terça-feira, 20 de dezembro de 2011

¿Quièn fue Vittorio Pozzo? (parte 1)

Baloncieri, Libonatti y Rossetti: trìo central ofensivo del Torino y la azurra a fines de los años '20 cuando Pozzo inició su ciclo más exitoso


Luis "doble ancho" Monti único finalista con dos selecciones diferentes.



Un joven Pozzo haciendo sus primeras armas como entrenador, circa 1920



Pozzo y Meazza, el entrenador y su director de orquesta dentro del campo de juego.




El gesto pensativo, la pose impaciente pegado a la raya de cal. La esencia de un apasionado del fútbol



















La respuesta facilista a la cuestión propuesta en el título sería reconocer que fue el entrenador que condujo a la selección Italiana de fútbol al bicampeonato del mundo en 1934 y 1938.
La historia del fútbol tiene reservado para Vittorio Pozzo un lugar preponderante en la galería de figuras que han trascendido el tiempo, puesto que sus records han permanecido intactos hasta la actualidad. Tal como sucede con el goleador francés Just Fontaine y sus 13 conquistas en Suecia 1958 o el arquero mexicano Antonio Carbajal y sus 5 Mundiales – récord compartido con Lothar Matthaus – , el lógico paso del tiempo los ha transformado en leyendas del fútbol, de cuya vida poco conoce la mayoría de los aficionados, sobre todo los más jóvenes, más allá que sus logros permanezcan vigentes.
Esta serie de notas propone descubrir al personaje que figura en todos registros futbolísticos como el único técnico que consiguió un bicampeonato mundial hace ya siete décadas. Se analizará de forma concisa su larga vida, sus influencias, su personalidad, su pensamiento, sus éxitos y fracasos y fundamentalmente su legado.
Nuestro protagonista nació el 2 de Marzo de 1886 en Turìn en el seno de una familia media, lo cual le permitió tener una buena educación en el prestigioso Liceo Cavour y viajar Suiza e Inglaterra para completar sus estudios de idiomas en los albores del siglo que asomaba.
En su juventud fue un entusiasta atleta que llegó a ser campeón estudiantil de los 400 metros llanos. Por influencia de una amigo suyo llamado Giovanni Goccione, que luego llegaría a jugar como centre-half en la Juventus comenzó a jugar al fútbol en la Plaza de armas de su ciudad natal, aunque nunca se destacó demasiado.
Mientras tanto en 1898 se forma la Federazione italiana di Giouco di Calcio con sede en Turìn y cinco miembros de los cuales solamente sobrevive el Genoa en la serie A. Pocos años después se incorporan Juventus, AC Milan y Pro Vercelli entre otros, y en 1905 se afilia a la FIFA.
Sin embargo la popularidad del juego estaba lejos de despegar, salvo en el norte de la península donde MIlan y Turín estaban a la vanguardia del resto de las ciudades debido a su gran diversidad de cultural.
En Inglaterra, el joven Pozzo queda fascinado con la trascendencia del juego que practicaba de púber en la calles de su ciudad natal. Lo sorprende el juego de los grandes cracks de la época, las multitudes que asisten a cada encuentro, la repercusión en la prensa y por sobre todo el profesionalismo de los jugadores. Se mantiene con una beca y dinero que le envían sus padres hasta que le cortan los víveres enojados por la decisión de no ayudar a su hermano mayor en la empresa de ingeniería que dirige y entonces toma un cargo de profesor de italiano en Manchester que le permite mantenerse y solventar sus viajes sabatinos para observar partidos, no solamente en Gran Bretaña, sino también en Francia, Alemania y Suiza.
Traba gran amistad con los jugadores Charlie Roberts del Manchester United y Steve Bloomer del Derby County entre otros y con algunos periodistas locales que lo acercan aun más al mundillo del fútbol inglés del cual será gran admirador y difusor empedernido a tal punto de ser tildado de anglófilo por sus detractores.
Llega a jugar en el Grasshopper suizo entre 1905 y 1906 donde finaliza sus estudios retornando a su país al final de la temporada. Es uno de los fundadores del Torino formado por una fusión del FC Torinese y algunos disidentes de la Juventus. Juega en su club entre 1906 y 1911.
Tras abandonar la práctica activa del fútbol acepta el cargo de Secretario de la Federación italiana en representación de su club como una especie de compensación por el traslado de la sede de Turín a Milán. Sin embargo no se siente muy cómodo trabajando en una oficina pues entiende que su verdadero lugar está en los campos de juego.
La selección italiana de fútbol había jugado su primer encuentro internacional el 15 de Mayo de 1910 derrotando a Francia por un inusitado 6-2 en Milán aunque sucumbió días después ante los húngaros por 6 a 2 en Budapest. El equipo era conducido por una comisión técnica formada por directivos, árbitros, ex jugadores con Umberto Meazza a la cabeza. Los resultados no eran muy alentadores hasta que tras un amistoso perdido ante Francia por 4 a 3 merced a errores garrafales del arquero turinés Vittorio Faroppa, sustituto del titular Mario De Simoni que se encontraba lesionado, precipitó el fin de los comisionados.
Los cuestionamientos a la comisión técnica por la inclusión del portero hicieron eclosión y se produjo una renuncia masiva de sus integrantes, produciéndose un vacío en la conducción de la selección que debía viajar a las Olimpíadas de Estocolmo tres meses después. El presidente de la Federación, Alfonso Ferrero di Ventimiglia, le solicita a Pozzo que se haga cargo de la conducción del equipo y Vittorio, a los 26 años, acepta el primer gran desafío futbolístico de su vida.
Sin embargo, las discrepancias entre la Federación y el Comité Olímpico Italiano acerca de los recursos a destinar para la aventura Olímpìca provocaron que el equipo nacional tenga que alistar solamente a catorce jugadores, que el viaje haya sido bastante largo y turbulento y que los viáticos para comida y entrenamiento hayan sido apenas suficientes para la manutención del plantel.
Italia perdió sorpresivamente con Finlandia en el debut por 3-2 en tiempos extra manifestando un evidente desacople entre líneas con cinco debutantes y una evidente incomodidad producto de un viaje tan fastidioso como cansador.
