segunda-feira, 13 de setembro de 2010

Liverpool - King of Europe (2da parte)

Dalglish anota el gol frente a Brujas que siginificará la segunda Copa de Europa para el Liverpool en la final Wembley durante 1978
El plantel campeón del Liverpool en la temporada 1979/80



Bob Paisley y Kenny Dalglish sostienen la Copa de la First Division en 1980


El disparo de Alan Kennedy se incrusta en el arco madridista para definir el título de Campeón de Europa 1980/81
El Liverpool había alcanzado la élite de los mejores equipos de Europa. Su nombre se unía a Real Madrid, Benfica, Internazionale, Milan, Celtic Glasgow, Manchester United, Feyenoord, Ajax y Bayern Munich, el selecto grupo de los 9 ganadores de la Copa de Campeones en las 22 ediciones disputadas hasta 1977.
El equipo había producido una revolución en Inglaterra por su sistema de juego privilegiando la tenencia del balón, mantenía el típico fútbol físico europeo sumado a una inteligente distribución de los espacios, el anticipo permanente, la proyección de sus laterales, y fundamentalmente la solidaridad de todos los jugadores en pro del equipo. El éxito del club portuario contrastaba con la comprometida situación de la selección inglesa que no había clasificado para el Mundial de Alemania ´74 ni la Eurocopa ´76 y dependía de un vital triunfo ante Italia para viajar a Argentina el próximo año.
Los “reds” comenzaban su participación en la Copa de Campeones a partir de los octavos de final por ser campeones reinantes. No obstante disputarían además la exigente Liga Inglesa más la Supercopa, la FA Cup y la Copa de Liga por lo cual se excusaron de disputar las Finales de la Copa Intercontinental ante Boca Juniors de Argentina por no disponer de fechas para viajar a Sudamérica y para no exigir el plantel con 2 durísimos partidos extras. Tras varias postergaciones la disputaría el subcampeón Borussia Monchengladbach al año siguiente.
Kenny Dalglish , quien había sido desechado en las divisiones inferiores del equipo rojo a los 16 años tenía la revancha de su vida con la ida de Kevin Keegan y aprovecharía al máximo su chance. No tuvo inconvenientes en acoplarse al equipo y gracias a su gran oportunismo marcaría 31 tantos en esa temporada, 20 de ellos en la Liga, satisfaciendo ampliamente las expectativas .
Keegan enfrentó a su ex equipo en la Supercopa que disputaban el ganador de la Copa de Campeones con el de la Recopa. Fue empate 1-1 en Hamburgo y un escandaloso 6-0 en Inglaterra con triplete de Mc Dermott que le permitió ganar al Liverpool el último título del año.
Mientras tanto en la Liga, la nueva sensación – el recién ascendido Nottingham Forest – estaba en la cima. Ambos conjuntos se enfrentaron por primera vez el 26 de Diciembre en la fecha 21 con empate 1-1 siendo visitante el Liverpool. Cuando el año mundialista comenzaba, el Nottingham le llevaba 5 puntos al Everton de muy buen arranque, 6 unidades al campeón de Europa, 7 al Arsenal y 8 al Manchester City. EL arquero Peter Shilton, Tony Woodcock, los escoceses Archie Gemmill y John Robertson eran las figuras del sorprendente puntero eficazmente dirigido por Brian Clough (1), quien ya había llevado al título de liga al Derby County en la temporada 1971/72.
El Liverpool avanzaba en la Copa de Campeones eliminando al Dynamo Dresden con un aplastante 5-1 en casa – con una de las últimas grandes actuaciones del Toshak que se iría al final de la temporada al Swansea de su Gales natal como jugador y entrenador – y una derrota como visitante por 1-2. Avanzó a cuartos de final donde el Benfica no fue un rival complicado al que despachó con una importante victoria como visitante por 2-1 y un 4-1 concluyente en Anfield. Su contrincante en semifinales sería el Borussia Monchengladbach que pedía a gritos la revancha de lo ocurrido en la final del año anterior.
La reciente incorporación del escocés Graham Souness proveniente del Middlesbrough donde había tenido inconvenientes con el técnico Jack Charlton por su afición a la vida nocturna sería más que provechosa para los “reds”, ganaban un recuperador y conductor en el mediocampo que se entendía a las maravillas con su coterráneo Dalglish en la selección.
