Souness y Grobbelaar, artífices de la Copa de Europa de 1984 festejan la obtención del trofeo.
Neal convierte el gol de la apertura ante Roma en 1984, la desazón invade a los locales.
Afiche del desempate entre Liverpool y Everton en la Copa de Liga de 1984
Ronnie Whelan cabecea ante la línea defensiva del Tottenham en la final de la Copa de Liga de 1982
Ronnie Whelan cabecea ante la línea defensiva del Tottenham en la final de la Copa de Liga de 1982
Souness, Dalglish y Hansen el trío escocés levanta la Milk Cup de 1982.
La Tragedia de Heysel marcó un punto de inflexión en la historia del Liverpool
El Liverpool comenzaba la temporada 1981/82 con algunos cambios en su plantel. El arquero Ray Clemence, puntal de sus más importantes conquistas, fue trasferido al Tottenham tras disputa 665 partidos con los “reds”; en su reemplazo se alistaría un fornido y atlético guardametas sudafricano proveniente del Vancouve Whitecaps de Estados Unidos que también tendría una larga permanencia en el arco del club de Merseyside llamado Bruce Grobbelar, tan excéntrico como espectacular en sus salidas, las cuales mucha veces eran erráticas y ponían aprietos su propia meta tanto como sus tremendos saques de arco complicaban las defensas rivales .
Ray Kennedy, el héroe de la final de París buscaría nuevos horizontes en Swansea City junto a Colin Irwin reencontrándose con su ex compañero John Toshack.
Case fue transferido al Brighton, luego de perder la titularidad a manos de Sammy Lee, quien también dejó Liverpool para jugar en Queens Park Rangers. Sin dudas la violenta falta que terminó con la carrera de Geoff Nulty del Everton durante la temporada anterior y Algunos problemas con la justicia conspiraron contra su continuidad en el club.
Steve Heighway, otro de los históricos que había jugado poco durante la última temporada y había perdido la titularidad a manos de David Johnson se fue a jugar a Estado Unidos.
Arribaron el delantero Craig Johnson de Middlesbrough, corredor incansable, veloz y con una sorprendente habilidad; el defensor central Mark Lawreson proveniente de Brighton, potente, de buen físico y buena salida con el balón que a pesar de ser inglés jugaba como internacional de la República de Irlanda; Ronnie Whelan, irlandés, sustituto natural del emigrado Kennedy, volante de gran empuje y líder por naturaleza que completaría una larga trayectoria. Steve Nicol, escocés semiprofesional del Ayr United sería otra de las incorporaciones, se perfilaba como un lateral con buen manejo de pelota, marca y con vocación ofensiva como Neal o Alan Kennedy.
Paisley se encontraba en la difícil situación de reacomodar el equipo y por esa razón en el comienzo de la liga obtuvo resultados irregulares que lo situaron en mitad de tabla lejos de Manchester United, Ipswich Town, Swansea y Southampton que estaban en los puestos de vanguardia.
El 13 de Diciembre de 1981 Liverpool aceptó jugar por primera vez la Copa Intercontinental tras las negativas de 1977 y 1978. Desde el año anterior la Copa se jugaba a un solo partido en el estadio Olímpico de Tokyo gracias a los Dólares que los japoneses habían invertido para su realización y poniendo fin a 20 años de controversias, reclamos, negativas, dudas y suspensiones entre los sudamericanos y fundamentalmente los europeos.
Enfrente tendría al mejor Flamengo de la historia, un equipo moldeado tácticamente por el Claudio Coutinho, quien fallecería un mes antes de la disputa de esta Copa y dirigido en esa oportunidad por el experimentado Paulo César Carpegiani, quien había jugado en el equipo hasta unos meses antes cuando una lesión en su rodilla lo retiró prematuramente de las canchas. Tenía ese equipo brasilero un formidable crack en el cénit de su carrera: Zico, un jugador completísimo de buen dribbling y exquisita pegada, capaz de pasar una pelota por el espacio imposible, gran pasador de pelotas con el timming necesario para que el pase llegue en el momento y la posición justa para sus compañeros. A su lado lo acompañaban Lico y Tita, dos extraordinarios artistas del balón y constructores de paredes, EL delantero más peligroso era Nunes, tan veloz como oportuno y con gran potencia para el desequilibrio individual. Junior y Mozer eran defensores de categoría que llegarían a jugar en la selección brasilera y en Europa con gran éxito. Leandro es considerado por muchos como el mejor lateral derecho de lka historia de los El equipo llegaba tras consagrarse campeón de la Copa Libertadores en Noviembre y del Campeonato Carioca una semana antes arrastrando una gran cantidad de partidos que incluían desempates, por lo que su condición física podía estar menguada, pero el ritmo y la magnitud de las competencias eran superiores a la actualidad del Liverpool quien se había consagrado campeón de Europa siete meses antes, había sufrido algunas bajas y trataba de reacomodar sus nuevas incorporaciones, lo que ratificaba con su posición en la Liga inglesa, aunque un memorable triunfo días atrás frente al Arsenal por 3-0 en tiempo suplementario eliminándolo de la Copa de la Liga en el desempate de la cuarta ronda había levantado la moral del equipo.
La final fue un derroche de clase de Zico, quien no solo se dedicó a demostrar toda su categoría individual sino que hizo lucir a sus compañeros. El volante carioca fue una pesadilla para Case, Souness, Lawreson y cuanto jugador británico se interpusiera en su camino porque lograba sortear la marca escalonada y se desprendía elegantemente del balón cuando era presionado por más jugadores, de un brillante pase por elevación hacia el pique de Nunes llegó la apertura a los 10 minutos. A los 33 minutos Grobbelar no puede detener un tiro libre del astro brasilero que se filtró entre medio de la barrera por el lugar que ocupaba Junior y Adilio aprovechó el segundo rebote ante la pasividad de los jugadores europeos.
Casi sobre el final de la primera etapa llegó el golpe demoledor para las ilusiones de los campeones europeos, un magnífico pase de Zico rompiendo la trampa del offside habilitó a Nunes, quien nuevamente definió con clase colocando el 3-0 final que no se podría revertir en el segundo tiempo donde los jugadores del Flamengo se hicieron una oda al juego de toque a partir de una sólida defensa y la riqueza individual de sus jugadores.
El Liverpool se enfrentaba por primera vez con un estilo de juego al cual no estaba acostumbrado a jugar, pues por entonces la incidencia del jugador sudamericano en Europa era mínima, salvo el caso de España, Francia y el Tottenham de los campeones mundiales argentinos “Ossie” Ardiles y “Ricky” Villa todavía no se había producido el aluvión inmigratorio hacia Italia que llevaría a Falcao, el mismo Zico, Toninho Cerezo, Maradona, Passarella, Bertoni, Ramón Díaz. El equipo inglés había encontrado su “talón de Aquiles”.
Sin embargo continuaba su marcha en la Copa de Campeones de Europa donde en cuartos de Final enfrentó al CSKA Sofía a quien había superado claramente el año anterior. Ganó trabajosamente por 1-0 de local con una magnífica jugada culminada por Whelan, por lo que la revancha en Sofía ería complicada.
Entre medio defendió el título de la Copa de la Liga enfrentando en la final al Tottenham de Ardiles, Hoddle y Archibald que venía de obtener angustiosamente la FA Cup un año atrás ante Manchester City con un recordado tanto de Villa.
Comenzó perdiendo rápidamente a los 11 minutos cuando Archibald aprovechó un pase de Glen Hoddle desparramó en su carrera a Lawreson y remató antes del cierre de Neal batiendo a Grobbelar.
Pudo aumentar el Tottenham, pero Grobbelar, Souness y la mala puntería del moreno Crooks se lo impidieron, mientras tanto el Liverpool acosaba incesantemente a su ex compañero Clemence que salvó en dos oportunidades frente a Rush. Pero faltando 3 minutos el joven Whelan aprovechó un buscapiés de Johnson y con un remate mordido colocó la igualdad.
En la prórroga el Liverpool siguió buscando empujado por el envión anímico que significó empatar cuando el Tottenham acariciaba la Copa y por su mejor estado físico, Clemence salvó ante Rush y Jonhson; posteriormente Dalglish reventó el poste, la presión de los “reds” era insostenible hasta que a los 111’ Rush interceptó un mal pase de Ardiles, habilitó a Dalglish quien llegó libre por la izquierda hasta el fondo y colocó una precisa pelota al centro para que Whelan consiga su doblete.
El Tottenham buscó fútilmente el empate hasta que faltando un minuto un contragolpe finalizado por Ian Rush determinó el 3-1 final que consagró nuevamente al elenco de Liverpool por segundo año consecutivo.
El partido de vuelta en Sofía ante el CSKA se produjo cinco días después, y fue tan duro como se pronosticaba. Los búlgaros arrinconaron al Liverpool sobre su propia valla y fueron pocas las ocasiones que dispuso el elenco inglés para aprovechar el contraataque. La resistencia duró hasta el minuto 78 cuando una falla en la salida de Grobbelar tras un centro fue aprovechada por Stolycho Mladenov, quien de cabeza colocó el 1-0 que emparejaba la serie.
En el tiempo suplementario la iniciativa y la resistencia física de los búlgaros se impuso a la experiencia y al cansancio por la prórroga ante Tottenham y nuevamente Mladenov fue el verdugo que consiguió el 2-0 ante una mala salida de Grobbelar. El Liverpool fue a buscar como podía el descuento, pero la expulsión de Lawreson a cinco minutos del final fue determinante para las aspiraciones de los británicos que no pudieron impedir la sorpresiva clasificación de los búlgaros a semifinales.
Pero, como tantas veces sucedió el Liverpool se recuperó de su caída y arrasó en la parte final de la Liga Inglesa. Con un Rush imparable más el temperamento de los escoceses Dalglish, Souness y Hansen, el empuje de Whelan y la categoría de Neal Y Lawreson el equipo logro 11 triunfos consecutivos avanzando en las posiciones hasta situarse en la punta aventajando por 4 puntos al Ipswich y por 10 al Manchester United (1) cuando restaban 5 fechas.
No obstante el Ipswich de Bobby Robson luchó hasta el final y en la penúltima fecha se definió la Liga cuando el Liverpool dio vuelta el partido que perdía 0-1 como local ante el Tottenham - en los primeros 45 minutos - con una ráfaga de goles de Lawrenson y Dalglish y la rúbrica de Whelan sobre el final logrando un 3-1 semejante a la final de la Copa de Liga qiue le permitió coronarse ante la derrota de su contrincante por idéntico marcador ante Nottingham Forest.
