quinta-feira, 8 de outubro de 2009

Kiev, 1942. El partido de la muerte

Única foto de los equipos tras el match

Tyutchev y Goncharenko posan frente al monumento en 1989

Afiche de promoción del partido













El cocktail producido por la mezcla entre la política y el fútbol resulta casi siempre un trago amargo.
La utilización del más popular de los deportes por parte de ciertos gobernantes ha dado lugar a diversas controversias acerca del real propósito de quienes aprovechan un éxito deportivo para beneficio político personal.
Uno de los casos más resonantes fue la influencia de Benito Mussolini durante la conquista del Mundial 1934 por parte del equipo italiano que incluyó amenazas al técnico Pozzo, arbitrajes sospechosos y utilización del evento como propaganda fascista.
Tampoco podemos olvidar la manipulación que el gobierno militar de Argentina hizo durante el Mundial ´78 con el control total de los medios periodísticos, sospechas de todo tipo en la victoria frente a Perú por 6-0 (link) y algún arbitraje dudoso.
Hechos más aberrantes ocurrieron con la selección Iraquí de fútbol durante los últimos años del gobierno de Saddam Hussein tales como amenazas, privación de la libertad y torturas a los jugadores.
Muchos años atrás y en medio de la Segunda Guerra Mundial ocurrió una historia que tiene ribetes de heroísmo y tragedia.
Invierno de 1941 en el Hemisferio Norte, el ejército alemán ha desatado la “blitzkrieg” o guerra relámpago invadiendo casi medio continente, uno a uno los países de Europa Central han ido cayendo ante la arremetida del ejército nazi. Es en ese momento que Adolf Hitler decide hacer su apuesta más elevada: invadir la Unión Soviética.
El 19 de Septiembre de 1941 Kiev fue tomada por el ejército nazi que la ocupó destruyendo seriamente la ciudad. Los nazis enviaron prisioneros de guerra a los distintos campos de concentración donde se hacinaban miles de personas. Los exonerados que no tenían un trabajo fijo y en muchos casos tampoco vivienda, vagaban por las calles en busca de alguna oportunidad que pudiera llenar su estómago.
Mientras tanto los nazis trataban de organizar la vida en Kiev como era habitual antes de la invasión. Entre esos menesteres estaba el fútbol y con ese fin crearon una liga de la que participarían seis equipos
Fue así que un día Josif Kordik, un checo colaboracionista y dueño de una panadería descubrió a uno de sus ídolos del Dynamo de Kiev vagabundeando por las calles en estado andrajoso y famélico por el hambre y el frío. Era el arquero Nikolai Trusevich.
El panadero era fanático del equipo que había dominado durante años el fútbol local. De inmediato le propuso trabajo, techo y comida en su establecimiento. Al consultarlo sobre la vida de los otros integrantes del plantel Trusevich le contó que había vistoa varios de ellos en similares condiciones, que algunos habían perdido a sus familias y que otros habían emigrado o habían sido tomados prisioneros.
Kordik le propuso buscarlos ofreciéndoles semejantes condiciones de trabajo que a Nikolai. La idea de tener a sus ídolos en su propia fábrica lo seducía notablemente.
El próximo paso si todo salía bien sería conformar un equipo de la panadería que participe en la liga.
El primer jugador que Nikolai contactó fue Makar Honcharenko.
En las siguientes semanas, el FC Start (Football Club Start) fue conformado por ocho jugadores del Dinamo Kiev (Mykola Trusevych, Mikhail Svyridovskiy, Mykola Korotkykh, Oleksiy Klimenko, Fedir Tyutchev, Mikhail Putistin, Ivan Kuzmenko y Makar Honcharenko), y tres jugadores del Lokomotiv Kiev (Vladimir Balakin, Vasil Sukharev y Mikhail Melnyk).
Los jugadores entrenaban regularmente en el patio de la panadería ante la mirada asombrosa de su protector. Muchos de ellos tenían afinidades comunistas pues el Dyanamo había sido conformado por la policía local y el ejército rojo, por lo que eligieron para su vestimenta casaca roja y pantaloncillos blancos.
El 7 de julio de 1942, el FC Start jugó su primer partido en la liga local. La liga estaba dirigida por el colaboracionista Georgi Shvetsov, un ex jugador de fútbol e instructor deportivo. El primer rival del FC Start fue Rukh, el equipo favorito de Shtetsov. El FC Start ganó por 7-2, a pesar de estar mal alimentados y mal equipados.
Posteriormente cayeron los equipos de las guarniciones Húngara y rumana por 6-2 y 11-0 respectivamente, los trabajadores del ferrocarril por 9-1, el PGS alemán por 6-1 y el potente MSG húngaro 2 veces 3-2 y 5-1.
El equipo más poderoso era el Flakelf formado por integrantes de la Luftwaffe (la fuerza aérea alemana) que también arrasaba con sus rivales y tenía la ventaja de poseer mejor alimentación e instrucción física de alta competencia. Vestían camiseta blana y pantalones negros a semejanza del seleccionado alemán.
El encuentro fue el 6 de Agosto en el estadio del Zenith y los soviéticos vencieron claramente por 5-1.