La final de la Copa de la Liga (o Carling Cup) volvió a enfrentar a los 2 mejores equipos ingleses de la temporada: el Liverpool y el Nottingham Forest. Fue 0-0 en un estadio de Wembley atestado por casi 100 mil espectadores donde los “reds” tuvieron las mejores ocasiones erigiendo al defensor escocés Burns y al internacional Peter Shilton en las figuras del match.
Tres días después se jugó el desempate en Manchester donde el Nottingham se coronó campeón al convertir Robertson un discutido penal sancionado por el referee Partridge, pues a pesar que la falta de Thompson había sido fuera del área O´Hare cayó dentro de las 18 yardas. Nacía una nueva rivalidad.
EL Liverpool no descuidaba la Copa de Campeones donde Borussia no le hizo las cosas sencillas en Dusseldorf. Sin Simonssen lesionado en el cuadro germano, y a pesar del arrebato inicial de los ingleses, Hannes logró la ventaja con un fuerte disparo tras un corner ejecutado por Bonhof a los 28 minutos de la primera etapa. El marcador se mantuvo casi hasta el final del encuentro con un Borussia inoperante en ataque – aunque diezmado físicamente por el viaje a Buenos Aires para la disputa de la Copa Intercontinental – y un campeón conforme con el resultado que se aprestaba a retener el balón y hacer participar exageradamente a su arquero Clemence. Hasta que a los 87 minutos un centro de Dalglish fue cabeceado por Johnson estableciendo el empate. Pero sobre el final de partido Kiluik fue derribado en el área inglesa y Bonhof convirtió el penal que dio el 2-1 definitivo al conjunto alemán. Cabe acotar que en este partido debutó internacionalmente Souness habilitado por la UEFA sustituyendo en la segunda etapa a Heighway.
La revancha fue rápidamente favorable al Liverpool porque a los 6 minutos ya ganaba 1-0 cuando una gran corrida por la izquierda de Souness – que jugó dese el arranque – culminó con un centro bajo que Kennedy envió al fondo del arco. Ese gol tempranero le dio a los “reds” la tranquilidad necesaria para desarrollar su juego utilizando bien el balón y atacando fundamentalmente por las puntas. No fue extraño entonces que una precisa pared entre Heighway y Dalglish termine con el gol del escocés. El 3-0 definitivo llegó a los 10 minutos del complemento cuando en una jugada en la que no escasearon los toques fue definida por Jimmy Case de cabeza. El Liverpool se clasificaba para su segunda final de Copa consecutiva aguardando al Brujas belga un viejo conocido de la final de la Copa Uefa de 1976 que había necesitado de tiempo suplementario para doblegar a la poderosa Juventus italiana.
Sin embargo tuvo que resignar el título de la Liga a manos del Nottingham Forest, que lo aventajó finalmente por 7 puntos y culminó la liga con un invicto de 26 partidos consiguiendo su primer y (hasta ahora) único título.
Las lesiones preocupaban a Paisley para su fundamental choque frente al Brujas, en especial la de Tommy Smith valor fundamental de la defensa que sería reemplazado por el joven escocés Alan Hansen, reciente incorporación y la de Heighway que no estaba entero físicamente sustituido por Fairclough, el héroe del año anterior frente a Saint Etienne.
En el equipo belga dirigido por Ernst Happel – quien días después conduciría a la selección holandesa a su periplo por el Mundial de Argentina – su máximo goleador Raoul Lambert fue al banco de suplentes, por lo tanto sólo el danés Sorensen podía inquietar la defensa inglesa. Paul Courant, el volante ofensivo estaba descartado entonces si el Brujas ya era un equipo conservador, la ausencia de sus figuras lo haría extremadamente defensivo.
El estadio de Wembley, aunque colmado de fanáticos de Liverpool representaba un karma para los dirigidos por Paisley por los resultados de los últimos encuentros en los cuales ni siquiera había podido marcar un tanto.
No obstante el Liverpool comenzó el partido volcado al ataque tal como era costumbre. La buena labor de los volantes era coronada con disparos de Kennedy, Mc Dermottt, Case y Fairclough que el arquero Jansens rápido de reflejos en el anticipo y con buen sentido de ubicación bajo los 3 lograba conjurar con cierto esfuerzo. Se fueron al descanso sin abrir el marcador.