La temporada 1982/83 comenzó con un triunfo por 1-0 frente al Tottenham en la Charity Cup con gol de Rush que demostraba cierta supremacía ante el equipo de Londres. A diferencia de la temporada anterior el Liverpool comenzó con buen pie la Liga y al final del año aventajaba al Manchester United y al Nottingham Forest por 8 puntos ofreciendo una gran capacidad goleadora sobre todo por parte de Rush y Dalglish. McDermott, Johnson y Fairclough dejaron el equipo tras varias emporadas y arribó David Hodgson, volante ofensivo del Middlesbrough.
Tal diferencia de puntos en la Liga le permitía disputar la Copa de Campeones con mayor tranquilidad. El Dundalk irlandés y el HJK Helsinki finlandés no fueron rivales para el campeón inglés que avanzó a cuartos de final donde lo esperaba el Widzew Lodz polaco, un modesto rival de segunda línea en Europa que solamente contaba con el internacional polaco Wlodzimierz Smolarek más el experimentado arquero Josef Mlynarczick como figuras destacadas, el técnico era el recordado líbero de la selección que participara en 1974 y 1978 Wladyslaw Zmuda. El encuentro de ida en Polonia fue un 2-0 tan injusto como certero para los locales que consagraron al arquero como figura de la noche. Los tantos fueron marcados por Tlokinski con un disparo desde el borde del área como culminación de una jugada rápida por izquierda y del pequeño suplente Wraga de cabeza ante un error de Grobbelaar faltando 10 minutos para el epílogo. La ventaja polaca despertó los fantasmas del año anterior aunque se confiaba en el poder goleador de los “reds” en Anfield tal como había ocurrido en los últimos tiempos.
Sin embargo, una súbita descompostura de Dalglish horas antes del partido obligó a su sustitución por David Hodgson quien había llegado de Middlesbrough. Ganaba el Liverpool 1-0 con gol de Neal a los 15 minutos, pero a los 33 minutos y cuando los polacos soportaban el asedio de los locales Souness se resbala con la pelota y la pierde, Smolarek aprovecha el regalo y rápidamente enfila hacia el arco, Grobbelaar no tiene más remedio que convertirle penal que Tlokinski se encarga de convertir, apenas comenzado el segundo tiempo un veloz contragolpe culmina con el sorprendente 1-2 marcado por Smolarek. Liverpool necesitaba marcar 4 goles pero solo consiguió un par en los últimos 10 minutos por intermedio de Rush y Hodgson que decoraron el inútil 3-2 final. Con la derrota del campeón Aston Villa ante la Juventus se cerraba el reinado de los clubes ingleses en la competición europea más importante que había arrancado con la recordada final de Roma en 1977.
La final de la Copa de la Liga fue una buena oportunidad para recuperar la autoestima de los “reds”. Su rival el Manchester United contaba con la estrella del momento Bryan Robson por el cual había pagado casi 2 millones de libras al West Bromwich Albion.
Con un lleno total en Wembley el Manchester se puso en ventaja a los 11 minutos con un bonito gol del joven irlandés Norman Whiteside (2) pero el Liverpool insistió una y otra vez, un tiro de Whelan en el poste fue la ocasión más clara en la primera etapa y un par de incursiones de Rush y Dalglish terminaron en faltas cerca del área. EL Manchester se vió perjudicado por las lesiones del irlandés Kevin Moran y el escocés Gordon Mc Queen ante una salida criminal de Grobbelaar.
El asedio del Liverpool dio sus frutos a los 75 cuando Alan Kennedy recibió de Ian Rush y con un disparo fuerte y esquinado desde fuera del área igualó la contienda. Llegaron al alargue y el Liverpool más experimentado en estas lides logró la ventaja mediante un remate que tomó una extraña comba y se cerró sobre el segundo palo efectuado por el héroe de la final del año anterior Ronnie Whelan quien colocó el 2-1 definitivo para obtener la “Copa de leche” inglesa por tercer año consecutivo.
La liga finalizó de forma cómoda para el elenco de la ciudad de los Beatles, por cuanto al perder el Manchester United con el Everton por 2-0 faltando 5 fechas la ventaja fue inalcanzable y el Liverpool se consagró campeón sin jugar redondeando una campaña que se empañó solamente por 5 derrotas en el tramo final del campeonato producidas por la relajación propia del equipo que toma gran ventaja respecto a sus oponentes. No obstante aventajó por 9 unidades al sorprendente Watford, por 10 al Manchester, por 11 al Tottenham y al Nottingham y por 12 al Aston Villa reflejando la paridad existente entre los demás equipos con pretensiones. De los 87 goles convertidos en la temporada Rush anotó 24 y Dalglish 18 tantos ratificando su gran poder goleador. Pero lo más importante era que Bob Paisley dejaba su lugar en el equipo después de 9 exitosas temporadas superando inclusive el rendimiento de su admirado Bill Shankly y pasando la posta a su ayudante Joe Fagan tal como lo hiciera el propio Shankly con él mismo aunque esta vez se dudara que pudieran superarse los resultados que incluían 6 ligas, 3 copas de Europa, 1 Copa UEFA y 3 Copas de la Liga más el hecho de ser nombrado 6 veces el entrenador del año y haber mantenido un récord de imbatibilidad como local de 85 partidos entre 1978 y 1981.
Fagan respetó casi la misma formación que se había consagrado campeón manteniendo a Grobbelaar en el arco, Neal, Hansen, Lawrenson (afirmado en lugar del histórico Phil Thompson) y el ingreso de Steve Nicol en la defensa; Alan Kennedy se corrió hacia mitad de cancha para acompañar a Whelan y Sammy Lee y adelante Souness, Dalglish y Rush conformaban un terceto atacante temible. Michael Robinson un goleador proveniente del descendido Brighton y el veloz e incansable sudafricano Craig Jonhston podían ser variantes en ofensiva, además a principios de 1984 llegaría el gigante John Wark del Ipswich que con el tiempo sería el reemplazante de Souness.
La temporada comenzó con la venganza del Manchester United en la Charity Shield por 2-0 con doblete de Bryan Robson, y siguió con un comienzo irregular en la Liga que comenzó a asentarse a partir de la fecha 9 cuando destronaron al líder West Ham United por 3-1 como visitantes con triplete de Michel Robinson y quedaron a 2 puntos del Manchester y a 1 de su vencido.
Mientras tanto comenzó a disputarse una nueva Copa de Europa, el Odense BK de Dinamarca fue claramente superado por los “reds” 1-0 en su casa y 5-0 en Anfield. En octavos de final el rival fue el aguerrido Athletic de Bilbao que llegaba a Inglaterra con la mala fama a cuestas por la reciente entrada de Giocoechea a Maradona del Barça que le costaría al crack argentino la fractura de su tobillo izquierdo y lo mantendría varios meses alejado de las canchas.
Fue empate 0-0 en Anfiled con un Athletic ultradefensivo que trató de cortar el circuito del mediocampo inglés y clausurar los caminos hacia el arco defendido por Zubizarreta destacándose los marcadores centrales Goicoechea y Liceranzu por repeler toda pelota que les llegaba tanto por aire como por tierra.
En San Mamés el equipo vasco dirigido por el joven Javier Clemente tuvo la iniciativa en los primeros minutos pero fue bien controlado por la línea defensiva inglesa que poco a poco empezó a manejar la pelota. A pesar de ello los bilbaínos dispusieron de chances claras desaprovechadas por mala puntería de Noriega y Sarabia.
En el complemento el Liverpool se dispuso a materializar su dominio y con el empuje de Lee y Kennedy más el juego de Dalglish y Souness empezó a complicar a los vascos hasta que a los 66 minutos Ian Rush de cabeza conectó un centro de Kennedy ante la débil oposición de la defensa local. A partir del gol el visitante dominó con claridad y pudo haber aumentado la ventaja pero la falta de resolución en los últimos metros y la excelente labor de Zubizarreta conspiraron para tal fin.
El siguiente rival fue el otrora poderoso Benfica que jugó de contraataque en Anfield llevándose un ventajoso 0-1 a causa del discreto partido del local que solamente creó 3 ocasiones de gol en los 90 minutos por intermedio de Jonhston, Souness y Rush que marcó de cabeza el gol del triunfo. El elenco portugués bien pudo empatar pero en ambas ocasiones Grobbelaar se encargó de detener sendos remates de Chalana.
Sorpresivo fue el triunfo visitante del Liverpool en el estadio Daz Luz por 4-1 aunque puede explicarse porque el primer gol marcado por Whelan tras enorme fallo del arquero Bento fue inesperado y consecuentemente puso nerviosos e imprecisos a los lisboetas a los cuales les costaba articular maniobras de ataque a pesar de ello lograron el empate, pero el conjunto inglés fue práctico y efectivo y no desaprovechó sus oportunidades, Johnston, Rush y nuevamente Whelan marcaron los tantos que definieron la clasificación a semifinales.
Para esa época el Liverpool había llegado a la final de la Copa de Liga por cuarto año consecutivo y peleaba la Liga con el Manchester United que lo superaba por un punto.
La final de la Copa de Liga frente a su clásico rival el Everton fue complicada por la excelente disposición de la línea de volantes Reid y Richardson que superaban a Dalglish y Souness mientras que Bailey y Mountfield tomaban a Rush y Johnston. Ambos equipos dispusieron de chances la más clara del Everton fue un disparo de Heath salvado en la línea por Hansen y el Liverpool tuvo una que remató mal Rush y otra de Kennedy tras superar tres oponentes que fue se desviada. Así y todo en la prórroga ambos parecieron conformarse con el empate.
Tres días después en el estadio del Manchester City se disputó el desempate y triunfó el Liverpool con gol del capitán Souness a los 22 minutos obteniendo su tercera Copa de Liga consecutiva.
Las semifinales de la Copa de Campeones fueron durísimas, el Dínamo de Bucarest era un típico equipo del este Europeo muy aplicado a la marca, a veces excesiva, con especialidad para jugar de contragolpe con delanteros muy rápidos y potentes que buscaban aprovechar al máximo sus mínimas chances. De esa manera había dejado afuera al Hamburgo alemán, flamante defensor de la Copa.