A pesar de todo, la organización sueca tenía reservado para los perdedores de la primera fase; una especie de “torneo consuelo” por tan largo viaje. Por ello los italianos se enfrentaron a los locales, a quienes derrotaron por el mínimo marcador. Con dicho triunfo debían jugar frente a los austríacos en el próximo encuentro. El partido fue una tremenda paliza a favor de los representantes de Europa Central por 5 a 1 y representó el primer duelo entre Pozzo y su colega y amigo el doctor Hugo Meisl, con quien sostendría emotivos partidos durante las siguientes dos décadas
Finalizada la participación en Estocolmo Pozzo renunció al seleccionado y aceptó entrenar a su querido Torino, mientras tanto y como el empleo era semi-profesional ingresó a trabajar en la compañía Pirelli, donde llegaría a ostentar el cargo de Director. Su mejor desempeño fue en la temporada 1914/15 donde finaliza segundo detrás del Genoa debiendo suspenderse el torneo cuando restaba una fecha a causa del ingreso de Italia en la primera Guerra Mundial.
En 1915 Pozzo se alista en el Ejército Italiano donde es enviado a la zona de los Alpes con el Regimiento de Montañistas llegando a alcanzar el grado de Teniente y siendo condecorado por su valentía, fidelidad y heroísmo. Esa experiencia lo marcará a fuego en la dirección y conducción de los grupos con una férrea disciplina y sentido del deber, como así también una esmerada organización de las tareas de cada uno de sus integrantes con la debida solidaridad entre ellos. Se convertirá además en un ferviente nacionalista sin ocultar jamás su gran debilidad por Inglaterra y su fútbol.
Al final de la Gran Guerra continuará dirigiendo al Torino hasta 1922 sin grandes campañas, pero destacándose en ese año como asesor de la Federación por impulsar el proyecto de división del Torneo en dos Ligas (Norte y Sur) con el fin de evitar la división entre los clubes más poderosos y los más humildes. Algunos clubes habían comenzado a incorporar futbolistas extranjeros con la consiguiente complicidad de la Federación que avalaba un profesionalismo encubierto que poco tardaría en explotar sobre todo con la fusión entre la Juventus y el Grupo Fiat liderado por la familia Agnelli en 1924.
En 1924 es nuevamente convocado para dirigir a la selección azzurra en la Olimpíadas de París debido a su anterior experiencia de Estocolmo revistiendo el cargo de “Comissario Urico” y sustituyendo nuevamente a la Comisión Técnica. Esta vez viajan 22 jugadores, de los cuales más de la mitad tenía alguna experiencia en el seleccionado.
Italia vence al fuerte seleccionado español en el debut por 1-0 con un desgraciado gol en contra de Vallana a pocos minutos del final y una desesperada carga española que choca con la infranqueable dupla defensiva central formada por Caligaris y Rosetta.
Posteriormente supera cómodamente a Luxemburgo por 2-0 en octavos de final y cae por 2-1 ante los suizos en un encuentro parejo que los suizos desnivelan con un polémico gol de Abbeglen en dudosa posición tras un grosero error de Caligaris. Italia queda eliminado, aunque muy cerca de colocarse entre los mejores cuatro equipos.
Pozzo deja nuevamente el cargo a causa de una enfermedad incurable de su mujer que fallece meses después.
Convocado por el Milan para entrenar su equipo, se traslada a la ciudad lombarda dejando su cargo en Pirelli y siendo contratado por el periódico La Stampa como redactor de fútbol, función que desempeñará por cuatro décadas.
Su campaña en el AC Milan fue discreta, finalizando octavo durante la temporada 1924/25 y séptimo en la siguiente donde abandonará la conducción al finalizar la misma.
Italia conquista la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 1928 en Amsterdam, bajo la conducción del seleccionador Augusto Rangone, tras caer ajustadamente ante Uruguay por 3 a 2 en semifinales y batir escandalosamente a los egipcios por 11 a 3 en el match definitorio por la citada presea.
En 1929 la Federación, a través de su amigo personal el presidente Leandro Arpinati, lo designa nuevamente entrenador comenzando el ciclo más exitoso de la selección azzura antes de la Segunda Guerra Mundial. Debuta el 1º de Diciembre goleando a Portugal por 6 a 1. Pero las cosas habían cambiado desde su última experiencia en las Olimpíadas de 1924. Julio Libonatti, un destacado atacante nacido en la Argentina e hijo de italianos fue el primer jugador sudamericano transferido al fútbol europeo donde recaló en el Torino en 1925. Merced a sus destacadas actuaciones se convirtió en el primer jugador extranjero en vestir la casaca de la selección nacional debutando frente a Checoslovaquia un año después y conformando posteriormente con Rosetti y Levratto una recordada delantera.
Con el blanqueo oficial del profesionalismo en 1929 comenzó a disputarse un campeonato único y se categorizaron las series A (primera) y B (segunda). A partir de ese momento llegará un importante aluvión de jugadores sudamericanos, principalmente de Argentina que tentados por el dinero, la fama y la posibilidad de jugar en el viejo continente emprendieron la aventura transoceánica.
Con el ascenso al poder de Benito Mussolini bajo la protección del Rey Víctor Manuel III comienza en Italia el período del régimen fascista que dominará por completo la vida de los italianos durante más de una década.
Como tantas manifestaciones populares el fútbol no escapará al control del régimen que propiciará apoyo incondicional a la Federación y por ende a la selección azzurra, cuyo éxito reflejará las bondades del sistema fascista. Entre otras medidas se permitió que los “oriundi” obtengan la ciudadanía italiana y puedan jugar con la casaca azzurra a pesar de haber representado anteriormente a sus países de origen respetando los plazos de tres años de residencia futbolística que establecía la FIFA para permitir este cambio (1).
Pozzo se encargaba paralelamente de dar forma a su equipo con esta ventaja. Debía competir en el Copa Internacional Dr. Geró, un torneo ideado por Hugo Meisl y Henri Delaunay, cuya primera edición había comenzado en 1927 y que constituía une especie de Mini-Eurocopa en la cual jugaban Italia, Austria, Hungría, Checoslovaquia y Suiza partidos de ida y vuelta todos contra todos coronándose campeón el equipo que reunía la mayor cantidad de puntos. Restaba la última fecha frente a Hungría en Budapest. Ambos equipos se encontraban en el segundo lugar con 9 unidades a un punto de los líderes Austria y Checoslovaquia, por lo que quien resultara vencedor se adjudicaba la Copa.