Resolvió bien Jansens anticipando a Case tras centro de Fairclough y tapando un mano a mano a Souness apenas comenzada la segunda etapa, pero no pudo hacer nada ante la formidable definición de Dalglish, habilitado magistralmente por Souness, por sobre su humanidad cuando transcurrían 64 minutos de juego. Administró mejor el Liverpool la ventaja aunque cuando faltaban 10 minutos y Thompson salvó la segura caída de la valla tras un tiro al arco desguarnecido de Simoen aprovechando la única falla defensiva de los ingleses en todo el encuentro cuando al arquero le quedó corta una entrega de balón de Hansen.
El Liverpool se convertía así en bicampeón de Europa quizás con más complicaciones de lo que se esperaba previamente, pero con la firmeza y tenacidad que lo caracterizaban.
Llegarían tiempos de recambio en el equipo, Smith y Callaghan se fueron a jugar con su ex compañero Toshak al Swansea donde tendrían menos presiones y fatigas musculares dado que sus edades (36 y 32 años respectivamente) los condicionaban para la alta competencia.
El azar del sorteo de la nueva Copa de Campeones hizo que nuevamente Liverpool y Nottingham Forest tuvieran que verse las caras en los octavos de final.
El encuentro de ida en el City Ground fue rápidamente favorable al Forest con gol de Colin Barret. A pesar que Liverpool arrinconó a su rival durante gran parte del partido, la figura de Peter Shilton tapando en dos oportunidades difíciles remates de Dalglish, y la recia defensa del local le taparon el arco al Liverpool. A 3 minutos del final y aprovechando un desacierto defensivo, Barret aprovechó el regalo, colocó un preciso centro que Woodcock bajó de cabeza para la entrada franca de Birtles quien fusiló a Clemence colocando el inesperado 2-0 final.
Liverpool confiaba poder revertir en Anfield el resultado, pero esa no fue su noche de suerte. A pesar que Barret no pudo jugar en Nottingham la labor defensiva del equipo de los bosques de Robin Hood fue soberbia, como la actuación de Shilton. Al Liverpool lo traicionaron también los nervios de Hieghway y Dalglish a la hora de definir conforme los minutos iban transcurriendo. Fue un 0-0 doloroso para los locales que se quedaban fuera de la Copa de Campeones tras 2 años sumamente exitosos. El Nottingham se convertía así en la sombra negra de los “reds” – y seguiría su camino hasta convertirse en sorpresivo pero justo Rey de Europa sin olvidar que 2 años atrás estaba en la segunda división – pero la revancha llegaría antes de fin de año.
Las finales de la Supercopa Europea fueron otro trago amargo ante el buen equipo del Anderlecht donde jugaban entre otrs los holandeses Haan y Rensenbrink, Vercauteren y Van der Elst entre otros. La derrota en Bruselas por 3-1 con el gol de Rensenbrink en el último minuto condicionó a los “reds” para la revancha. Tras una suspensión por la intensa neblina en el campo de juego Hughes colocó el 1-0 para los locales, Van der Elst empató en el complemento y faltando 6 minutos Fairclough colocó el 2-1 definitvo a pesar que en los últimos minutos el Liverpool fue una tromba.
Sin embargo en la Liga el Liverpool era el puntero seguido de cerca por el Everton. El 9 de Diciembre de 1978 recibió al Nottingham con deseos de revancha por lo ocurrido meses atrás.
El campeón de la Liga llevaba 42 partidos invicto (2) desde el 19 de Noviembre de 1977 lo que comprendía el resto de la temporada anterior y 16 encuentros de la Liga en curso en la que acumulaba 7 triunfos y 9 empates totalizando 23 puntos, lejos de los 29 conseguidos po su oponente aunque con 2 fechas menos disputadas.
Llegaba al encuentro con el Liverpool sin Woodcock y O’Neill, pero esa tarde el Liverpool hubiese sido incontenible aun con el mejor once del Forest. Aquellos jugadores sentían que tenían que cumplir un mandamiento y el aliento de su público además fue colosal. Triunfó sin atenuantes el Liverpool por 2-0 con 2 goles de Terry Mc Dermott, el primero en el primer tiempo de penal.