No fue de extrañar que el Liverpool le resultara incómodo el encuentro de ida en Anfield donde solo pudo superar a su rival tras una jugada de pelota parada en la cual el conjunto rumano cometió su único error. Perfecto centro de Alan Kennedy para el cabezazo inapelable de Samy Lee. Pasó un susto el local cuando el volante Augustin dejó atrás a Lawreson en una extensa corrida y su remate pegó en el palo izquierdo del vencido, aunque afortunado, Grobbelaar. El partido no dejó mucho más que un gol anulado a Lee y un presunto penal a Rush sobre el final que el árbitro desestimó.
La revancha fue favorable al Liverpool desde los 12 minutos cuando Ian Rush condiguió el tranquilizador gol fusilando a Moraru desde el área chica tras corner de Lee y desvío de Souness. A partir de ese momento el elenco visitante se replegó y los rumanos fueron a buscare el empate alentados por 75.000 ruidosos fanáticos. Augustin y Dragnea pudieron empatar, pero fue Orac de tiro libre quien consiguió la igualdad transitoria antes del descanso.
El delantero Talnar se mostraba amenazante para la defensa inglesa y tuvo posibilidades de desnivelar, pero siempre fue buen controlado hasta que faltando 6 minutos Rush aprovechó un centro cruzado de Whelan y derribó todas las esperanzas de los locales clasificando al Liverpool nuevamente para la final después de tres años.
Mientras tanto en el torneo doméstico se consagró campeón por tercer año consecutivo faltando una fecha al empatar 0-0 con el descendido Notts County y en virtud que el Manchester United no pudo con el Tottenham e igualó 1 a 1. Superó finalmente por 3 puntos al sorprendente Southampton y por 6 unidades al Manchester y al Nottingham Forest. Ian Rush alcanzó la sorprendente marca de 32 goles en 41 partidos la Liga sobre un total de 73 convertidos por el campeón, muy lejos quedaron Dalglish y Souness con 7 tantos cada uno aunque disputando menos encuentros.
Quedaba solamente la Copa de Europa para coronar otra brillante temporada con su nuevo entrenador. El rival no sería nada sencillo por 2 razones fundamentales, primero porque había formado un gran equipo y segundo porque jugaría de local.
La Roma de Italia había aprovechado la apertura de jugadores extranjeros comenzada un par de temporadas atrás y sus máximas figuras eran los brasileros Paulo Falcao y Toninho Cerezo quienes habían brillado en el último Mundial de España con la verdeamarelha pese a ser eliminados por Italia en un encuentro inolvidable. A ellos se sumaban el desequilibrante puntero derecho Bruno Conti, el temible goleador Roberto Pruzzo y su acompañante Francesco Graziani con menos gol pero gran capacidad de lucha. Según los periodistas el equipo de la capital italiana era el favorito para vencer en la final por su juego y su localía, pero valoraban la experiencia del Liverpool y la peligrosidad de sus jugadores.
Los romanos habían superado en semifinales al Dundee United escocés con un tremendo 3-0 en casa luego de soportar un 0-2 en Escocia sin la presencia de Falcao que parecía difícil de remontar. Contarían además con el apoyo de casi 80.000 “tifossi” en el estadio Olímpico de Roma, aquel donde el Liverpool dio su primer paso continental allá por 1977 donde Phill Neal quedaba como único sobreviviente. Precisamente fue el lateral quien a los doce minutos aprovechó un despeje de un defensor que pegó en la cabeza del arquero Tancredi - que se encontraba desparramado en el césped tras haber salido a descolgar un centro y ser cargado lícitamente por Whelan - señalando el tempranero 1-0. El imponente marco no afectó al Liverpool, más acostumbrado a este tipo de definiciones, quien comenzó a desplegar su típico juego de circulación de balón. La Roma entretanto solo dependía de arrestos individuales de Falcao, Conti o Pruzzo. Un disparo al primer palo de Graziani fue bien neutralizado por Grobbelar y un fuerte tiro de Rush encontró bien parado a Tancredi.
El equipo italiano pretendía perforar la defensa inglesa por el centro repitiéndose una y otra vez sin penetrar el complejo entramado de los hombres de Fagan que no escatimaban esfuerzos para perseguir y marcar a sus oponentes. Pero faltando un minuto buscaron por la punta izquierda a Conti, quien efectuó un preciso centro aéreo que Pruzzo conectó de espaldas a la portería por sobre la cabeza del sorprendido Grobbelar provocando la explosión de los espectadores italianos que celebraron el empate.
En la segunda etapa se armó el partido que todos querían ver, puesto que Dalglish y Lee se adelantaron un poco más y apareció la clase de Falcao. Se lo perdieron primero Graziani y después el rubio brasilero desde media distancia. Chierco reemplazó al golpeado Pruzzo y una precisa combinación suya con Graziani y Nela pudo terminar en gol de no ser por la oportuna aparición de Lawreson anticipando a Graziani.
Fagan tomó nota de lo sucedido e hizo ingresar al joven Nicol por Johnston para compensar la línea media. Llegaron al final de los 90 minutos y se disputó la prórroga sin que el marcador pudiera alterarse aunque los romanos tuvieron las más clareas opciones en los pies de Conti. Dalglish y Cerezo fueron reemplazados evidenciando el gran esfuerzo en ambos equipos.
Y fueron a definir por penales. Nicol tiró por encima del travesaño el primero del Liverpool. Di Bartolomei y Neal adentro, Conti fuera (1-1). Souness y Righetti convirtieron (2-2) Rush estableció la diferencia, llegó el turno de Graziani y Grobbleaar comenzó a practicar un extraño bailoteo que puso nervioso al ejecutante italiano que desvió el disparo sobre el horizontal. En los pies de Kennedy estaba la victoria para el equipo inglés y a pesar que el irlandés le pegó casi con el tobillo logró desconcertar a Tancredi que se arrojó el palo opuesto y el equipo inglés se coronaba nuevamente Rey de Europa, esta vez en el propio reducto de su oponente y contra todos los pronósticos.
La partida de Graeme Souness a la Sampdoria italiana dejó un gran vacío en el mediocampo, por tal motivo se contrató al habilidoso danés Jan Molby y a la joven promesa Paul Walsh del Luton para la ofensiva. Fagan creía también que Lawrenson podía jugar en el mediocampo por eso cuando el escocés Gary Gillespie llegó al equipo le resolvió un gran inconveniente, puesto que podía tener otro jugador versátil en la defensa. El volante escocés Kevin Mc Donald y el defensor irlandés Jim Beglin fueron también incorporados.
La temporada comenzó con el clásico partido de la Copa de Caridad que enfrentó en esta oportunidad al Liverpool con sus vecinos del Everton, quienes se tomaron revancha de la final de la Copa de Liga del año anterior gracias a un desafortunado despeje de Hansen que pegó en Grobbelaar, quien había sido previamente desparramado por una gambeta de Sharp, y se introdujo en su propio arco. Los intentos del campeón de Europa fueron vanos y su rival se llevó la Copa presagiando lo que sería su brillante temporada en la liga.
La nueva Copa de Europa dio comienzo y el campeón enfrentó en primera instancia al Lewch Poznan polaco doblegándolo con una victoria 1-0 como visitante con gol de Wark y un contundente 4-0 en Anfield con tres del gigante escocés y uno de Walsh. La operación de cartílagos de Ian Rush permitió la consolidación del ex jugador del Ipswich como titular a fuerza de goles, sin embargo el galés era un jugador que podía retroceder y juntarse con sus compañeros para generar juego, por lo que el rendimiento del equipo en la Liga era discreto y a medida que avanzaban las fechas se alejaba más de Tottenham y Everton.
El Benfica fue el rival de octavos de final y con un espectacular triplete del reaparecido Rush fue derrotado por 3-1 en Anfield. Fagan se había decidido por mantener a Wark – aunque reemplazado en al complemento por Johnston – en el equipo e incluir como volante a Gillespie, quien fue responsable directo del gol de Diamantino tras una entrega corta a Grobbelar. Sin embargo la excepcional actuación del galés iluminó a un equipo que estaba en penumbras y necesitaba un buen triunfo para salir del letargo.
La revancha en Lisboa fue favorable en el resultado a los locales gracias a un penal convertido por Manniche a los 5 minutos tras clara falta de Grobbelaar a Silva, quien luego se resarció un una magnífica tapada a Wanda. Fueron expulsados Dalglish y Pietra por agredirse mutuamente y a pesar de contar Liverpool con oportunidades para empatar por medio de Lawrenson y Rush o el Benfica de ampliar la ventaja por Manniche, el resultado no se modificó y el conjunto inglés avanzó a cuartos de final.
El nuevo desafío para el conjunto de Joe Fagan era la Copa Intercontinental frente a Independiente de Argentina, un equipo con un gran mediocampo formado por Giusti, Marangoni, Bochini y Burruchaga que se entendían a la perfección más la velocidad del extremo Barberón, la experiencia de Torssero y Villaverde en la defensa y la sobriedad del arquero uruguayo Goyén.
Fagan dispuso un esquema muy ofensivo con Dalglish y Molby como volantes más Rush, Wark y Johnston como delanteros, aunque el sudafricano podía retarsarse unos metros para colaborar en la recuperación del balón. El equipo se plantó a presionar en mitad de cancha y jugó al achique con la intención de dejar en offside a sus oponentes. Pero una falla permitió que un pase en profundidad de Marangoni hacia el pique en diagonal de Percudani rompiera con el achique y la veloz carrera del delantero de Independiente culminó con una brillante definición a los 6 minutos de juego.
Al Liverpool le costó reacomodarse tras el sorpresivo tanto e Independiente luchó cada pelota como si fuese la última. Las actuaciones de Molby y Gillespie fueron opacas, Rush era bien controlado por Villaverde y Enrique, Wark, en tanto era intrascendente y fue reemplazado por Whelan en el complemento . En este contexto solo Dalglish insinuaba alguna aproximación al arco de Goyén y Johnston preocupaba con sus arranques a Clausen.
Sin embargo el Liverpool se fue diluyendo y el equipo argentino hacía gala de un buen toque en el mediocampo. Solo algunos tiros de larga distancia y un cabezazo forzado de Rush lograron inquietar a Goyén. Hasta que se decretó el final y una vez más la Copa Mundial de clubes le resultaba esquiva a los ingleses.
EL presente del equipo inglés no era tampoco el mejor, alejado de los primeros puestos en la liga, eliminado de la “Copa de leche” por el Tottenham solo le quedaban la Copa de Europa y la FA Cup para logar algún título.
