado sus chances de viajar al Mundial de México ´86 en el repechaje por la regla del gol de visitante frente a su clásico rival Bélgica tras perder 0-1 como visitante y ganar en casa por 2-1 en 2 partidos en los que cualquiera podía haber clasificado.
El partido de 14 de Abril de 1986 en Dortmund serviría a los alemanes para confirmar su favoritismo en el Mundial que estaba por comenzar. A pesar de cederle la iniciativa a los holandeses fueron muy efectivos a la hora de convertir y vencieron por 3-1 con 2 goles de Rudi Vöeller.
A los holandeses les faltaba un organizador de juego, pues Ruud Gullit jugaba de mediapunta y cuando bajaba a buscar el balón el equipo perdía peso ofensivo y además le faltaba afirmarse defensivamente, puesto que la zaga central no ofrecía ningún tipo de garantía.
El veterano Rinus Michels había asumido nuevamente la dirección técnica reemplazando a Leo Beenhakker y con sus nuevas figuras no tardaría mucho en conseguir buenos resultados.
Para el año 1988 el Milan italiano contaba en sus filas con Gullit, Van Basten y Rijkaard quienes marcarían una época gloriosa en el club de la mano de Arrigo Sacchi.
Por otra parte su archirrival, el Inter, había contratado a Matthaus, Brehme para reemplazar a Rummenigge cuya carrera culminaría en Suiza.
La Eurocopa disputada en tierras germanas ese año los volvió a cruzar en una de las semifinales en lo que fue una final anticipada.
Ambos equipos eran favoritos para alzarse con el torneo, aunque los teutones sacaban una luz de ventaja por su mayor experiencia en estas instancias.
Holanda había comenzado su participación con un tropiezo frente a los rusos por 0-1, una clara victoria frente a los ingleses por 3-1 con triplete de Van Basten y un agónico triunfo frente a los irlandeses a 8 minutos de final con gol de Kieft cuando estaban quedando eliminados.
Los locales empataron a 1 gol con los italianos y vencieron claramente a Dinamrca y a España por idéntico marcador: 2-0.
El 21 de Junio en el Volksparkstadion de Hamburgo se disputó el esperado partido que fue reñido desde el comienzo con una Alemania sin Liitbarski por supuestas dolencias estomacales (aunque terminó jugando los últimos minutos) quien fue reemplazado por Mill con la intención de formar un tridente ofensivo con Vöeller y Klinsmann.
Beckenbauer dispuso que Kohler marcara a Van Basten y Borowka a Gullit, pero la gran calidad individual de los holandeses con su toque corto y sus precisos pelotazos a Espaldas de Rolff y Matthaus comnplicó mucho a la defensa germana.
La apertura del marcador fue a los 55 minutos cuando Matthaus cobró un penal discutido sobre Klinsmann entrando al área.
Más polémico fue todavía el penal otorgado a los holandeses por una supuesta falta del “perro de caza” Kohler sobre Van Basten que convirtió Ronald Koeman.
A partir de ese momento se vio lo mejor de Holanda en el terreno de juego, y lo peor de Alemania que empezó a abusar del juego brusco para frenar a sus oponentes quienes eran alentados por sus ruidosos 15 mil aficionados, y faltando apenas 2 minutos y cuando se preveía el alargue Van Aerle coloca una pelota en profundidad para van Basten quien hace pasar de largo a su cancerbero Kohler, dispara de derecha cruzado y bate a Inmmel generando una algarabía inconmesurable en los aficionados naranjas que veían consumar 14 años después la venganza de Munich y a los cuales no le iban a alcanzar las cervezas esa calurosa noche.
Posteriormente Holanda batió a la URSS por 2-0 en la final con un gol de Gullit y otro muy recordado de su artillero van Basten de volea cruzada y se coronó por primera vez campeón de la Eurocopa.
Se avecinaba al Mundial de Italia y ambos equipos tomaron parte del grupo 4 de clasificación europea con los débiles conjuntos de Finlandia y Gales. La eliminatoria fue un paseo para ambas potencias, como anécdota quedan un empate 0-0 en Munich y otro 1-1 en Rótterdam que seguramente no pasarán a la historia.