Consciente de la importancia del partido y como una prueba de fuego para sus jugadores Pozzo y sus jugadores visitaron en la jornada previa al partido el lugar donde se había desarrollado una de las más cruentas batallas entre Italia y el entonces Imperio Astro-Húngaro con el fin de inculcarles que ellos serían los encargados de vengar aquella derrota militar y que para lograrlo debían luchar como soldados. Sin dudas uno de los primeros ejemplos claros de cómo la psicología puede influir en la mente de los futbolistas.
Hungría poseía uno de los mejores equipos de Europa Central que se destacaba por su buen toque y la elaboración de jugadas que parecían perfectas, sin embargo carecía de firmeza defensiva. El equipo italiano, por el contrario se basaba en la solidez del arquero Combi y los experimentados zagueros Rosetta y Caligaris, todos de la Juventus. Pero el gran acierto de Pozzo sería la inclusión de un joven milanés de 19 años dotado de una gran calidad técnica que jugaba en el Ambrosssiana-Inter llamado Guiseppe Meazza. Con el “oriundi” argentino Raimundo Orsi de la Juventus y el alessandrino Giovanni Ferrari harían olvidar en breve tiempo a Baloncieri, Libonatti y Levratto.
Con el ingreso de Monzeglio del Bologna por Caligaris lesionado en el hombro Italia disputó el esperado cotejo el 11 de Mayo de 1930. Tras un primer tiempo parejo en el cual los italianos vencían 1-0 con gol de “Pep” Meazza, el complemento fue una lección de cómo defender muy bien y apovechar la velocidad de los punteros Orsi y Constantino y el oportunismo de Meazza. Fue un 5-0 tan sorpresivo como contundente en un reducto difícil y significó la primera copa internacional obtenida por la squadra azzurra.
El 22 de Junio y mientras el barco Conte Verde (2) hacía escala en Barcelona recolectando a los jugadores de Bélgica para participar en la primera Copa del Mundo, Italianos y españoles disputaban en Bolonia un encuentro amistoso que para los españoles tenía gusto a revancha por lo sucedido dos años atrás en las Olimpíadas. España vence por 3 a 2 en emocionante partido con un gol de Vantorla faltando apenas un minuto, destacándose Zamora, Peña y Prats en los ibéricos como así también Orsi y Baloncieri – que jugaba su último encuentro con la azzurra – por el lado de los locales.
Italia no participó del primer mundial pero obtuvo la sede para la organización del segundo en 1934 desplazando a Suecia que renunció a su candidatura, aunque siempre se sospechó que detrás de esta operación estuvieron Achille Starace, secretaria general de Parido Fascista y el General Giorgio Vaccaro, presidente de la Federación. Se construyeron estadios y se mejoró la red de caminos y las comunicaciones para demostrar que se podía organizar el Mundial perfecto.
Pozzo comenzó a preparar al equipo que tendría la máxima responsabilidad de representar a la Italia fascista. Para ello dispuso de una rigurosa selección de los hombres para los puestos que consideraba claves en su método. La disputa de la segunda Copa Internacional que arrancaba en 1931 sería un excelente banco de pruebas para modelar el equipo.
Combi, Rosetta y Caligaris eran inamovibles. Monzeglio y Allemandi (Ambrossiana-Inter) eran un buenos suplentes. En el mediocampo contaba con Pitto del Bologna, Bertolini de la Juventus y Atilio Ferraris (IV) de la Roma. También podían estar Bernardini de la Roma o Colombari del Nápoli. La delantera la podían integrar los extremos Orsi y Constantini, los Cesarini y Gioavanni Ferrari de la Juventus más el centroatacante Meazza. Como variantes tenía a Magnozzi del Milan y Schiavio del Bologna aunque con otras características.
El “método” sistema táctico empleado por Pozzo consistía en formar una fuerte línea defensiva con el retraso del centrehalf casi sobre la misma línea de los backs centrales, dos halves defensivos que podían replegarse o atacar por las bandas, dos insiders un poco más adelantados para generar de esta manera supremacía en el mediocampo arrancando los ataques, dos wings bien abiertos y veloces y un centroforward de área. El dibujo asemejaba una MM o 2-3-2-3 que se contraponía con el sistema inglés WM que había desarrollado Herbert Chapman en el Arsenal sustituyendo al abanico defensivo 2-3-5 perimido con la modificación de la Ley del offside en 1925.
El debut de Italia frente a Austria en la Copa Internacional Dr. Geró no pudo ser mejor, venció por 2 a 1 en Milán remontando la desventaja inicial. A partir de aquella derrota la selección austríaca comenzaría una serie de victorias, algunas aplastantes (4), que lo convertirían en el mejor equipo europeo sin tener en cuenta a los británicos. Sería reconocido como el “Wunderteam” y sus principales figuras serían Sindelar, Bican , Zischek, Horvarth y Smistik dirigidos por el inefable Dr. Meisl. Se adjudicaría la segunda Copa Dr. Geró reuniendo 11 unidades y superando por 2 a los italianos a quienes derrotaron por 2-1 en la revancha con doblete de Sindelar y cayeron en la última fecha ante los checos en Praga por el mismo marcador cuando los austrìacos ya se habían asegurado el primer puesto.
Este torneo le permitió a Italia no solamente medir fuerzas con los mejores equipos de Europa Central sinó también ir definiendo el equipo que afrontaría la Copa del Mundo. El 27 de Noviembre de 1932 en ocasión de un encuentro amistoso frente a Hungría en Milan debutaba como centrehalf Luis “doble ancho” Monti, crack argentino que jugaba en la Juventus donde había llegado un año después de la final de Montevideo donde los uruguayos se habían impuesto a sus vecinos del Río de la Plata en un clima muy caldeado donde el jugador había recibido amenazas si los albicelestes ganaban aquel partido. Monti era un fortísimo marcador que rayaba lo desleal, poseedor de un gran remate y dotado de una gran capacidad no solo para cubrir espacios sino para distribuir el juego. A pesar de superar los 30 años y llegar a Italia con un evidente sobrepeso fue rápidamente puesto en forma por los turineses convirtiéndose en patrón del mediocampo y conformando un gran terceto junto con Bertolini y Varglien que le posibilitó a la vecchia signora obtener el Scudetto durante cinco temporadas consecutivas entre 1931 y 1935.