Una nueva decepción se sumó en la Supercopa que lo enfrentó a la Juventus de Platini y Boniek en el propio estadio turinés y en una helada noche. Sin Dalglish, suspendido, el Liverpool cayó por 2-0 con doblete del polaco Boniek aunque tuvo ocasiones parejas con su adversario que le cedió pelota y terreno para doblegarlo de contraataque.
Pese a todo ello enfrentó al Austria Viena en los cuartos de final de la Copa de Campeones empatando angustiosamente de visitante con un agónico gol de Nicol a tres minutos del final. El elenco austríaco tenía jugadores experimentados como el arquero Koncilia, Obermayer, Prohaska, Nylasi y el joven Anton Polster, autor del primer gol del encuentro.
El partido de vuelta en Anfield fue un monólogo de los locales que ya vencían por 2-0 al final del primer tiempo y cerraron el marcador con un cómodo 4-1 que los depositó en semifinales.
Un repunte en el torneo doméstico y la clasificación a las semifinales de la FA Cup mejoraron las expectativas para afrontar los siguientes encuentros.
El Panathinaikos dirigido por el polaco Jacek Gmoch fue el rival en semifinales y los “reds” le propinaron una histórica goleada en Anfield por 4-0 con 2 goles de Rush, uno de Wark y el restante de Beglin. Resistieron como pudieron los griegos apoyados en la buena labor del arquero Laftsis en la primera etapa hasta el primer gol del galés a los 35 minutos aprovechando tras un disparo de Mac Donald que desvió el portero y pegó en el poste. En el complemento fue dominio exclusivo de los locales que crearon innumerables situaciones para elaborar una resonante goleada.
La semifinal de la FA Cup ante el Manchester United fue milagrosa puesto que el Liverpool se encontró dos veces en desventaja y en ambas igualó agónicamente. Bryan Robson adelantó al Manchester y Whelan igualó a los 87 minutos con un disparo medido. Durante el alargue nuevamente Manchester se adelantó por intermedio de Stapleton, pero en el último minuto y cuando los fanáticos del Manchester festejaban Walsh marcó el impensado 2-2 que forzó el desempate.
Cuatro días después y en el estadio del Manchester City, el United venció merecidamente por 2-1 aunque el Liverpool se había adelantado con gol en contra de McGrath, pero Robson y el gales Hughes sentenciaron la historia ante un Liverpool que extrañó demasiado el poder goleador de Rush – resentido de una lesión – y sintió la acumulación de varios partidos.
Mientras el Everton se hacía inalcanzable en la Liga, llegó el turno de la revancha en Atenas sin Kennedy ni Rush, el encuentro fue abierto y bien jugado por la inteligencia de Dalglish y Whelan como también del argentino Rocha y Saravakos en Panathinaikos. Ambos arqueronb tuvieron destacadas intervenciones hasta que a los 60 minutos una combinación entre Beglin y Lawrenson terminó con la definición del internacional irlandés. Saravakos y Dimipoulos pudieron empatar, pero la suerte estaba echada y el Liverpool otra vez en la final.
La Juventus había dejado atrás al Burdeos de Tigana, Giresse, Lacombe y Battiston por un 3-0 en casa a pesar de la derrota por 0-2 en Francia. EL conjunto turinés giraba alrededor de la estrella del francés Michel Platini en el mejor año de su carrera. Alrededor suyo estaban nada menos Paolo Rossi y Zbigniew Boniek, dos extraordinarios goleadores. Marco Tardelli era el acompañante ideal en el mediocampo pues corría, tocaba y clarificaba las acciones. Scirea, Brio y Cabrini eran defensores que se destacaba por su solidez. Sin dudas era un equipo formidable que venía de caer en la final de 1983 frente al Hamburgo y de consagrarse en la Recopa del año anterior.
A pesar que ambos equipos tenían varios jugadores aquejados por las típicas molestias físicas de fin de temporada los dos técnicos presentaron sus mejoras alineaciones. El antecedente de la final de la Supercopa en febrero último pesaba en ambos equipos, pero las actuaciones del Liverpool habían mejorado en los últimos meses.
El estadio Heysel de Bruselas sería la sede del cotejo decisivo albergando 53000 espectadores deseosos de observar a los dos mejores equipos de Europa, pero no estaría preparado para prever una de las mayores tragedias de la historia del fútbol mundial.
Los “Hooligans” o vándalos habían asolado las canchas inglesas durante las últimas temporadas. Habían llegado a Bruselas en gran número dentro de los 20.000 hinchas ingleses y ya habían dejado su impronta en varios comercios de la capital belga.
El ingreso al estadio de mayor cantidad de espectadores permitidos (casi 60.000) produjo que una hora antes del inicio un grupo de “hooligans” alcoholizados quisiera atacar a los italianos que estaban en la tribuna contigua quienes según algunas versiones los habrían apedreado con mampostería caída del antiguo estadio. El muro que los separaba cedió y se produjo una congestión en las salidas entre los que querían escapar y los que se replegaban que repercutió en aplastamientos, asfixia y pisotones entre los que quedaron atrapados. Algunos pudieron saltar al campo de juego donde se desarrolló una verdadera batalla campal ante la lentitud de reflejos de la policía belga. Hubo 38 muertos y más de 600 heridos, la mayoría italianos.
Increíblemente el partido se disputó pese a que la federación italiana y los propios jugadores de la “Juve” estaban en desacuerdo, puesto que consideraban que entre los afectados podía haber familiares. Pero presionados por la dirigencia de la UEFA, el alcalde de Bruselas y la policía que brindaba las garantías de seguridad se decidió jugar el encuentro para prevenir una tragedia aun mayor.
Mark Lawrenson tuvo que retirarse lesionado a los 3 minutos y fue reemplazado por Gary Gillespie. Los jugadores estaban visiblemente afectados por todo lo ocurrido, pese a ello brindaron un s primeros 25 minutos muy buenos con toque de pelota y permanente vocación ofensiva.
Tacconi estuvo atento antes dos buenos disparos de Whelan que pudieron sifgnificar la apertura del marcador como otra jugada en la cual Wark no pudo conectar el balón desde una buena posición. Solo Cabrini exigió una vez a Grobbelaar durante la primera etapa. Elñ Liverpool tenía el dominio del terreno, pero la férrea defensa italiana impedía que sus delanteros puedan gravitar. Brio hacía marca personal sobre Rush y Wark estaba desconcertado, Tardelli le ganaba el duelo a Walsh y Dalglish generaba muy poco, pues no tenía compañía. Las paredes cortas y los pelotazos de Platini a Boniek eran demasiado peligrosos para la defensa del Liverpool mientras que Paolo Rossi no pesaba demasiado.
En el complemento Fagan hizo ingresar a Johnston por el errático Walsh buscando más profundidad; pero a los 56 minutos llegó la jugada polémica tras un pelotazo tan largo como preciso de Platini a Boniek, el polaco enganchó entre Gillespie y Beglin y el primero le cometió una visible falta a casi 2 metros del área. El árbitro suizo André Daina desde muy lejos señaló penal y Platini lo cambió por gol con una brillante ejecución.
Minutos después Scirea derribó a Whelan claramente dentro del área y el árbitro ignoró la acción.
El Liverpool visiblemente afectado por los fallos arbitrales dejó de lado su fútbol elegante y apremiado por el pressing italiano en mitad de cancha, donde Tardelli y Bonini mandaban, y la pegajosa marca que sufrían sus delanteros comenzó a tirar centros sobre el área por medio de Neal y Hansen por derecha como Belglin y Gillespie por izquierda. Tacconi y los defensores despejaban toda pelota que cayera en sus dominios. El "catenaccio" dispuesto por el técnico Trapattoni funcionaba como un mecanisno de relojería Solo Whelan preocupaba con algún tiro desde fuera del área. Y así se fue consumiendo el tiempo y la Juventus consiguió su primera Copa de Europa.
Era el final de una era, la época dorada del Liverpool y del fútbol inglés. Tras los graves hechos de Heysel, la UEFA suspendió a los clubes ingleses para participar de las todas las competencias europeas por 5 años y al Liverpool en especial por diez – aunque finalmente fue rebajada a seis –. Se produjo entonces un importante éxodo de jugadores y técnicos principalmente a Italia en busca de mejores perspectivas económicas, puesto que la falta de competencia internacional también traía aparejados problemas de presupuesto para los clubes.
Dalglish fue promovido al cargo de técnico-jugador ante la prtida de Fagan luego de la final de Bruselas Bajo su tutela el Liverpool siguió dominando en Inglaterra a tal punto que obtuvo las Ligas de 1985/86, 1987/88 y 1989/90, las FA Cup de 1985/86 1988/89 y 1991/92, y las Community Shield de 1986, 88, 89 y 1990.
Fueron llegando nuevos jugadores como Beardsley, Barnes, Aldridge, Houghton, McMahon, Staunton y Burrows, Rush fue a Juventus en 1987 y regresó al año siguiente para seguir castigando redes. Puede aventurarse que de seguir participando en competiciones europeas, el Liverpool seguramente hubiera sido uno de los animadores y hubiese peleado el dominio continental con el fantástico Milan de Arrigo Sacchi.
El sesgo de la tragedia persiguió al Liverpool cuando el 15 de Abril de 1989 en la semifinal de la Copa de Liga frente al Nottingham Forest en Sheffield se produjo un atasco en las entradas de público que se resolvió abriendo un túnel hacia el campo de juego, como consecuencia del abarrotamiento de público murieron 96 hinchas incluidos mujeres y niños. El hecho se conoció mundialmente como la tragedia de Hillsborough y llevó al Gobierno inglés a tomar medidas para aumentar la seguridad en los vestuarios y reducir el vandalismo.
Desde entonces solamente se coronó campeón de Europa en 2005 cuando venció por penales al Milan tras una heroica remontada de un 0-3 en una de las más apasionantes finales de la actual Champions League. Obtuvo también la Copa UEFA en 2001 tras otra recordada final ante el Alavés español. Nunca más hasta 2010 pudo ganar la Premier League desde aquel título conseguido en 1990.
Los hinchas que tienen más de 40 años todavía añoran las atajadas de Clemence, las payasadas de Grobbelaar, las subidas de Neal, los remates de Callahan y Kennedy, los cabezazos de Toshack, la habilidad de Keegan, la entrega de Souness, las definiciones de Dalglish, los goles de Rush. Postales de una gloria pasada donde podían autoproclamarse King of Europe.