A partir de ese momento el equipo sin otra competición que afrontar (había renunciado a jugar nuevamente el Copa Intercontinental) se dedicó de lleno a la Liga, y con el envión anímico del trascendental triunfo ante el Forest se convirtió en una verdadera máquina. Ganó la Liga con una gran solidez defensiva donde el cuarteto Neil-Hansen-Thompson-Alan Kennedy (más algunas apariciones del veterano Hughes) tuvo una destacada actuación con gran eficacia, pues el equipo solo concedió 16 goles en contra en los 42 partidos (solamente 4 en 21 partidos disputados en Anfield, lo que habla por sí solo de la eficacia como local). Consiguió 68 puntos, 6 más que el Nottingham y 7 más que el West Bromwich Albion. Ganó 30 partidos, empató 8 y perdió los 4 restantes como visitante. Con Dalglish, Johnson o Heighway apuntalados por Souness, Case, Mc Dermott y Ray Kennedy convirtieron 85 goles, de los cuales Dalglish anotó 21, Johnson 16 y Kennedy 10.
Y cerca estuvo de jugar la final de la FA Cup donde fue relegado por Manchester United en el desempate de la semifinal cayendo por 1-0 en Goodison Park tras haber empatado el primer encuentro 2-2.
La temporada comenzó con el triunfo sobre Arsenal por 3-1 en la Charity Shield con doblete de McDermott y el otro tanto de Dalglish. Hughes se marchó al Wolverhampton, Paisley primero lo reemplazó por Colin Irwin un defensor surgido de las inferiores y luego por el egipcio de origen israelí Avi Coen, pero finalmente apostó a la experiencia de los más fogueados reacomodando el equipo.
El primer rival en la Copa de Campeones 1979/80 fue el Dinamo Tblisi de Georgia – por entonces una de las repúblicas que formaban la URSS – que tenía un poderoso terceto atacante formado por Gustaev-Kipiani-Shengelia, el capitán Machaidze de buen toque y conducción, y el defensor Chivadze de buena marca y proyección al ataque.
El partido de ida fue triunfo por 2-1 en Anfield con goles de Johnson y Case, pero el descuento de Chivadze complicaba la clasificación en vistas a la revancha.
Durísima fue la revancha en Tiflis ante 90 mil espectadores donde los georgianos le infringieron a los ingleses una de las más duras derrotas que se recuerden en este período de gloria. Tras una primera etapa pareja aunque con dominio de los locales, en el complemento la diferencia fue mayor. Fue un 3-0 demoledor, donde los ingleses, especialmente Thompson y Hansen no pudieron frenar la velocidad ni la potencia de los “rusos”. Gustaev convirtió el primero, Shengelia el segundo tras una imparable carrera del defensor Chileya que recorrió 60 metros dejando ingleses por el camino, y Chivadze de penal remató la faena a minutos del final.
El Liverpool otra vez era eliminado en la primera instancia de la Copa de campeones, pero esta vez no a manos del futuro campeón sino ante un ignoto elenco soviético que recién en 1981 obtendría la Recopa de Europa. Tendría el conjunto de la ciudad portuaria la suficiente entereza anímica para recuperarse? La temporada de la Liga inglesa daría la respuesta.
La temporada 1979/80 de la Liga inglesa fue rara en cuanto a que no hubo un dominador nato, mientras el Nottingham se dedicaba a ganar su segunda Copa de Europa consecutiva, todo quedó librado a la lucha entre Liverpool, Manchester United e Ipswich en la cual finalmente Liverpool consiguió el bicampeonato aventajando por 2 unidades al Manchester y por 7 al Ipswich gracias a su gran faena en Anfield donde permaneció invicto con 15 victorias y 6 empates. David Jonhson, que se complementó perfectamente con Dalglish fue el goleador del equipo con 21 tantos aventajándolo a éste último por 5 goles.
Las lesiones de Jimmy Case y Alan Kennedy por la acumulación de partidos que incluyó 4 semifinales de FA Cup para desempatar ante el Arsenal hasta que el equipo de Highbury venció por 1-0 en la última hicieron menguar el rendimiento en la última parte de la temporada, pero igualmente fue un merecido campeón.