Pozzo convertiría a Monti en un verdadero perro de caza, siempre con la misión de anular al mejor hombre rival, pero además confiaba en la precisión de sus pelotazos largos y en su gran fuerza anímica que periódicamente alimentaba recordándole que estaba viviendo su revancha de lo sucedido en Montevideo.
A mediados de 1933 Italia recibió a los maestros ingleses en Roma con la presencia del Duce Mussolini en el palco. Ferrari anotó la apertura a poco de comenzada la contienda, por lo que los visitantes tuvieron que esforzarse para buscar el empate que alcanzaron en la segunda etapa. Constantino desperdició antes una buena chance para colocar el 2-0 que podía haber resultado concluyente. Fue el último partido del right winger con la azzurra, Pozzo jamás le perdonó semejante desatino.
La tercera Copa Dr. Geró estaba en marcha e Italia había arrancado con 4 victorias consecutivas ante Suiza (3-0) y Hungría (1-0) de visitante y frente a los checos (2-1) y suizos (5-2) en Florencia. Sin embargo en su posterior compromiso cayó sin atenuantes ante los austríacos por 4 a 2 en Turín tras recibir una paliza memorable durante la primera etapa que se tradujo en un 3-0 parcial que inclusive pareció acotado de acuerdo a lo observado en el campo de juego. Meisl no pudo contar con Sindelar para este encuentro e incluyó 4 jóvenes y veloces jugadores (Nausch, Kaburek, Binder y Viertl ) quienes junto a Pepi Bican le complicaron el partido a los italianos. La reacción local del segundo tiempo no alcanzó pese a ponerse 2-3 con doblete de Meazza, el primero de penal puesto que 5 minutos después Zischek puso cifras definitivas al marcador. Pozzo observó que sus backs daban muestras de lentitud por el paso de los años y que esa ventaja en un Mundial podía ser decisiva para sus aspiraciones. Por lo tanto sería el último partido de la dupla Caligaris-Rosetta con la azzurra, a pesar que integrarían el plantel mundialista. Monzeglio del Bologna y Allemandi (3) del Ambrossiana-Inter conformarían la renovada defensa italiana.
Con la incorporación de los oriundi Guaita, Demaría y Guarisi - además de Orsi y Monti – Italia encaró los últimos meses de preparación con vistas a su Copa del Mundo. Pozzo convocó en una primera etapa a 40 jugadores para concentrar en el Hotel Alpino de Gignese – a 110 km de Turín – lejos de la prensa y las tentaciones. De ese numeroso plantel se tomó el tiempo para seleccionar a los 22 definitivos.
Solamente le faltaba convencer a Atilio Ferraris – una de las debilidades de Pozzo - que hacía dos años que no jugaba en la squadra azzurra por sus reiterados excesos y se encontraba jugando al billar en un café romano. Lo incorpora con la promesa del jugador que no beberá alcohol y le permitirá fumar apenas 3 cigarrillos diarios.
La insólita Reglamentación del torneo preveía que Italia debía afrontar dos encuentros frente a Grecia para formar parte de su propio Mundial. El 25 de Marzo de 1934 Italia venció a los helénicos por 4-0 en San Siro con muchos suplentes y una buena actuación de Meazza y Ferrari dando muestras de la jerarquía existente entre ambos seleccionados aunque sin exigirse demasiado. La revancha en Atenas nunca se disputó, pues los griegos renunciaron conscientes de la superioridad italiana y con temor de pasar papelones ante su público. Otra versión sugiere que los italianos aportaron el dinero necesario para construir la sede de la Federación local en Atenas para evitarse el viaje y alguna sorpresa desagradable. Lo cierto es que Italia formó ese día con Ceresoli ; Monzeglio, Allemandi; Montesanto, Monti, Fantoni II, Guarisi, Serantoni, Meazza, Rocco , Giovanni Ferrari y Guaita. Sorprende la presencia del arquero Ceresoli del Ambrossiana-Inter, reemplazante de Combi quien ya había anunciado su retiro tras la derrota frente al Wunderteam. También sorprende la inclusión de Nereo Rocco, quien finalmente no formó parte de la plantilla mundialista y que sería el famoso entrenador de Milan en los años 60/70, del oriundi brasilero Fantoni II también desafectado y de Serantoni, titular en el Mundial siguiente. Quizás Pozzo sabedor de la superioridad de su elenco quiso realizar las últimas pruebas antes de la designación definitiva. Ceresoli tuvo la mala fortuna de fracturarse un brazo un mes antes de la Copa, por lo tanto Pozzo que ya había presentado cinco días antes la lista y no confiaba demasiado en los otros guardametas tuvo que recurrir nuevamente al “gato” Combi quien aceptó el desafío y la capitanía del equipo.
El plantel definitivo se formó con los Arqueros Combi (libre), Massetti (Roma) y Cavanna (Nápoli); Defensores: Allemandi (Ambrossiana-Inter), Monzeglio (Bologna), Pizziolo (Fiorentina), Rossetta (Juventus), Caligaris (Juventus), Ferraris IV (Roma), Castellazzi (Ambrossiana-Inter); Volantes: Guaris (Lazio) i, Monti (juventus), Bertolini (Juventus), Guaita (Roma), Varglien (Juventus); Delanteros: Orsi (Juventus), Schiavio (Bologna), Ferrari (Juventus), Meazza, (Ambrossiana-Inter), Borell II (Juventus) , Demaría (Ambrossiana-Inter), Arcari (Milan).
El 27 de Mayo de 1934 comenzaba el segundo Campeonato Mundial de Fútbol en tierras italianas siendo Roma, Milan, Turìn, Florencia, Génova, Trieste, Bolonia y Nápoles las subsedes.
A la anunciada ausencia uruguaya a causa de la escasa concurrencia europea a Montevideo cuatro años antes, se sumaban una diezmada representación argentina integrada por equipos de segunda división y ligas provincianas que no adherían al incipiente profesionalismo, y el aislamiento británico a causa de disidencias entre The Football Association y la FIFA además de su todavía vigente aire de superioridad frente a los equipos más poderosos del continente, aunque el “Wunderteam” había caído ajustadamente por 4 a 3 en Wembley apenas un año y medio atrás.
Austria, Checoslovaquia, España, Hungría y los locales se erigían como los máximos favoritos para obtener la Copa. Parecía que todas las cartas estaban echadas sobre el paño verde, pero Benito Mussolini se había reservado algunas cartas que jugaría oportunamente y al borde del Reglamento, pues no podía dejar escapar la oportunidad que Italia se proclamara como el mejor equipo del Mundo.