Los alemanes no pudieron digerir semejante derrota y temieron que el triunfo del Stara pudiera germinar en los ucranianos algún foco de resistencia, por lo que rápidamente publicitaron la revancha que fue 3 días después y en el mismo estadio.
Se dice que antes del partido los jugadores ucranianos recibieron amenazas para no oponer resistencia a los alemanes, lo cierto es que salieron a jugar como acostumbraban.
También se supo que antes del comienzo del partido se negaron a responder el saludo nazi con el brazo derecho en alto, en su lugar los jugadores llevaron los brazos al pecho y gritaron "Fitzculthura" , un slogan soviético referente a la cultura física.
El árbitro fue un oficial de las SS, que ante situaciones comprometidas fallaba a favor del Flakelf, en una de ellas Trusevych recibió una patada en la cabeza de un delantero del Flakelf, dejándolo atontado. Mientras Trusevych se recuperaba, el equipo alemán anotó un tanto.
El juez ignoró todos los reclamos del FC Start por la violencia de sus oponentes. Los alemanes usaron todas las artimañas posibles ante el amparo del referee.
No obstante FC Start anotó un gol de tiro libre por Kuzmenko. Luego Honcharenko, en lucida acción gambeteó a dos defensores del Flakelf y metió el balón en la red del arquero alemán. El primer tiempo finalizó 3-1 a favor del Start. Durante el entretiempo un oficial de las SS habría ingresado al vestuario y advirtió a los jugadores que no podían ganar y que si lo hacían se atengan a las consecuencias.
Los ucranianos no se amedrentaron y en el segundo tiempo dominaron en el terreno de juego y en el marcador, pues se colocaron 5-3 jugando aún con una hilera de soldados rodeando el campo de juego y recibiendo algunos proyectiles por parte de los oficiales alemanes pero ante el grito entusiasta de sus seguidores.
A poco del final se produjo una jugada curiosa: el defensor Iván Klimenko tomó la pelota, esquivó a varios defensores del equipo alemán y sorteó al portero del Flakelf. Entonces en lugar de patear la pelota al arco, se dio la vuelta y la lanzó al centro de la cancha como un símbolo de protesta. Para los alemanes fue una humillación. El árbitro de las SS dio por terminado el partido antes de tiempo.
Terminado el partido aparecen dos versiones: la soviética que cuenta que inmediatamente después del encuentro todos los jugadores con sus vestimentas de juego fueron fusilados un una barranca cercana al estadio y por los años siguientes los partidarios de Stalin magnificaron el heroísmo de los participantes de aquel partido.
La otra versión más real es la publicada en el libro de Andy Dougan “Dynamo, defendiendo el honor de Kiev” en el cual uno de los sobrevivientes, el delantero Makar Goncharenko relató a Dougan que los jugadores no fueron fusilados cuando terminó ese partido, sinó que todavía jugaron otro encuentro frente al Rukh al cual vencieron 8-0 y luego fueron capturados once jugadores. Nikolai Korotkykh fue el primero que murió bajo tortura por tratarse de un agente secreto de la policía soviética. Los otros diez jugadores fueron enviados al campo de concentración de Siretz. El goleador Ivan Kuzmenko fue ejecutado como represalia por un ataque de partisanos. Lo siguieron Klimenko (el que se negó a marcar el gol) y el arquero Trusevich quien habría muerto con la camiseta del partido puesta y gritando "El deporte rojo nunca morirá", todos fueron arrojados a una barranca. De los demás no hubo rastros
Goncharenko y sus compañeros Tyutchev y Sviridovsky, sobrevivieron porque lograron escapar del horror. La historia que Goncharenko contó a Dougan antes de morir es aún más horrorosa. Ya con Stalin, los sobrevivientes fueron acusados de colaboracionismo por haber jugado fútbol con el enemigo en la Kiev ocupada y salvaron su ejecución a cambio de mantener silencio absoluto sobre lo sucedido. Tras la caída de la URSS salieron a flote estos hechos y el libro del Dougan.
Kiev fue liberada en Noviembre de 1943. Cerca del pequeño estadio (hoy rebautizado como “Coronel Lobanovsky”) hay un monumento que recuerda la proeza: "Para los jugadores del Dynamo Kiev que murieron heroicamente por el honor de su patria con la frente alta ante el invasor nazi". reza una inscripción grabada en la piedra. Otra placa recuerda a los héroes imbatidos en el museo del club Dynamo.
Holywood recreó en parte esta historia con el film “Escape a la victoria” dirigido por John Huston en 1981 y protagonizado por Pelé, Ardiles, Bobby Moore, Michael Caine y Silvestre Stallone como el arquero, en la película los jugadores planean un escape del campo de concentración, pero como van perdiendo deciden quedarse y dar vuelta la historia para después si evadirse, algo que no todos los mártires de Kiev pudieron lograr.
Una vez más la realidad superó a la ficción.

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