Con una victoria sobre el West Ham por 1-0 (gol de Mc Dermott) en la Charity Shield comenzó la nueva temporada a la que el Liverpool apostaría todas sus fichas a la Copa de Europa.
El Liverpool fue avasallador en Anfield y los sucesivos rivales en la Copa tales como el ignoto Oulun Palloseura de Finlandia (10-1), el Aberdeen escocés (4-0) y el CSKA de Sofía (5-1) no fueron rivales para un ataque demoledor en el que comenzaba a aparecer como suplente un joven delantero galés proveniente de la Chester llamado Ian Rush que con el tiempo se convertiría en el máximo goleador de los “reds” con 346 goles en 660 partidos.
A pesar que en la liga el Liverpol veía de lejos la lucha entre el Ipswich y el Aston Villa por el título, en la Copa de Liga llegó a la final para enfrentarse al líder de la segunda división: el West Ham. La final se disputó en Wembley y en 90 minutos los “reds” no pudieron doblegar a la defensa adversaria, pero a 4 minutos del final de la prórroga Alan Kennedy marcó el gol que significaba la Copa tras un tiro libre de Mc Dermott, pero en tiempo de descuento el propio Mc Dermott desvió con la mano un cabezazo al arco de Alvin Martin y Ray Stewart transformó el penal en gol finalizando el encuentro tras la ejecución de la pena.
El desempate se jugó dos semanas después en Birmingham y allí el Liverpool impuso su categoría dando vuelta un marcador desfavorable y pasando al frente en 3 minutos con goles de Dalglish y Bonds en contra en la primera parte. El 2-1 se mantuvo hasta el final y el Liverpool obtuvo así su primera Copa de Liga de loa historia tras el fracaso de 1978.
El rival en semifinales de la Copa de Europa fue el Bayern Munich, un poderoso equipo alemán que aunque no se podía comparar a aquel de mediados de los ´70 con Beckenbauer y compañía hacía recordar al Borussia con el cual el Liverpool había disputado encarnizadas batallas algunos años atrás. Todavía sobrevivían Breitner y Hoenness del plantel tricampeón de Europa más el aporte de los jóvenes Dremmler y Augenthaler y la gran potencia ofensiva de Karl Heinz Rummenigge, uno de los mejores delanteros europeos.
El partido de ida en Anfield fue duro para los ingleses quienes no pudieron contar con Souness (reemplazado por Rush) ni Case (Lee). Sus delanteros no pudieron terminar con éxito las jugadas que arrancaban en mitad de cancha. Dalglish, Lee y Rush no podían con el elástico arquero Junghans, pero poco a poco Breitner y Hoeness se hicieron dueños de la mitad de la cancha y en la segunda etapa Rummenigge y Neidermayer pusieron en aprietos a Clemence. Sin embargo fue Mc Dermott quien tuvo la más clara ocasión de desnivelar pero el arquero se lo impidió, y a poco del final una entrada de Dalglish al área fue detenida bruscamente por Dremmler pero el árbitro checo Christov interpretó que se había arrojado y no cobró el penal, 0-0 y una revancha muy complicada en Munich.
Con la vuelta de Souness por Rush y el reemplazo del lesionado capitán Thompson por Irwin y de Alan Kennedy por Money se disputó la revancha en el estadio olímpico en la cual la brillante defensa del Liverpool cerró todos los caminos del gol a los bávaros. Liverpool buscaba algún contraataque para dar el golpe más aun cuando jugó casi todo en partido sin Dalglish quien se retiró reemplazado por Gayle. A 7 minutos del final un gran disparo de Ray Kennedy entrando libre por la izquierda no pudo ser capturado por el arquero y enmudeció al público local. El Bayern no se desanimó y 2 minutos después Rummenigge empató, pero no se pudo torcer la historia y el Liverpool llegó a la final por el gol de visitante.
En la final en el estadio Parque de los Príncipes de Paris lo aguardaría el Real Madrid, que regresaba a una final de Copa desde 1966 tras haber superado al Inter en semifinales con un 2-0 en el Bernabeu y un digno 0-1 en San Siro con una gran labor del arquero Agustín Rodriguez deteniendo sobre el final un impresionante tiro de Altobelli que tenía destino de gol.