(1) Los oriundi argentinos Luis Monti, Enrique Guaita, Atilia Demarìa y el brasilero Anfilogino “Guarisi” Marques Filho no cumplían a la fecha de inscripción con los 3 años de residencia en el fútbol Italiano, por lo que a pesar de tener la doble nacionalidad y representar internacionalmente a Italia no deberían haber integrado el plantel según la disposición vigente de la FIFA, que aprobó la nómina de jugadores probablemente a causa de la presión ejercida por los dirigentes que respondían a la aceitada maquinaria fascista.
(2) El SS Conte Verde fue el barco que trasladó a las selecciones europeas, a excepción de Yugoslavia que viajó en el “Florida”, hacia Montevideo para la disputa de la primera Copa del Mundo en 1930. Zarpó desde Génova con los rumanos y su propio Rey Carol III que además ofició de entrenador, en Villefranche-Sur-Mer embarcaron los franceses, con Jules Rimet, su hija, dirigentes de la FIFA, árbitros y por supuesto la Copa de oro macizo, en Barcelona subieron los belgas incluyendo al referee Jean Langenus y finalmente en Río de Janeiro embarcó la selección brasilera.
(3) Luigi Allemandi fue incriminado por recibir un soborno por parte de un dirigente del Torino para que intercediera ante sus compañeros de la Juventus para dejarse vencer en el clásico disputado el 5 de Junio de 1927. Como a pesar de la derrota por 2 a 1 la actuación de Allemandi fue extraordinaria, el dirigente rehusó pagarle la segunda mitad convenida tras el partido. Allemandi confesó el arreglo y la Federación inició las investigaciones que culminarón con la quita del título al Torino, el cual fue declarado vacante, Allemandi fue suspendido de por vida aunque un año después y vistiendo la casaca del Ambrossiana-Inter fue indultado para jugar en las Olimpíadas de Amsterdam.
(4) Entre el 12-4-1931 (vs Italia 1-2) y el 7-12-1932 (vs Inglaterra 3-4) la selección austríaca acumuló 14 partidos invicta con 11 victorias y 3 empates convirtiendo 49 goles y recibiendo 14. Sus mayores goleadas fueron frente a los escoceses (5-0), suizos (8-1), alemanes (6-0) y húngaros (8-2). No obstante tras la derrota a manos inglesas, jugó 13 encuentros hasta el comienzo del Mundial perdiendo solamente ante los checos (1-2) el 9 de Abril de 1933 pero venciendo en 8 oportunidades entre las cuales se incluye la paliza a los búlgaros por 6 a 1 en la clasificación para la Copa.