El Liverpool comenzaba la temporada 1981/82 con algunos cambios en su plantel. El arquero Ray Clemence, puntal de sus más importantes conquistas, fue trasferido al Tottenham tras disputa 665 partidos con los “reds”; en su reemplazo se alistaría un fornido y atlético guardametas sudafricano proveniente del Vancouve Whitecaps de Estados Unidos que también tendría una larga permanencia en el arco del club de Merseyside llamado Bruce Grobbelar, tan excéntrico como espectacular en sus salidas, las cuales mucha veces eran erráticas y ponían aprietos su propia meta tanto como sus tremendos saques de arco complicaban las defensas rivales .
Ray Kennedy, el héroe de la final de París buscaría nuevos horizontes en Swansea City junto a Colin Irwin reencontrándose con su ex compañero John Toshack.
Case fue transferido al Brighton, luego de perder la titularidad a manos de Sammy Lee, quien también dejó Liverpool para jugar en Queens Park Rangers. Sin dudas la violenta falta que terminó con la carrera de Geoff Nulty del Everton durante la temporada anterior y Algunos problemas con la justicia conspiraron contra su continuidad en el club.
Steve Heighway, otro de los históricos que había jugado poco durante la última temporada y había perdido la titularidad a manos de David Johnson se fue a jugar a Estado Unidos.
Arribaron el delantero Craig Johnson de Middlesbrough, corredor incansable, veloz y con una sorprendente habilidad; el defensor central Mark Lawreson proveniente de Brighton, potente, de buen físico y buena salida con el balón que a pesar de ser inglés jugaba como internacional de la República de Irlanda; Ronnie Whelan, irlandés, sustituto natural del emigrado Kennedy, volante de gran empuje y líder por naturaleza que completaría una larga trayectoria. Steve Nicol, escocés semiprofesional del Ayr United sería otra de las incorporaciones, se perfilaba como un lateral con buen manejo de pelota, marca y con vocación ofensiva como Neal o Alan Kennedy.
Paisley se encontraba en la difícil situación de reacomodar el equipo y por esa razón en el comienzo de la liga obtuvo resultados irregulares que lo situaron en mitad de tabla lejos de Manchester United, Ipswich Town, Swansea y Southampton que estaban en los puestos de vanguardia.
El 13 de Diciembre de 1981 Liverpool aceptó jugar por primera vez la Copa Intercontinental tras las negativas de 1977 y 1978. Desde el año anterior la Copa se jugaba a un solo partido en el estadio Olímpico de Tokyo gracias a los Dólares que los japoneses habían invertido para su realización y poniendo fin a 20 años de controversias, reclamos, negativas, dudas y suspensiones entre los sudamericanos y fundamentalmente los europeos.
Enfrente tendría al mejor Flamengo de la historia, un equipo moldeado tácticamente por el Claudio Coutinho, quien fallecería un mes antes de la disputa de esta Copa y dirigido en esa oportunidad por el experimentado Paulo César Carpegiani, quien había jugado en el equipo hasta unos meses antes cuando una lesión en su rodilla lo retiró prematuramente de las canchas. Tenía ese equipo brasilero un formidable crack en el cénit de su carrera: Zico, un jugador completísimo de buen dribbling y exquisita pegada, capaz de pasar una pelota por el espacio imposible, gran pasador de pelotas con el timming necesario para que el pase llegue en el momento y la posición justa para sus compañeros. A su lado lo acompañaban Lico y Tita, dos extraordinarios artistas del balón y constructores de paredes, EL delantero más peligroso era Nunes, tan veloz como oportuno y con gran potencia para el desequilibrio individual. Junior y Mozer eran defensores de categoría que llegarían a jugar en la selección brasilera y en Europa con gran éxito. Leandro es considerado por muchos como el mejor lateral derecho de lka historia de los El equipo llegaba tras consagrarse campeón de la Copa Libertadores en Noviembre y del Campeonato Carioca una semana antes arrastrando una gran cantidad de partidos que incluían desempates, por lo que su condición física podía estar menguada, pero el ritmo y la magnitud de las competencias eran superiores a la actualidad del Liverpool quien se había consagrado campeón de Europa siete meses antes, había sufrido algunas bajas y trataba de reacomodar sus nuevas incorporaciones, lo que ratificaba con su posición en la Liga inglesa, aunque un memorable triunfo días atrás frente al Arsenal por 3-0 en tiempo suplementario eliminándolo de la Copa de la Liga en el desempate de la cuarta ronda había levantado la moral del equipo.
La final fue un derroche de clase de Zico, quien no solo se dedicó a demostrar toda su categoría individual sino que hizo lucir a sus compañeros. El volante carioca fue una pesadilla para Case, Souness, Lawreson y cuanto jugador británico se interpusiera en su camino porque lograba sortear la marca escalonada y se desprendía elegantemente del balón cuando era presionado por más jugadores, de un brillante pase por elevación hacia el pique de Nunes llegó la apertura a los 10 minutos. A los 33 minutos Grobbelar no puede detener un tiro libre del astro brasilero que se filtró entre medio de la barrera por el lugar que ocupaba Junior y Adilio aprovechó el segundo rebote ante la pasividad de los jugadores europeos.
Casi sobre el final de la primera etapa llegó el golpe demoledor para las ilusiones de los campeones europeos, un magnífico pase de Zico rompiendo la trampa del offside habilitó a Nunes, quien nuevamente definió con clase colocando el 3-0 final que no se podría revertir en el segundo tiempo donde los jugadores del Flamengo se hicieron una oda al juego de toque a partir de una sólida defensa y la riqueza individual de sus jugadores.
El Liverpool se enfrentaba por primera vez con un estilo de juego al cual no estaba acostumbrado a jugar, pues por entonces la incidencia del jugador sudamericano en Europa era mínima, salvo el caso de España, Francia y el Tottenham de los campeones mundiales argentinos “Ossie” Ardiles y “Ricky” Villa todavía no se había producido el aluvión inmigratorio hacia Italia que llevaría a Falcao, el mismo Zico, Toninho Cerezo, Maradona, Passarella, Bertoni, Ramón Díaz. El equipo inglés había encontrado su “talón de Aquiles”.
Sin embargo continuaba su marcha en la Copa de Campeones de Europa donde en cuartos de Final enfrentó al CSKA Sofía a quien había superado claramente el año anterior. Ganó trabajosamente por 1-0 de local con una magnífica jugada culminada por Whelan, por lo que la revancha en Sofía ería complicada.
Entre medio defendió el título de la Copa de la Liga enfrentando en la final al Tottenham de Ardiles, Hoddle y Archibald que venía de obtener angustiosamente la FA Cup un año atrás ante Manchester City con un recordado tanto de Villa.
Comenzó perdiendo rápidamente a los 11 minutos cuando Archibald aprovechó un pase de Glen Hoddle desparramó en su carrera a Lawreson y remató antes del cierre de Neal batiendo a Grobbelar.
Pudo aumentar el Tottenham, pero Grobbelar, Souness y la mala puntería del moreno Crooks se lo impidieron, mientras tanto el Liverpool acosaba incesantemente a su ex compañero Clemence que salvó en dos oportunidades frente a Rush. Pero faltando 3 minutos el joven Whelan aprovechó un buscapiés de Johnson y con un remate mordido colocó la igualdad.
En la prórroga el Liverpool siguió buscando empujado por el envión anímico que significó empatar cuando el Tottenham acariciaba la Copa y por su mejor estado físico, Clemence salvó ante Rush y Jonhson; posteriormente Dalglish reventó el poste, la presión de los “reds” era insostenible hasta que a los 111’ Rush interceptó un mal pase de Ardiles, habilitó a Dalglish quien llegó libre por la izquierda hasta el fondo y colocó una precisa pelota al centro para que Whelan consiga su doblete.
El Tottenham buscó fútilmente el empate hasta que faltando un minuto un contragolpe finalizado por Ian Rush determinó el 3-1 final que consagró nuevamente al elenco de Liverpool por segundo año consecutivo.
El partido de vuelta en Sofía ante el CSKA se produjo cinco días después, y fue tan duro como se pronosticaba. Los búlgaros arrinconaron al Liverpool sobre su propia valla y fueron pocas las ocasiones que dispuso el elenco inglés para aprovechar el contraataque. La resistencia duró hasta el minuto 78 cuando una falla en la salida de Grobbelar tras un centro fue aprovechada por Stolycho Mladenov, quien de cabeza colocó el 1-0 que emparejaba la serie.
En el tiempo suplementario la iniciativa y la resistencia física de los búlgaros se impuso a la experiencia y al cansancio por la prórroga ante Tottenham y nuevamente Mladenov fue el verdugo que consiguió el 2-0 ante una mala salida de Grobbelar. El Liverpool fue a buscar como podía el descuento, pero la expulsión de Lawreson a cinco minutos del final fue determinante para las aspiraciones de los británicos que no pudieron impedir la sorpresiva clasificación de los búlgaros a semifinales.
Pero, como tantas veces sucedió el Liverpool se recuperó de su caída y arrasó en la parte final de la Liga Inglesa. Con un Rush imparable más el temperamento de los escoceses Dalglish, Souness y Hansen, el empuje de Whelan y la categoría de Neal Y Lawreson el equipo logro 11 triunfos consecutivos avanzando en las posiciones hasta situarse en la punta aventajando por 4 puntos al Ipswich y por 10 al Manchester United (1) cuando restaban 5 fechas.
No obstante el Ipswich de Bobby Robson luchó hasta el final y en la penúltima fecha se definió la Liga cuando el Liverpool dio vuelta el partido que perdía 0-1 como local ante el Tottenham - en los primeros 45 minutos - con una ráfaga de goles de Lawrenson y Dalglish y la rúbrica de Whelan sobre el final logrando un 3-1 semejante a la final de la Copa de Liga qiue le permitió coronarse ante la derrota de su contrincante por idéntico marcador ante Nottingham Forest.
La temporada 1982/83 comenzó con un triunfo por 1-0 frente al Tottenham en la Charity Cup con gol de Rush que demostraba cierta supremacía ante el equipo de Londres. A diferencia de la temporada anterior el Liverpool comenzó con buen pie la Liga y al final del año aventajaba al Manchester United y al Nottingham Forest por 8 puntos ofreciendo una gran capacidad goleadora sobre todo por parte de Rush y Dalglish. McDermott, Johnson y Fairclough dejaron el equipo tras varias emporadas y arribó David Hodgson, volante ofensivo del Middlesbrough.