El cerebro del Madrid no era otro que Ulrich Stielike, aquel alemán que había enfrentado al Liverpool en la final de Roma de 1977, volante de buen control de balón y gran resistencia física que estaba en el cenit de su madurez. En la delantera contaba con la magia de Juanito, un estupendo gambeteador cuyos arranques podían ser letales como así también su buena definición con ambas piernas, Cunningham apodado “la perla negra# un habilidoso inglés descendiente de Jamaiquinos que había pasado la mayor parte del tiempo lesionado, algo intermitente en sus actuaciones, pero si estaba inspirado era temible y Santillana, considerado el mejor cabeceador de Europa. En el mediocampo se destacaba quien conduciría a España para ser campeón del mundo en 2010: Vicente del Bosque, un temperamental jugador que rondaba los 30 años y su defensa era muy dura en la marca con jugadores de la talla de Camacho, San José y García Cortés que no escatimaban esfuerzos.
El Liverpool alinearía su mejor formación, aquella que los periodistas sabían casi de memoria con la vuelta de Dalglish luego de una lesión en los ligamentos de su tobillo izquierdo formando así: Clemence; Neal, Thompson, Hansen, A.Kennedy, Lee, R. Kennedy, Mc Dermott, Souness; Dalglish y Johnson.
El partido fue áspero y quizás el árbitro húngaro Palotai debió ser más enérgico con las tarjetas ante faltas muy duras. Los ingleses como de costumbre fue masivamente al ataque el Real Madrid planificó un sorprendente sistema defensivo con marca personal en zona sobre Dalglish y Johnson quedando libre Camacho, quien se sumaba a la línea media; Stielike luchaba con Lee y Del Bosque manejaba la pelota en el mediocampo, Juanito arrancaba dribleando desde muy atrás y el Liverpool lo esperaba escalonadamente, por lo tanto la pelota no les llegaba clara a Santillana que no les podía ganar de alto a Thompson y Hansen y Cunningham, muy estático, era fácilmente tomado por Neal.
Agustín detuvo a los 10 minutos un potente tiro de Alan Kennedy, luego una triangulación Dalglish-Lee-Mc Dermott culminó con un remate del último por sobre el travesaño.
El Madrid tuvo su mejor ocasión con un remate de Camacho que se fue cerca del palo y un cabezazo aislado de Santillana.
Durante la segunda etapa el Liverpool manejó mejor la pelota aunque con cierta lentitud y el Madrid poco a poco se diluyó ofensivamente, entonces el partido se tornó aburrido hasta que faltando 8 minutos un saque lateral tomado por Lee derivó hacia la entrada en diagonal de Alan Kennedy quien aprovechó el descuido de García Cortés y remató cruzado desde un ángulo muy cerrado convirtiendo el gol que significaba el título.
El Liverpool ganaba su tercera Copa de Campeones en un lapso de cinco años dirigido con Bob Paisley en el banquillo haciendo olvidar por momentos al emblemático Bill Shankly.
Pero el libro de la historia del fútbol tenía reservados más capítulos para este Liverpool que seguiría escribiendo páginas para la memoria…


(1) Brian Clough fue tan famoso, respetado y adorado en Derby County y Nottingham Forest, que la ruta A52 que une los 19 km entre ambas ciudades lleva su nombre desde2005
(2) El Arsenal logró batir el récord recién el 25-8-2004 y alcanzó la nueva marca de 49 partidos invictos que aún perdura.

quinta-feira, 9 de setembro de 2010

Argentina más cerca de España

Argentina venció por 4 a 1 a España en el estadio Monumetal de River Plate que se encontraba repleto de enfervorizados hinchas que gozaron con el juego de su selección ante un rival de gran categoría como hace tiempo que no lo hacían, quizás desde el triunfo por 3-1 frente a Brasil en las eliminatorias para el Mundial 2006.
Pero debe tomarse la debida consideración del importante triunfo sudamericano sin entrar en la típica dicotomía argentina del éxito o el fracaso que tantas veces ha producido infaustas realidades con el paso del tiempo.
Para la selección argentina era un partido de vida o muerte que servía para vengar la categórica eliminación del último Mundial a manos alemanas y era también la revancha del amistoso de Noviembre último donde los españoles habían mostrado una evidente superioridad.