quinta-feira, 15 de setembro de 2011

Las hazañas de Peñarol en los '60 (cuarta parte)

Peñarol brillante campeòn uruguayo 1967. Arriba de izq a der: Mèndez, Goncalvez, Errea, González, Figueroa, Forlan. Abajo: Abbadie, Rocha, Silva, Spencer, Joya.



13 de Octubre de 1968 Todos corren a felicitar a Mazurkiewicz, quien ha mantenido la valla invicta superando el récord de Legnazzi en los años '20



Rubiños, arquero de Sproting Cristal descuelga el balòn ante una carga de Spencer. Copa Libertadores 1968

El equipo que obtuvo la poco recordada Supercopa de Campeones Inetrcontinentales en 1969













Es el principio del ocaso, Togneri bate a Pintos y define el partido en La Plata Vergonzosa gresca tras la final de 1970 en el Centenario
El año 1966 culminó para Peñarol sin poder alcanzar a Nacional en el Campeonato uruguayo. Algunas derrotas impensadas al comienzo del torneo más la sobrecarga de partidos de la Copa Libertadores, el Mundial de Inglaterra y la Copa Intercontinental hicieron mella en un plantel cuyas máximas figuras doblaban el codo de los 30 años. No se sacaron ventajas en los clásicos igualando 0-0 el primero y 1-1 el de la penúltima fecha a la cual Nacional llego con 2 puntos de ventaja pese al embate de los mirasoles. En la última fecha ambos ganaron y entonces los bolsos se coronaron campeones. La alegría producida por los títulos conseguidos ante River Plate y el Real Madrid minimizó lo ocurrido en el torneo local.
Tras la disputa del Campeonato Sudamericano que a comienzos de 1967 se adjudicara Uruguay en condición de local, se contrató a Elías Figueroa, defensor central de gran prestancia, de buena altura, elástico y preciso tanto en el corte de la jugada como en la salida desde el fondo, dotado además de gran calidad técnica. Un prodigio de 20 años que había llamado la atención de los clubes argentinos tras jugar para su selección durante el Mundial del año anterior. Otra viveza más de Cataldi, quien lo fue a buscar a Buenos Aires con un avión privado cuando el jugador se encontraba de gira con Santiago Wanderers y era pretendido por Huracán e Independiente. Enseguida firmó contrato y tras una gira sudamericana logró la titularidad que no abandonó nunca más hasta 1972 cuando la crisis económica de los mirasoles obligó a venderlo al Inter de porto Alegre donde prosiguió con su prolífica campaña.
El arquero Néstor Errea de Colón de Sante Fe llegó como suplente de Mazurkiewicz, pero como éste sufrió la fractura de su mano izquierda jugó como titular al comienzo de la temporada en ocasión del Torneo Competencia y la Copa de Honor
Peñarol ingresó a la Copa Libertadores en semifinales donde enfrentó a su clásico rival y al Cruzeiro que volvía a representar al país vecino tras el boicot de 1965. El equipo brasilero contaba con jugadores de la talla de Tostao, Dirceu Lopes y Piazza entre otros cracks, tenía una muy buena defensa y un típico mediocampo brasilero aunque sin alcanzar la talla del Santos de Pelé.
Nacional venía de jugar un exigente primera rueda donde había superado a chilenos, paraguayos y ecuatorianos tras 12 partidos resultando el equipo más goleador de la Copa había logrado una buena amalgama entre Viera, Espárrago, Urruzmendi, Julio César Morales y su última incorporación: el delantero brasilero Celio Taveira Filho que llegó desde Vasco da Gama con fama de goleador.
En el debut ante Nacional y en un partido parejo donde no se podían sacar ventaja, los bolsos triunfaron con un gol de Celio sobre el final de la primera etapa.
La visita a Belo Horizonte terminó con una apretada derrota por 1-0, pero se ganó en la revancha por 3 a 2 en el Centenario aunque el resultado no haya reflejado la superioridad evidenciada por los locales.
El encuentro definitorio con Nacional solo tenía un resultado posible para Peñarol si pretendía llegar nuevamente a la final: el triunfo que lo forzaría a un desempate, pues Nacional y Cruzeiro lo aventajaban por 2 puntos.
Muy cerca estuvo de lograrlo pues vencía por 2-1 con goles de Goncalvez y Spencer habiendo empatado transitoriamente Celio para los “bolsos”. El triunfo ya parecía consumado ante un equipo tricolor que jugaba con 10 jugadores por expulsión de Cincunegui al comienzo de la segunda etapa e inclusive Lezcano llegó a sentarse sobre la pelota sobrando la jugada como señal de superioridad; sin embargo y faltando un minuto un quedo de Figueroa y el propio Lezcano sumado a una tardía reacción de Errea posibilitó la sorprendente aparición de Celio que se convertía así en el verdugo peñarolense aprovechando un preciso pase del “marqués” Sosa para colocar el empate que clasificaba a Nacional para la final eliminando simultáneamente a los mirasoles de la Copa por primera vez en la historia. Fue el comienzo del final de la carrera del eficiente marcador paraguayo en el club carbonero que jugaría solo hasta fin de ese año.
Le quedaba a Peñarol el recuperar el título en el Campeonato Uruguayo para salvar el honor y no dejó ningún tipo de dudas, pues lo ganó de punta a punta e invicto obteniendo 16 triunfos y solo 2 empates ante Racing y Wanderers, convirtió 42 goles y recibió 11 resultando Spencer el máximo artillero con 11 conquistas.
Se dio el gusto además de vencer a Nacional en los 2 cotejos imponiéndose por 2 a 1 en la primera rueda y por 2 a 0 en los desquites con el aliciente de dar la vuelta olímpica que lo consagró nuevamente campeón en las narices de su propio rival en una suerte de pequeña revancha por la eliminación de la Copa en la cual Nacional no pudo en la final con el equipo de Racing Club viendo postergada una vez más la oportunidad de convertirse en campeón de América.
Para el año 1968 Peñarol apostó fuerte para recuperar la Copa Libertadores. El mayor Rafael Milans se hizo cargo de la dirección técnica del equipo tras la partida de Màspoli al Elche español. El nuevo técnico que había dirigido a la celeste entre 1964 y 1965 impuso un sistema basado en una fuerte defensa integrada por Elìas Figueroa, Tabarè González, tito Goncalvez, Oscar Caetano y Mario Mèndez, ocasional reemplazante de Forlan. Sin embargo la producción ofensiva era escasa, pese a contar con Rocha, Spencer, Cortès, Silva, Joya y Abbadie más los juveniles Francisco Bertochi y Nilo Acuña (1).
De ese modo Peñarol superó la primera fase sin mayores inconvenientes ante los paraguayos Guaraní y Libertad más el propio Nacional a quien derrotó por 1-0 con un agónico gol de Spencer para luego empatar sin goles en la revancha.