Tal diferencia de puntos en la Liga le permitía disputar la Copa de Campeones con mayor tranquilidad. El Dundalk irlandés y el HJK Helsinki finlandés no fueron rivales para el campeón inglés que avanzó a cuartos de final donde lo esperaba el Widzew Lodz polaco, un modesto rival de segunda línea en Europa que solamente contaba con el internacional polaco Wlodzimierz Smolarek más el experimentado arquero Josef Mlynarczick como figuras destacadas, el técnico era el recordado líbero de la selección que participara en 1974 y 1978 Wladyslaw Zmuda. El encuentro de ida en Polonia fue un 2-0 tan injusto como certero para los locales que consagraron al arquero como figura de la noche. Los tantos fueron marcados por Tlokinski con un disparo desde el borde del área como culminación de una jugada rápida por izquierda y del pequeño suplente Wraga de cabeza ante un error de Grobbelaar faltando 10 minutos para el epílogo. La ventaja polaca despertó los fantasmas del año anterior aunque se confiaba en el poder goleador de los “reds” en Anfield tal como había ocurrido en los últimos tiempos.
Sin embargo, una súbita descompostura de Dalglish horas antes del partido obligó a su sustitución por David Hodgson quien había llegado de Middlesbrough. Ganaba el Liverpool 1-0 con gol de Neal a los 15 minutos, pero a los 33 minutos y cuando los polacos soportaban el asedio de los locales Souness se resbala con la pelota y la pierde, Smolarek aprovecha el regalo y rápidamente enfila hacia el arco, Grobbelaar no tiene más remedio que convertirle penal que Tlokinski se encarga de convertir, apenas comenzado el segundo tiempo un veloz contragolpe culmina con el sorprendente 1-2 marcado por Smolarek. Liverpool necesitaba marcar 4 goles pero solo consiguió un par en los últimos 10 minutos por intermedio de Rush y Hodgson que decoraron el inútil 3-2 final. Con la derrota del campeón Aston Villa ante la Juventus se cerraba el reinado de los clubes ingleses en la competición europea más importante que había arrancado con la recordada final de Roma en 1977.
La final de la Copa de la Liga fue una buena oportunidad para recuperar la autoestima de los “reds”. Su rival el Manchester United contaba con la estrella del momento Bryan Robson por el cual había pagado casi 2 millones de libras al West Bromwich Albion.
Con un lleno total en Wembley el Manchester se puso en ventaja a los 11 minutos con un bonito gol del joven irlandés Norman Whiteside (2) pero el Liverpool insistió una y otra vez, un tiro de Whelan en el poste fue la ocasión más clara en la primera etapa y un par de incursiones de Rush y Dalglish terminaron en faltas cerca del área. EL Manchester se vió perjudicado por las lesiones del irlandés Kevin Moran y el escocés Gordon Mc Queen ante una salida criminal de Grobbelaar.
El asedio del Liverpool dio sus frutos a los 75 cuando Alan Kennedy recibió de Ian Rush y con un disparo fuerte y esquinado desde fuera del área igualó la contienda. Llegaron al alargue y el Liverpool más experimentado en estas lides logró la ventaja mediante un remate que tomó una extraña comba y se cerró sobre el segundo palo efectuado por el héroe de la final del año anterior Ronnie Whelan quien colocó el 2-1 definitivo para obtener la “Copa de leche” inglesa por tercer año consecutivo.
La liga finalizó de forma cómoda para el elenco de la ciudad de los Beatles, por cuanto al perder el Manchester United con el Everton por 2-0 faltando 5 fechas la ventaja fue inalcanzable y el Liverpool se consagró campeón sin jugar redondeando una campaña que se empañó solamente por 5 derrotas en el tramo final del campeonato producidas por la relajación propia del equipo que toma gran ventaja respecto a sus oponentes. No obstante aventajó por 9 unidades al sorprendente Watford, por 10 al Manchester, por 11 al Tottenham y al Nottingham y por 12 al Aston Villa reflejando la paridad existente entre los demás equipos con pretensiones. De los 87 goles convertidos en la temporada Rush anotó 24 y Dalglish 18 tantos ratificando su gran poder goleador. Pero lo más importante era que Bob Paisley dejaba su lugar en el equipo después de 9 exitosas temporadas superando inclusive el rendimiento de su admirado Bill Shankly y pasando la posta a su ayudante Joe Fagan tal como lo hiciera el propio Shankly con él mismo aunque esta vez se dudara que pudieran superarse los resultados que incluían 6 ligas, 3 copas de Europa, 1 Copa UEFA y 3 Copas de la Liga más el hecho de ser nombrado 6 veces el entrenador del año y haber mantenido un récord de imbatibilidad como local de 85 partidos entre 1978 y 1981.
Fagan respetó casi la misma formación que se había consagrado campeón manteniendo a Grobbelaar en el arco, Neal, Hansen, Lawrenson (afirmado en lugar del histórico Phil Thompson) y el ingreso de Steve Nicol en la defensa; Alan Kennedy se corrió hacia mitad de cancha para acompañar a Whelan y Sammy Lee y adelante Souness, Dalglish y Rush conformaban un terceto atacante temible. Michael Robinson un goleador proveniente del descendido Brighton y el veloz e incansable sudafricano Craig Jonhston podían ser variantes en ofensiva, además a principios de 1984 llegaría el gigante John Wark del Ipswich que con el tiempo sería el reemplazante de Souness.
La temporada comenzó con la venganza del Manchester United en la Charity Shield por 2-0 con doblete de Bryan Robson, y siguió con un comienzo irregular en la Liga que comenzó a asentarse a partir de la fecha 9 cuando destronaron al líder West Ham United por 3-1 como visitantes con triplete de Michel Robinson y quedaron a 2 puntos del Manchester y a 1 de su vencido.
Mientras tanto comenzó a disputarse una nueva Copa de Europa, el Odense BK de Dinamarca fue claramente superado por los “reds” 1-0 en su casa y 5-0 en Anfield. En octavos de final el rival fue el aguerrido Athletic de Bilbao que llegaba a Inglaterra con la mala fama a cuestas por la reciente entrada de Giocoechea a Maradona del Barça que le costaría al crack argentino la fractura de su tobillo izquierdo y lo mantendría varios meses alejado de las canchas.
Fue empate 0-0 en Anfiled con un Athletic ultradefensivo que trató de cortar el circuito del mediocampo inglés y clausurar los caminos hacia el arco defendido por Zubizarreta destacándose los marcadores centrales Goicoechea y Liceranzu por repeler toda pelota que les llegaba tanto por aire como por tierra.
En San Mamés el equipo vasco dirigido por el joven Javier Clemente tuvo la iniciativa en los primeros minutos pero fue bien controlado por la línea defensiva inglesa que poco a poco empezó a manejar la pelota. A pesar de ello los bilbaínos dispusieron de chances claras desaprovechadas por mala puntería de Noriega y Sarabia.
En el complemento el Liverpool se dispuso a materializar su dominio y con el empuje de Lee y Kennedy más el juego de Dalglish y Souness empezó a complicar a los vascos hasta que a los 66 minutos Ian Rush de cabeza conectó un centro de Kennedy ante la débil oposición de la defensa local. A partir del gol el visitante dominó con claridad y pudo haber aumentado la ventaja pero la falta de resolución en los últimos metros y la excelente labor de Zubizarreta conspiraron para tal fin.
El siguiente rival fue el otrora poderoso Benfica que jugó de contraataque en Anfield llevándose un ventajoso 0-1 a causa del discreto partido del local que solamente creó 3 ocasiones de gol en los 90 minutos por intermedio de Jonhston, Souness y Rush que marcó de cabeza el gol del triunfo. El elenco portugués bien pudo empatar pero en ambas ocasiones Grobbelaar se encargó de detener sendos remates de Chalana.
Sorpresivo fue el triunfo visitante del Liverpool en el estadio Daz Luz por 4-1 aunque puede explicarse porque el primer gol marcado por Whelan tras enorme fallo del arquero Bento fue inesperado y consecuentemente puso nerviosos e imprecisos a los lisboetas a los cuales les costaba articular maniobras de ataque a pesar de ello lograron el empate, pero el conjunto inglés fue práctico y efectivo y no desaprovechó sus oportunidades, Johnston, Rush y nuevamente Whelan marcaron los tantos que definieron la clasificación a semifinales.
Para esa época el Liverpool había llegado a la final de la Copa de Liga por cuarto año consecutivo y peleaba la Liga con el Manchester United que lo superaba por un punto.
La final de la Copa de Liga frente a su clásico rival el Everton fue complicada por la excelente disposición de la línea de volantes Reid y Richardson que superaban a Dalglish y Souness mientras que Bailey y Mountfield tomaban a Rush y Johnston. Ambos equipos dispusieron de chances la más clara del Everton fue un disparo de Heath salvado en la línea por Hansen y el Liverpool tuvo una que remató mal Rush y otra de Kennedy tras superar tres oponentes que fue se desviada. Así y todo en la prórroga ambos parecieron conformarse con el empate.
Tres días después en el estadio del Manchester City se disputó el desempate y triunfó el Liverpool con gol del capitán Souness a los 22 minutos obteniendo su tercera Copa de Liga consecutiva.
Las semifinales de la Copa de Campeones fueron durísimas, el Dínamo de Bucarest era un típico equipo del este Europeo muy aplicado a la marca, a veces excesiva, con especialidad para jugar de contragolpe con delanteros muy rápidos y potentes que buscaban aprovechar al máximo sus mínimas chances. De esa manera había dejado afuera al Hamburgo alemán, flamante defensor de la Copa.
No fue de extrañar que el Liverpool le resultara incómodo el encuentro de ida en Anfield donde solo pudo superar a su rival tras una jugada de pelota parada en la cual el conjunto rumano cometió su único error. Perfecto centro de Alan Kennedy para el cabezazo inapelable de Samy Lee. Pasó un susto el local cuando el volante Augustin dejó atrás a Lawreson en una extensa corrida y su remate pegó en el palo izquierdo del vencido, aunque afortunado, Grobbelaar. El partido no dejó mucho más que un gol anulado a Lee y un presunto penal a Rush sobre el final que el árbitro desestimó.