Para los más cuestionados del último Mundial como Messi, Heinze o Demichelis representaba una suerte de revancha ante su propio público, para otros como Zanetti, Cambiasso y D’alessandro era una segunda oportunidad con la albiceleste y querían aprovecharla al máximo.
Sergio Batista, el actual técnico, también se jugaba su chance de ser ratificado como entrenador del equipo por lo menos hasta la Copa América del próximo año poniendo a prueba en esta ocasión su temple y capacidad al frente del grupo.
Es por eso que para la selección argentina el encuentro era mucho más que un amistoso ante el mejor equipo del Mundo.
La Selección Española, en las antípodas, goza de las mieles del éxito que otorgan la obtención de la Eurocopa y el Mundial. Por lo tanto tomó este encuentro como una gira corta tras el paseo ante Liechtenstein de días atrás que marcó el comienzo de la clasificación para la Euro 2012.
Vicente del Bosque planificó varios cambios. No estuvieron Casillas, Capdevila, Sergio Ramos ni el “niño” Torres. Xavi Hernández y Pedro estuvieron en el banco de suplentes e ingresaron en el complemento y Puyol arrastraba una lesión
Marchena fue el reemplazante de Puyol y acompañó al sobreviviente Piqué en el centro de la zaga, Abreloa y Monrreal fueron quienes sustituyeron a los laterales Ramos y Capdevila, intentarían sumarse al ataque aunque sus labores defensivas serían flojas.
Piqué y Xabi Alonso batallarían en mitad de cancha, Iniesta y Cesc un poco más ofensivos y arriba Silva iría por derecha y Villa se movería por todo el frente de ataque.
Con un gran marco de público y un tiempo inmejorable el juez ecuatoriano Ruiz dio inicio al cotejo. Tras en comienzo donde España pretendió manejar el balón a discreción, el equipo Argentino presionaba en la mitad de la cancha con Mascherano secundado por Ever Banega y Cambiasso impidiendo el circuito futbolístico entre Xabi Alonso, Fábregas e Iniesta. Zanetti y Heinze eran salida por sus bandas y se replegaban ordenadamente.
Argentina tocaba rápido e intentaba progresar en el terreno, Messi jugaba en su posición del Barça tirado sobre la derecha en los últimos 30 metros, Tévez e Higuaín pivoteaban sobre el frente de ataque. De esa manera el astro rosarino colocó un fabuloso pase por elevación para Tévez quien quedó mano a mano con “Pepe” Reina y definió mal cruzando la pelota al segundo palo con poca puntería.
Pero fue en esa jugada donde Tévez descubrió el punto débil de los ibéricos y con dos pases mágicos rompiendo el achique de la defensa en línea española comenzó a definir rápidamente el partido.
Primero habilitó a Messi, quien definió de manera elegante empalando la pelota ante la salida del portero; el segundo fue obra de Higuaín quien picó al vacío, dominó el balón, tiró la gambeta larga sobre el arquero y definió desde un ángulo muy cerrado superando el desesperado cierre de Piqué. Iban 14 minutos y el local ganaba 2-0 al campeón del Mundo, algo que ni el más optimista de los hinchas argentinos aventuraba.
Argentina tuvo 10 minutos brillantes donde España parecía desconcertada ante el anticipo, la garra, el toque, la velocidad y la precisión de los jugadores locales que parecían multiplicarse en el terreno de juego.
En una jugada aislada donde Tévez fue a presionar la salida del arquero Reina, éste resbaló y erró el despeje – a causa de los resbaladizo del terreno que había sido regado excesivamente con anterioridad al jugo –, entonces el delantero del Manchester City aprovechó el regalo y aunque el guardametas se recuperó con lentitud no pudo impedir el gol a pesar que se arrojó aparatosamente sobre el argentino.
Pudo descontar España Copn dos tiros en los palos de Villa, el segundo tras un tiro libre que rozó en Mascherano, pero Argentina se fue al descanso con un 3-0 que parecía exagerado, aunque no exento de justicia porque el local había arrollado al campeón del Mundo y había estado muy acertado en la definición.
Movió las fichas Del Bosque en el complemento con los ingresos del longilíneo Llorente y el movedizo Navas por Villa y Silva. Argentina se replegó notablemente y cedió pelota y terreno a su oponente que poco a poco comenzó a aproximarse a la valla de Romero. Navas comenzó a preocupar por la banda de Heinze y tras un magnífico desborde y perfecto centro al área, Llorente se perdió el descuento de cabeza porque su altura le jugó en contra.