En la segunda fase Emelec de Ecuador y Deportivo Portuguesa de Venezuela no fueron rivales a la altura de los mirasoles, puesto que los derrotó tanto de local como de visitante. Más complicado fue Sporting Cristal a quien no puedo derrotar ni de local (1-1) ni de visitante (0-0). El equipo peruano contaba con jugadores de la talla de Rubiños, Mifflin, Gallardo y La Torre entre otros titulares de la selección, quienes eliminarían nada menos que a Argentina un año después en la clasificación al Mundial de México. Peñarol solamente lo aventajó por dos unidades y se clasificó a la semifinal donde enfrentó a Palmeiras, un durísimo equipo brasilero que contaba entre otros con el veterano Djalma Santos, Ademir Da Guia, Servilio y el temible Tupazinho quien sería el verdugo de los mirasoles al anotar el único gol en el Pacaembù y el sorprendente doblete en el Centenario con el cual Peñarol cayó de local por 2 a 1 tras ir en ventaja sin poder llegar a la final. Ese partido se recuerda por la gresca del final donde varios jugadores brasileros fueron agredidos por los locales.
Tras jugar 14 partidos en menos de tres meses por casi toda Sudamérica, el esfuerzo había sido importante para jugadores veteranos como Abbadie, Cortés, Joya o Spencer. A pesar de ello Peñarol ratificaría en el Torneo uruguayo su superioridad respecto a Nacional y los demás equipos al obtener el bicampeonato nuevamente invicto ganando 15 encuentros y empatando solo 3 (Nacional, River y Defensor) aventajando a su eterno rival por 6 unidades y venciéndolo por 1-0 con gol de Spencer en la penúltima fecha cuando ya se había consagrado campeón. Marcó 29 goles, resultando Spencer y Rocha los goleadores con 8 conquistas cada uno, y recibió solamente 5 (récord uruguayo) confirmando su gran labor defensiva. Como hecho anecdótico cabe resaltar que Ladislao Mazurkiewicz batió además el récord de imbatibilidad en la historia del torneo uruguayo al contabilizar 987 minutos sin recibir goles desde la fecha inicial frente a Danubio hasta que Ramón Silva de River le convirtió en la 12º (3º de la segunda rueda). Este récord aún perdura y es una muestra más de la época que este equipo marcó durante aquellos años y fundamentalmente de su trascendencia forjada en una forma de entender y jugar al fútbol que los equipos uruguayos añoraron durante décadas.
El año 1969 comenzó con novedades en Peñarol, aunque la situación económica del club no era la mejor llegaron de Argentina el genial pero discontinuo volante Ermindo Onega de River Plate y el potente delantero Alfredo “tanque” Rojas de Boca Juniors, además retornó Roberto Matosas con lo cual el club pretendía armar un equipo renovado y competitivo para pelear ante Nacional que se había reforzado Luis Cubilla, Alcides Silveira y el arquero brasilero Manga. Milton Viera, un ex “bolso” que había pasado desapercibido por Boca arribó en canje por Orlando Medina que estaba a préstamo en Colón de Santa Fe.
La Copa Libertadores arrancó sin inconvenientes para Peñarol que superó a Nacional tras sendos empates (1-1 y 2-2) y a los equipos ecuatorianos resignando solo un punto de visitante y goleando tanto a Emelec como a Barcelona por 5 a 2. Ambos equipos uruguayos clasificaron a la segunda fase donde Peñarol tuvo que enfrentarse a Olimpia de Paraguay. Un empate como local en el Centenario por 1-1 encendió las alarmas sobre todo por la pobre respuesta física y anímica del equipo para torcer el resultado. A pesar de ello se consiguió la clasificación en Asunción por la mínima diferencia con gol de Onega. Su clásico rival se convertiría días después en el rival a vencer en semifinales tras superar a Deportivo Cali y Santiago Wanderers.
Mientras tanto a fines del año anterior había comenzado a jugar la Recopa Sudamericana, un evento que reunía a los 3 campeones intercontinentales de Sudamèrica – Racing, Santos y Peñarol – y donde el ganador enfrentaría al Inter de Milán. Peñarol venció por 3-0 a Racing como local y cayò ante Santos 0-1 como visitante. Por cuestiones de organización el torneo prosiguió al año siguiente derrotando Peñarol al Santos por 3-0 en el Centenario, aunque un inesperado empate ante Racing en Avellaneda lo privò del título que quedó en manos brasileras. Días después al ahora coronel Milans presentó su renuncia por razones personales aunque existían conflictos con la dirigencia desde el torneo anterior cuando el equipo ganaba sin convencer y era mezquino en ataque aunque el pobre empate como local ante Olimpia aceleró el final. También se acusaba al preparador físico, el capitán Luis Coll, de una intensa preparación que había dejado a los jugadores en mala forma sobre todo teniendo en cuenta la edad de varios de los titulares. También se rumoreaba que los jugadores ya no soportaban màs el régimen castrense de Milans y que éstos lo dejaron en “off side”
Ernesto “cholo” Ledesma asumió de manera interina para disputar los partidos con Nacional. Los “bolsos” vencieron por 2-0 en el primer partido con goles de Maneiro y Mujica. Peñarol se impuso en la revancha con un solitario gol de Spencer por lo que debieron disputar un desempate para definir el finalista.
Tras 120 minutos pobres donde se pegó más de los que se jugó ninguno de los dos equipos pudo abrir el marcador clasificando Nacional por haber convertido un gol más.
La eliminación caló hondo tanto en el plantel como en la dupla Gûelfi-Cataldi. Las críticas periodísticas eran feroces y la hinchada comenzaba a impacientarse. Fue entonces cuando surgió la idea de suscribir un bono patrimonial para obras a futuro.
Sin embargo el gran golpe publicitario fue la contratación del técnico brasilero Oswaldo Brandao. El entrenador gaùcho de vasta trayectoria en su país había obtenido el campeonato Nacional Argentino con Independiente en 1967 y se lo reconocía como un hombre con fama de severo y de carácter fuerte que poseía el don de saber motivar a sus jugadores y exigirlos al máximo para lograr sus objetivos.
Evidentemente no tardaría mucho en chocar con los caudillos mirasoles a quienes suprimió privilegios y exigió físicamente con entrenamientos a doble turno hasta llegar a un cansancio prematuro que los más veteranos no podían soportar. Esto abrió las puertas de la titularidad a aquellos jugadores más jóvenes eternamente postergados por los monstruos sagrados que debían resignarse al banco de los suplentes o a buscar nuevos horizontes. Pronto Joya, Abbadie, Cortès, Varela y “Lito” Silva expresaron su disconformidad y quedaron relegados al banco de suplentes o separados del plantel. Tras la obtención ajustada del Torneo Cuadrangular y un auspicioso debut en el Campeonato Uruguayo con victorias ante Cerro y Bella Vista, aparecieron algunos magros empates y una inesperada derrota ante Liverpool, que significó el final de un invicto de 56 partidos (2), sembraron las primeras dudas. Sin embargo el detonante fue la exclusión de Spencer como titular por el juvenil goleador Lamberck de quien mucho se esperaba y poco cumpliera.