La revancha fue favorable al Liverpool desde los 12 minutos cuando Ian Rush condiguió el tranquilizador gol fusilando a Moraru desde el área chica tras corner de Lee y desvío de Souness. A partir de ese momento el elenco visitante se replegó y los rumanos fueron a buscare el empate alentados por 75.000 ruidosos fanáticos. Augustin y Dragnea pudieron empatar, pero fue Orac de tiro libre quien consiguió la igualdad transitoria antes del descanso.
El delantero Talnar se mostraba amenazante para la defensa inglesa y tuvo posibilidades de desnivelar, pero siempre fue buen controlado hasta que faltando 6 minutos Rush aprovechó un centro cruzado de Whelan y derribó todas las esperanzas de los locales clasificando al Liverpool nuevamente para la final después de tres años.
Mientras tanto en el torneo doméstico se consagró campeón por tercer año consecutivo faltando una fecha al empatar 0-0 con el descendido Notts County y en virtud que el Manchester United no pudo con el Tottenham e igualó 1 a 1. Superó finalmente por 3 puntos al sorprendente Southampton y por 6 unidades al Manchester y al Nottingham Forest. Ian Rush alcanzó la sorprendente marca de 32 goles en 41 partidos la Liga sobre un total de 73 convertidos por el campeón, muy lejos quedaron Dalglish y Souness con 7 tantos cada uno aunque disputando menos encuentros.
Quedaba solamente la Copa de Europa para coronar otra brillante temporada con su nuevo entrenador. El rival no sería nada sencillo por 2 razones fundamentales, primero porque había formado un gran equipo y segundo porque jugaría de local.
La Roma de Italia había aprovechado la apertura de jugadores extranjeros comenzada un par de temporadas atrás y sus máximas figuras eran los brasileros Paulo Falcao y Toninho Cerezo quienes habían brillado en el último Mundial de España con la verdeamarelha pese a ser eliminados por Italia en un encuentro inolvidable. A ellos se sumaban el desequilibrante puntero derecho Bruno Conti, el temible goleador Roberto Pruzzo y su acompañante Francesco Graziani con menos gol pero gran capacidad de lucha. Según los periodistas el equipo de la capital italiana era el favorito para vencer en la final por su juego y su localía, pero valoraban la experiencia del Liverpool y la peligrosidad de sus jugadores.
Los romanos habían superado en semifinales al Dundee United escocés con un tremendo 3-0 en casa luego de soportar un 0-2 en Escocia sin la presencia de Falcao que parecía difícil de remontar. Contarían además con el apoyo de casi 80.000 “tifossi” en el estadio Olímpico de Roma, aquel donde el Liverpool dio su primer paso continental allá por 1977 donde Phill Neal quedaba como único sobreviviente. Precisamente fue el lateral quien a los doce minutos aprovechó un despeje de un defensor que pegó en la cabeza del arquero Tancredi - que se encontraba desparramado en el césped tras haber salido a descolgar un centro y ser cargado lícitamente por Whelan - señalando el tempranero 1-0. El imponente marco no afectó al Liverpool, más acostumbrado a este tipo de definiciones, quien comenzó a desplegar su típico juego de circulación de balón. La Roma entretanto solo dependía de arrestos individuales de Falcao, Conti o Pruzzo. Un disparo al primer palo de Graziani fue bien neutralizado por Grobbelar y un fuerte tiro de Rush encontró bien parado a Tancredi.
El equipo italiano pretendía perforar la defensa inglesa por el centro repitiéndose una y otra vez sin penetrar el complejo entramado de los hombres de Fagan que no escatimaban esfuerzos para perseguir y marcar a sus oponentes. Pero faltando un minuto buscaron por la punta izquierda a Conti, quien efectuó un preciso centro aéreo que Pruzzo conectó de espaldas a la portería por sobre la cabeza del sorprendido Grobbelar provocando la explosión de los espectadores italianos que celebraron el empate.
En la segunda etapa se armó el partido que todos querían ver, puesto que Dalglish y Lee se adelantaron un poco más y apareció la clase de Falcao. Se lo perdieron primero Graziani y después el rubio brasilero desde media distancia. Chierco reemplazó al golpeado Pruzzo y una precisa combinación suya con Graziani y Nela pudo terminar en gol de no ser por la oportuna aparición de Lawreson anticipando a Graziani.
Fagan tomó nota de lo sucedido e hizo ingresar al joven Nicol por Johnston para compensar la línea media. Llegaron al final de los 90 minutos y se disputó la prórroga sin que el marcador pudiera alterarse aunque los romanos tuvieron las más clareas opciones en los pies de Conti. Dalglish y Cerezo fueron reemplazados evidenciando el gran esfuerzo en ambos equipos.
Y fueron a definir por penales. Nicol tiró por encima del travesaño el primero del Liverpool. Di Bartolomei y Neal adentro, Conti fuera (1-1). Souness y Righetti convirtieron (2-2) Rush estableció la diferencia, llegó el turno de Graziani y Grobbleaar comenzó a practicar un extraño bailoteo que puso nervioso al ejecutante italiano que desvió el disparo sobre el horizontal. En los pies de Kennedy estaba la victoria para el equipo inglés y a pesar que el irlandés le pegó casi con el tobillo logró desconcertar a Tancredi que se arrojó el palo opuesto y el equipo inglés se coronaba nuevamente Rey de Europa, esta vez en el propio reducto de su oponente y contra todos los pronósticos.
La partida de Graeme Souness a la Sampdoria italiana dejó un gran vacío en el mediocampo, por tal motivo se contrató al habilidoso danés Jan Molby y a la joven promesa Paul Walsh del Luton para la ofensiva. Fagan creía también que Lawrenson podía jugar en el mediocampo por eso cuando el escocés Gary Gillespie llegó al equipo le resolvió un gran inconveniente, puesto que podía tener otro jugador versátil en la defensa. El volante escocés Kevin Mc Donald y el defensor irlandés Jim Beglin fueron también incorporados.
La temporada comenzó con el clásico partido de la Copa de Caridad que enfrentó en esta oportunidad al Liverpool con sus vecinos del Everton, quienes se tomaron revancha de la final de la Copa de Liga del año anterior gracias a un desafortunado despeje de Hansen que pegó en Grobbelaar, quien había sido previamente desparramado por una gambeta de Sharp, y se introdujo en su propio arco. Los intentos del campeón de Europa fueron vanos y su rival se llevó la Copa presagiando lo que sería su brillante temporada en la liga.
La nueva Copa de Europa dio comienzo y el campeón enfrentó en primera instancia al Lewch Poznan polaco doblegándolo con una victoria 1-0 como visitante con gol de Wark y un contundente 4-0 en Anfield con tres del gigante escocés y uno de Walsh. La operación de cartílagos de Ian Rush permitió la consolidación del ex jugador del Ipswich como titular a fuerza de goles, sin embargo el galés era un jugador que podía retroceder y juntarse con sus compañeros para generar juego, por lo que el rendimiento del equipo en la Liga era discreto y a medida que avanzaban las fechas se alejaba más de Tottenham y Everton.
El Benfica fue el rival de octavos de final y con un espectacular triplete del reaparecido Rush fue derrotado por 3-1 en Anfield. Fagan se había decidido por mantener a Wark – aunque reemplazado en al complemento por Johnston – en el equipo e incluir como volante a Gillespie, quien fue responsable directo del gol de Diamantino tras una entrega corta a Grobbelar. Sin embargo la excepcional actuación del galés iluminó a un equipo que estaba en penumbras y necesitaba un buen triunfo para salir del letargo.
La revancha en Lisboa fue favorable en el resultado a los locales gracias a un penal convertido por Manniche a los 5 minutos tras clara falta de Grobbelaar a Silva, quien luego se resarció un una magnífica tapada a Wanda. Fueron expulsados Dalglish y Pietra por agredirse mutuamente y a pesar de contar Liverpool con oportunidades para empatar por medio de Lawrenson y Rush o el Benfica de ampliar la ventaja por Manniche, el resultado no se modificó y el conjunto inglés avanzó a cuartos de final.
El nuevo desafío para el conjunto de Joe Fagan era la Copa Intercontinental frente a Independiente de Argentina, un equipo con un gran mediocampo formado por Giusti, Marangoni, Bochini y Burruchaga que se entendían a la perfección más la velocidad del extremo Barberón, la experiencia de Torssero y Villaverde en la defensa y la sobriedad del arquero uruguayo Goyén.
Fagan dispuso un esquema muy ofensivo con Dalglish y Molby como volantes más Rush, Wark y Johnston como delanteros, aunque el sudafricano podía retarsarse unos metros para colaborar en la recuperación del balón. El equipo se plantó a presionar en mitad de cancha y jugó al achique con la intención de dejar en offside a sus oponentes. Pero una falla permitió que un pase en profundidad de Marangoni hacia el pique en diagonal de Percudani rompiera con el achique y la veloz carrera del delantero de Independiente culminó con una brillante definición a los 6 minutos de juego.
Al Liverpool le costó reacomodarse tras el sorpresivo tanto e Independiente luchó cada pelota como si fuese la última. Las actuaciones de Molby y Gillespie fueron opacas, Rush era bien controlado por Villaverde y Enrique, Wark, en tanto era intrascendente y fue reemplazado por Whelan en el complemento . En este contexto solo Dalglish insinuaba alguna aproximación al arco de Goyén y Johnston preocupaba con sus arranques a Clausen.
Sin embargo el Liverpool se fue diluyendo y el equipo argentino hacía gala de un buen toque en el mediocampo. Solo algunos tiros de larga distancia y un cabezazo forzado de Rush lograron inquietar a Goyén. Hasta que se decretó el final y una vez más la Copa Mundial de clubes le resultaba esquiva a los ingleses.
EL presente del equipo inglés no era tampoco el mejor, alejado de los primeros puestos en la liga, eliminado de la “Copa de leche” por el Tottenham solo le quedaban la Copa de Europa y la FA Cup para logar algún título.
Una nueva decepción se sumó en la Supercopa que lo enfrentó a la Juventus de Platini y Boniek en el propio estadio turinés y en una helada noche. Sin Dalglish, suspendido, el Liverpool cayó por 2-0 con doblete del polaco Boniek aunque tuvo ocasiones parejas con su adversario que le cedió pelota y terreno para doblegarlo de contraataque.