La llegada del goleador Jurgen Klinsmann al Inter procedente del Stuttgart revivió aquellos duelos Ajax-Bayern de 1973, puesto que el Inter se había convertido en el equipo de los alemanes y el Milan era el conjunto de los holandeses. Con tantos cruces en el campeonato italiano y con las respectivas selecciones, ambos rivales se conocían bastante y se había generado una gran rivalidad, era de esperar entonces que todos los encuentros fuesen muy pensados tácticamente, disputados con mucha fuerza, reñidos, aunque sin dejar de lado la emoción y la calidad técnica que aportaban sus enormes jugadores.
Previo al mundial 1990 los equipos italianos venían de un extenso calendario de partidos entre liga, copa local y copas de campeones que repercutió físicamente en algunos cracks como fue el caso de Marco Van Basten, además Ruud Gullit arrastraba una operación de rodilla que le había impedido jugar con normalidad durante la temporada 1989/90. Leo Benhakker, exitoso entrenador del real Madrid años atrás se había hecho cargo de la dirección técnica.
Alemania comenzó el Mundial como una aplanadora goleando a Yugoslavia y los Emiratos Árabes por 4-1 y 5-1 respectivamente y empatando a un gol con los colombianos cuando el equipo ya estaba clasificado.
Los campeones de Europa no llegaron tan cómodos; empataron con Egipto, Inglaterra e Irlanda y clasificaron segundos mediante un sorteo, pues se encontraban igualados en todos los aspectos con los irlandeses, quienes llegaron a octavos de final dentro de los mejores terceros. Por lo tanto este enfrentamiento que se esperaba para instancias finales de la Copa fue producido por el azar y por las decepcionantes actuaciones holandesas.
El duelo que los enfrentó el estadio San Siro de Milán el 24 de Junio en octavos de final quizás haya sido junto al choque entre Inglaterra con Camerún uno de los mejores encuentros de un Mundial muy pobre. Quiso también el destino que el estadio se dividiera en sus preferencias entre ambos rivales como habitualmente lo hacía en los derbys Milan-Inter, pero esta vez con banderas alemanas y holandesas.
Tal como sucediese en los encuentros previos, el partido fue de trámite muy parejo, mejor Holanda en el comienzo con Winter muy cerca de convertir en dos oportunidades.
Alemania solo inquietó con un zurdazo de Littbarsi que se fue desviado apenas por sobre el travesaño
Se abusaba de la pierna fuerte y el roce físico, Wouters, Van Tiggelen, Buchwald y Kohler cometieron algunas faltas muy duras, hasta que a los 20 minutos Frank Rijkaard se arroja con fiereza sobre los tobillos de Rudi Vöeller y es amonestado por el árbitro argentino Lostau, cuando ambos se incorporan y al pasar Rijkaard escupe a Voéller en su largo y rizado cabello rubio entrecano, éste le recrimina airadamente al holandés la falta y el escupitajo hasta que el árbitro también lo amonesta con la intención de tranquilizarlo. Tras efectuarse el tiro libre el arquero holandés Van Breukelen capturó la pelota, pero fue golpeado por Vöeller que no pudo contener su arremetida y chocó peligrosamente al guardameta, Rijkaard fue en defensa de su compañero y levantó al alemán de una oreja, el delantero reaccionó increpando al moreno holandés, Klinsmann pretendió separarlos pero el referee decidió dar por terminada la discusión expulsando a ambos jugadores. Camino a los vestuarios el holandés oriundo de Surinam volvió a salivar al delantero germano culminando una bochornosa actuación.
Jugando ambos equipos con 10 jugadores, Holanda sintió mucho más la expulsión de su defensor por cuanto aportaba una salida clara desde la línea defensiva y además ayudaba en la marca de los delanteros alemanes, el trabajo de Gullit se desdibujaba, pues tenía que arrancar desde muy atrás porque la pelota no le llegaba clara y Van Bavstenb era anulado por Kohler.
Alemania se reorganizó con una gran labor de Klinsmann quien en soledad se las arregló para complicar a los defensores naranjas más el aporte de Littbarski por ambas bandas y el desdoblamiento de Matthaus en funciones ofensivas y defensivas.