Argentina de contragolpe generó una magnífica jugada entre Messi, Banegas y ulterior pase de taco de Cambiasso para el remate de Higuaín que Victor Valdés – reemplazante del desafortunado Reina – envió la corner.
Con el ingreso de Pedro por Xabi Alonso y Xavi Hernández por Fábregas España atacaba con tres delanteros: Navas por derecha, Pedro por izquierda y Llorente de ariete llegando a fabricar las mejores ocasiones con algunos tirose de media distancia y una pelota de Navas que pasó por toda el área chica sin que nadie pudiera empujarla. Cazorla que había reemplazado al inofensivo Iniesta hacía un rato reventó el palo nuevamente. Argentina hacía poco y nada en ofensiva, sólo un gran apilada de Messi que concluyó con pase tardío a Di María, quien había reemplazado al golpeado Tévez, que fusiló al arquero inflando la red, pero estaba en posición adelantada.
Llorente se las ingenió para descontar con una formidable media vuelta de derecha que fue inalcanzable para el arquero argentino.
Messi lo tuvo nuevamente tras una gran incursión en el área gambeteando rivales, pero llegó trastabillando y su disparo fue débil, además podía haber habilitado al “Kun”Aguëro – sustituto de Higuaín – que estaba en inmejorable posición.
El ingreso de D’alessandro por Messi faltando un par de minutos le inyectó al equipo argentino más movilidad y fue así que el volante campeón de América juntó rivales con algunos amagues en el borde del área, cedió a la izquierda a Heinze que colocó un preciso centro para el prefecto cabezazo de Agüero de pique al suelo y junto a la base del palo derecho de Valdés que estableció el definitivo 4-1 que no reflejó realmente la diferencia entre ambos equipos en el desarrollo de todo el encuentro.
El público despidió con un emotivo aplauso a todos los protagonistas, conscientes que habían visto un gran espectáculo que satisfizo ampliamente sus expectativas.
Definitivamente fue un partido en el cual el conjunto local fue más ambicioso y le impuso su fútbol al campeón del mundo, fue práctico y contundente. Con la ventaja se replegó y aguantó los tibios embates de la selección roja tratando de dar la estocada final que sucedió en el último minuto.
Muy bien Messi, cómodo en esa posición, Tévez e Higuaín imparables confirmando lo que habían realizado en el último Mundial y demostrando que Argentina en ofensiva y bien respaldado por los volantes es temible. Tampoco desentonaron Agüero y D’alessandro los pocos minutos que estuvieron en la cancha sumando nuevas variante al técnico.
Sensacionales labores de los hombres del Inter: Zanetti y Cambiasso corriendo, anticipando, marcando, tocando y mostrándose libres. Sorprendente la actuación de Banega jugando con mucho aplomo como si tuviese diez años de selección nacional en sus espaldas.
Firmes en defensa Milito y Demichelis ganando de arriba y abajo y seguros en los cierres, como en uno del segundo tiempo donde el jugador del Bayern Munich evitó sobre la línea un seguro gol de Cazorla. Mascherano con el despliegue habitual y bien asistido por sus compañeros, Heinze con marca y proyección permanente como en el último gol, sufriendo a veces en el mano a mano con Navas, pero salvando sus deficiencias con mucho ímpetu y gran ascendencia sobre sus compañeros. Y Romero tras un primer tiempo tranquilo fue exigido en el complemento respondiendo bien y con buen sentido de la ubicación.
El técnico aclaró que trataba de copiar el modelo Barça-Selección Española, pero con la idea de adaptarlo según la conveniencia y con el toque de clase del jugador argentino.
En términos generales una buena actuación del seleccionado argentino que puede ser el punto de parida hacia un proceso exitoso si los resultados y los jugadores acompañan al “checho” Batista, quien muestra un perfil lógicamente más bajo que su antecesor y tiene pleno apoyo del mandamás de la AFA don Julio Humberto Grondona dispuesto a dar vuelta la página del ciclo de Diego Maradona, que estuvo más cerca de las revistas de espectáculos que de las deportivas.