Pese a todo ello enfrentó al Austria Viena en los cuartos de final de la Copa de Campeones empatando angustiosamente de visitante con un agónico gol de Nicol a tres minutos del final. El elenco austríaco tenía jugadores experimentados como el arquero Koncilia, Obermayer, Prohaska, Nylasi y el joven Anton Polster, autor del primer gol del encuentro.
El partido de vuelta en Anfield fue un monólogo de los locales que ya vencían por 2-0 al final del primer tiempo y cerraron el marcador con un cómodo 4-1 que los depositó en semifinales.
Un repunte en el torneo doméstico y la clasificación a las semifinales de la FA Cup mejoraron las expectativas para afrontar los siguientes encuentros.
El Panathinaikos dirigido por el polaco Jacek Gmoch fue el rival en semifinales y los “reds” le propinaron una histórica goleada en Anfield por 4-0 con 2 goles de Rush, uno de Wark y el restante de Beglin. Resistieron como pudieron los griegos apoyados en la buena labor del arquero Laftsis en la primera etapa hasta el primer gol del galés a los 35 minutos aprovechando tras un disparo de Mac Donald que desvió el portero y pegó en el poste. En el complemento fue dominio exclusivo de los locales que crearon innumerables situaciones para elaborar una resonante goleada.
La semifinal de la FA Cup ante el Manchester United fue milagrosa puesto que el Liverpool se encontró dos veces en desventaja y en ambas igualó agónicamente. Bryan Robson adelantó al Manchester y Whelan igualó a los 87 minutos con un disparo medido. Durante el alargue nuevamente Manchester se adelantó por intermedio de Stapleton, pero en el último minuto y cuando los fanáticos del Manchester festejaban Walsh marcó el impensado 2-2 que forzó el desempate.
Cuatro días después y en el estadio del Manchester City, el United venció merecidamente por 2-1 aunque el Liverpool se había adelantado con gol en contra de McGrath, pero Robson y el gales Hughes sentenciaron la historia ante un Liverpool que extrañó demasiado el poder goleador de Rush – resentido de una lesión – y sintió la acumulación de varios partidos.
Mientras el Everton se hacía inalcanzable en la Liga, llegó el turno de la revancha en Atenas sin Kennedy ni Rush, el encuentro fue abierto y bien jugado por la inteligencia de Dalglish y Whelan como también del argentino Rocha y Saravakos en Panathinaikos. Ambos arqueronb tuvieron destacadas intervenciones hasta que a los 60 minutos una combinación entre Beglin y Lawrenson terminó con la definición del internacional irlandés. Saravakos y Dimipoulos pudieron empatar, pero la suerte estaba echada y el Liverpool otra vez en la final.
La Juventus había dejado atrás al Burdeos de Tigana, Giresse, Lacombe y Battiston por un 3-0 en casa a pesar de la derrota por 0-2 en Francia. EL conjunto turinés giraba alrededor de la estrella del francés Michel Platini en el mejor año de su carrera. Alrededor suyo estaban nada menos Paolo Rossi y Zbigniew Boniek, dos extraordinarios goleadores. Marco Tardelli era el acompañante ideal en el mediocampo pues corría, tocaba y clarificaba las acciones. Scirea, Brio y Cabrini eran defensores que se destacaba por su solidez. Sin dudas era un equipo formidable que venía de caer en la final de 1983 frente al Hamburgo y de consagrarse en la Recopa del año anterior.
A pesar que ambos equipos tenían varios jugadores aquejados por las típicas molestias físicas de fin de temporada los dos técnicos presentaron sus mejoras alineaciones. El antecedente de la final de la Supercopa en febrero último pesaba en ambos equipos, pero las actuaciones del Liverpool habían mejorado en los últimos meses.
El estadio Heysel de Bruselas sería la sede del cotejo decisivo albergando 53000 espectadores deseosos de observar a los dos mejores equipos de Europa, pero no estaría preparado para prever una de las mayores tragedias de la historia del fútbol mundial.
Los “Hooligans” o vándalos habían asolado las canchas inglesas durante las últimas temporadas. Habían llegado a Bruselas en gran número dentro de los 20.000 hinchas ingleses y ya habían dejado su impronta en varios comercios de la capital belga.
El ingreso al estadio de mayor cantidad de espectadores permitidos (casi 60.000) produjo que una hora antes del inicio un grupo de “hooligans” alcoholizados quisiera atacar a los italianos que estaban en la tribuna contigua quienes según algunas versiones los habrían apedreado con mampostería caída del antiguo estadio. El muro que los separaba cedió y se produjo una congestión en las salidas entre los que querían escapar y los que se replegaban que repercutió en aplastamientos, asfixia y pisotones entre los que quedaron atrapados. Algunos pudieron saltar al campo de juego donde se desarrolló una verdadera batalla campal ante la lentitud de reflejos de la policía belga. Hubo 38 muertos y más de 600 heridos, la mayoría italianos.
Increíblemente el partido se disputó pese a que la federación italiana y los propios jugadores de la “Juve” estaban en desacuerdo, puesto que consideraban que entre los afectados podía haber familiares. Pero presionados por la dirigencia de la UEFA, el alcalde de Bruselas y la policía que brindaba las garantías de seguridad se decidió jugar el encuentro para prevenir una tragedia aun mayor.
Mark Lawrenson tuvo que retirarse lesionado a los 3 minutos y fue reemplazado por Gary Gillespie. Los jugadores estaban visiblemente afectados por todo lo ocurrido, pese a ello brindaron un s primeros 25 minutos muy buenos con toque de pelota y permanente vocación ofensiva.
Tacconi estuvo atento antes dos buenos disparos de Whelan que pudieron sifgnificar la apertura del marcador como otra jugada en la cual Wark no pudo conectar el balón desde una buena posición. Solo Cabrini exigió una vez a Grobbelaar durante la primera etapa. Elñ Liverpool tenía el dominio del terreno, pero la férrea defensa italiana impedía que sus delanteros puedan gravitar. Brio hacía marca personal sobre Rush y Wark estaba desconcertado, Tardelli le ganaba el duelo a Walsh y Dalglish generaba muy poco, pues no tenía compañía. Las paredes cortas y los pelotazos de Platini a Boniek eran demasiado peligrosos para la defensa del Liverpool mientras que Paolo Rossi no pesaba demasiado.
En el complemento Fagan hizo ingresar a Johnston por el errático Walsh buscando más profundidad; pero a los 56 minutos llegó la jugada polémica tras un pelotazo tan largo como preciso de Platini a Boniek, el polaco enganchó entre Gillespie y Beglin y el primero le cometió una visible falta a casi 2 metros del área. El árbitro suizo André Daina desde muy lejos señaló penal y Platini lo cambió por gol con una brillante ejecución.
Minutos después Scirea derribó a Whelan claramente dentro del área y el árbitro ignoró la acción.
El Liverpool visiblemente afectado por los fallos arbitrales dejó de lado su fútbol elegante y apremiado por el pressing italiano en mitad de cancha, donde Tardelli y Bonini mandaban, y la pegajosa marca que sufrían sus delanteros comenzó a tirar centros sobre el área por medio de Neal y Hansen por derecha como Belglin y Gillespie por izquierda. Tacconi y los defensores despejaban toda pelota que cayera en sus dominios. El "catenaccio" dispuesto por el técnico Trapattoni funcionaba como un mecanisno de relojería Solo Whelan preocupaba con algún tiro desde fuera del área. Y así se fue consumiendo el tiempo y la Juventus consiguió su primera Copa de Europa.
Era el final de una era, la época dorada del Liverpool y del fútbol inglés. Tras los graves hechos de Heysel, la UEFA suspendió a los clubes ingleses para participar de las todas las competencias europeas por 5 años y al Liverpool en especial por diez – aunque finalmente fue rebajada a seis –. Se produjo entonces un importante éxodo de jugadores y técnicos principalmente a Italia en busca de mejores perspectivas económicas, puesto que la falta de competencia internacional también traía aparejados problemas de presupuesto para los clubes.
Dalglish fue promovido al cargo de técnico-jugador ante la prtida de Fagan luego de la final de Bruselas Bajo su tutela el Liverpool siguió dominando en Inglaterra a tal punto que obtuvo las Ligas de 1985/86, 1987/88 y 1989/90, las FA Cup de 1985/86 1988/89 y 1991/92, y las Community Shield de 1986, 88, 89 y 1990.
Fueron llegando nuevos jugadores como Beardsley, Barnes, Aldridge, Houghton, McMahon, Staunton y Burrows, Rush fue a Juventus en 1987 y regresó al año siguiente para seguir castigando redes. Puede aventurarse que de seguir participando en competiciones europeas, el Liverpool seguramente hubiera sido uno de los animadores y hubiese peleado el dominio continental con el fantástico Milan de Arrigo Sacchi.
El sesgo de la tragedia persiguió al Liverpool cuando el 15 de Abril de 1989 en la semifinal de la Copa de Liga frente al Nottingham Forest en Sheffield se produjo un atasco en las entradas de público que se resolvió abriendo un túnel hacia el campo de juego, como consecuencia del abarrotamiento de público murieron 96 hinchas incluidos mujeres y niños. El hecho se conoció mundialmente como la tragedia de Hillsborough y llevó al Gobierno inglés a tomar medidas para aumentar la seguridad en los vestuarios y reducir el vandalismo.
Desde entonces solamente se coronó campeón de Europa en 2005 cuando venció por penales al Milan tras una heroica remontada de un 0-3 en una de las más apasionantes finales de la actual Champions League. Obtuvo también la Copa UEFA en 2001 tras otra recordada final ante el Alavés español. Nunca más hasta 2010 pudo ganar la Premier League desde aquel título conseguido en 1990.
Los hinchas que tienen más de 40 años todavía añoran las atajadas de Clemence, las payasadas de Grobbelaar, las subidas de Neal, los remates de Callahan y Kennedy, los cabezazos de Toshack, la habilidad de Keegan, la entrega de Souness, las definiciones de Dalglish, los goles de Rush. Postales de una gloria pasada donde podían autoproclamarse King of Europe.
(1) A partir de la temporada 1981/82 se comenzó a asignar 3 puntos por partido ganado, por ese motivo la diferencia no era concluyente todavía para ser campeón.
(2) Ostenta el récord de ser el futbolista más joven en debutar en una Copa del Mundo, hecho ocurrido el 17 de Junio de 1982 enfrentando a Yugoslavia con tan solo 17 años y 41 días de edad.
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