Tuvo una posibilidad clara Alemania sobre el final del primer período cuando Littbarski capturó un pase hacia su arquero de Van Tiggelen y colocó un perfecto centro que Buchwald remató al arco exigiendo a Van Breukelen.
Pero apenas comenzado el segundo tiempo Alemania impuso la diferencia cuando Buchawald desbordó por izquierda, colocó el centro rasante y Klinsmann anticipó a Van Aerle cruzándole la pelota al arquero hacia el palo más alejado.
Holanda se lanzó furiosamente al ataque y pudo empatar con un remate cruzado de Wouters que se fue cerca del palo y una pelota que Van Basten, quien recibió de Gullit en inmejorable posición no llegó a conectar anticipado por el atento Kohler.
De contraataque Alemania dispuso de algunas chances a travéss de Matthaus y Klinsmann, pero el héroe fue Van Breukelen, quien tapó de manera brillante a Littbarski un gol anunciado, aunque no pudo evitar minutos después un fantástico tiro combado de Brehme desde el ángulo izquierdo del área grande que se incrustó sobre el poste más alejado colocando el lapidario 2-0.
Faltando un minuto Kohler toma a Van Basten ingresando al área y Ronald Koeman convierte el penal cerrando el marcador de 2 a 1 favorable a los alemanes.
Alemania se había tomado justa revancha, aunque las expulsiones quizás hayan modificado los planteos previos los teutones habían jugado mejo, habían sido más inteligentes y tuvieron valores más destacados esa noche que los tulipanes. De esa manera los germanos se encaminaban a la obtención de su tercer título mundial bajo la dirección técnica de Franz Beckenbauer. Los holandeses volvían a casa quizás demasiado temprano para sus expectativas.
La venganza holandesa tardaría 2 años y sería durante la disputa de la Eurocopa 1992 en Goteborg, Suecia.
Ambos equipos compartían grupo con Escocia y la Comunidad de Estados Independientes (ex URSS) y definían el primer puesto en la última fecha del grupo B.
Los holandeses fueron una tromba, a los 15 minutos ganaban 2-0 con goles de Rijkaard de cabeza y Witschge de tiro libre rasante y desde casi 30 metros.
Pudoi ampliar diferencias en el primer tiempo cuando una volea de Van Basten reventó el travesaño.
Alemania buscó y encontró el descuento a través de Klinsmann de cabeza tras un corner, pero minutos después el juvenil Dennis Bergkamp con un gran cebezazo cruzado colocó el 3-1 definitivo, Holanda clasificó primero y Alemania segundo gracias a la victoria de Escocia sobre la CEI por 3-0, el empate podría haber complicado a los germanos, quienes llegaron a la final siendo derrotados por Dinamarca que ya había eliminado a los holandeses en semifinales mediante la ejecución de penales.
Se terminaba una época para ambos conjuntos y aparecían las nueva figuras tales como Bergkamp, los hermanos De Boer, Overmars, Davids, Seedorf, Kluivert en Holanda y Hassler, Thon, Bierhoff, Sammer, Ziege.
Ya no volvieron a encontrase en instancias decisivas de Mundiales o Eurocopas, sólo en partidos amistosos como el 24 de Abril de 1996 cuando Alemania venció como visitante por 1-0 en Rottterdam con gol del veterano Klinsmann de penal en el encuentro que supuso la última victoria germana hasta nuestros días.
El 14 de Noviembre de 1998 igualaron 1 a1 en Geselkirchen y el 23 de Febrero de 2000 vencieron los tulipanes por 2-1 en el Amsterdam Arena con goles de Kluivert y Zenden, marcando Ziege el descuento.
El último partido fue el 20 de Noviembre de 2002 en Gelserkirchen donde los holandeses dirigidos por Dick Advocaat vencieron como visitantes por 3 a 1 a sus clásicos rivales en esta oportunidad dirigidos por Rudi Vöeller con goles de Kluivert, Hasselbaink y Van Nistelrooy, descontando Bobic para los locales.
Quizás en la próxima Copa del Mundo podamos ver frente a frente nuevamente a los clásicos rivales de Europa Central a Ballack, Klose, Schweinsteiger, Podolski, Lahm contra Robben, Sneijder, Kuyt, van der Vaart, Huntelaar. El fútbol mundial les debe mucho a ambas selecciones.
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