El 28 de Septiembre cayó ante Nacional por 2-0 con goles del verdugo Celio y el recientemente contratado Luis Artime marcó no solo el fin de una larga hegemonía de nueve años sin conocer la derrota ante su clásico rival por la Copa Uruguaya (3), sino que también alejó a los mirasoles del título, pues quedaban a 5 puntos de su acérrimo rival y obligados no solo a realizar una muy buena segunda rueda sino además a esperar que los “bolsos” dejaran puntos por el camino, cosa que finalmente no sucedió puesto que la diferencia final fue de seis puntos obteniendo Nacional 43 unidades contra 39 de los aurinegros si se suman los 18 partidos del torneo más las 5 fechas del hexagonal final, un ridículo invento para estirar un poco más la temporada. Nacional iniciaba así su época más gloriosa que coincidiría casualmente con el ocaso de su eterno rival.
Pero la única alegría del año fue la obtención de la Supercopa de clubes sudamericanos ganadores de la Copa Intercontinental, una versión ampliada de aquel torneo que en Mayo le arrebatara el Santos. Los restantes participantes fueron Racing Club, Estudiantes de La Plata y el propio equipo de Pelé.
Se jugó durante los dos últimos meses del año y los partidos rememoraban viejas rencillas entre los jugadores por lo que no se trató de un simple torneo amistoso sino de una mini Copa Libertadores. EL torneo comenzó con un trabajado empate frente a Racing en Avellaneda (0-0) y una gran victoria frente a Estudiantes – reciente bicampeón de América – por 3 a 1 en el Centenario con doblete de Rocha y el restante de Losada.
El partido clave fue la victoria frente al Santos ante un Centenario repleto y tras remontar un tempranero gol de Pelé con tantos de Spencer y Onega que sirvieron para decorar el 2-1 final.
A pesar de la derrota por 2-0 sufrida en San Pablo, los carboneros continuaron su marcha con una inapelable victoria como local frente a Racing por 4-1 con 2 de Spencer y otros tantos de Rocha, por lo que debían disputar el encuentro final frente a Estudiantes en el reducto de La Plata.
Se sabía que la cancha y la mala fama del rival serían dos escollos importantes para los manyas que con solo empatar se adjudicaban el título, en cambio una victoria de los locales suponía la consagración de Racing Club.
La primera etapa finalizó con el marcador a favor de los locales con gol de Verde, Sin embargo en el segundo tiempo Brandao reemplazó a Ermindo Onega – castigado sin piedad por Pachamé y completamente ausente del partido – por el “pocho” Cortés quien se juntó con el “tito” Goncalvez, el verdugo “Rocha” y un movedizo Losada y así dieron vuelta el partido. Enseguida Rocha logró el empate eludiendo al arquero tras un gran pase en profundidad de Forlan y siete minutos después un desborde de Losada por derecha concluyó con un centro rasante para la entrada de rocha quien nuevamente no tuvo inconvenientes en marcar el gol que suponía la confirmación del único título que faltaba en las vitrinas de Peñarol. Sin embargo esa Copa permaneció olvidada en el imaginario popular durante muchos años hasta que la Conmebol la oficializó recién en 2005.
De esa manera 7 jugadores se adjudicaban la hazaña de haber logrado todos los títulos nacionales e internacionales posibles para el club: Mazurkiewicz, Forlan, Goncalvez, Caetano, Rocha, Spencer y Cortés.
A comienzos de 1970 arrancó la Copa Libertadores. Peñarol y Nacional empataron 1 a 1 en el debut con goles de Onega y Morales. Luego llegaron los enfrentamientos con los equipos venezolanos como visitante, empató sin goles ante Valencia y venció a Deportivo Galicia por 1 a 0 con gol de Onega. Aunque el paso por la Copa parecía firme y los rivales no tenían gran jerarquía el malestar entre los caudillos y el técnico Brandao ya se había trasladado a la comisión directiva. La gota que rebalsó el vaso fue la exclusión del “Tito” Goncalvez y de Spencer del plantel titular, quienes se presentaron ante la dirigencia para expresar un ultimátum: O Brandao o ellos.
Lo cierto es que más allá de todo comentario se sospechaba que la verdadera intención de traer al técnico brasilero era la de jubilar a los ídolos que impedían al ascenso de jugadores más jóvenes y no garantizaban el lógico recambio que se produciría una vez que dejaran de jugar, además el club necesitaba vender para emparejar las cuentas que cada vez eran màs desfavorables.
Fue así que llegaron varias promesas al club, el arquero Corbo de gran trayectoria en los ’70, los defensores Rodolfo Sandoval y Jorge Peralta, los volantes Ricardo Soria, Alfredo Lamas y Edison Amoroso y el atacante Waldemar Cáceres. Ninguno de ellos sobrepasaba los 23 años.
Con Abbadie jubilado, Joya y Silva fuera de sus planes; solamente Cortés, Rocha y Onega aportaban su experiencia del medio hacia adelante. Con ellos más la base defensiva de Matosas, Figueroa, Forlan, Caetano y Mazurkiewicz afrontaría la Copa, aunque no esperaba encontrarse con algunos imponderables que entorpecerían sus planes y acelerarían algunos regresos.
El primer inconveniente que tuvo que soportar Brandao fue el doping positivo detectado a Caetano y Cortés tras el empate sin goles frente a Nacional en la revancha que los marginaba de la competencia. Varela, Goncalvez y Silva habían sido separados del plantel días antes por la comisión directiva a raíz de sus declaraciones contra el polémico técnico. Pese a ello el equipo derrotó al Deprotico Galicia por 4 a 1 y cinco días màs tarde logró la máxima goleada jamás igualada en la Copa al derrotar a Valencia por 11 a 2! Con triplete de Rocha y doblete de Spencer, Onega y Losada en lo que supuso la vuelta triunfal de ecuatoriano al equipo titular.
Con la clasificación a la segunda ronda donde los rivales eran Guaraní de Paraguay y la Liga Deportiva Universitaria de Ecuador se produjo el éxodo de 8 jugadores a la selección con vistas al Mundial de México por lo tanto no pudo contar más con Mazurkiewicz, Matosas, Rocha, Losada, Corbo, Sandoval y los indultados Caetano y Cortés. Por lo tanto los carboneros afrontaron la definición de la Copa con solamente 16 jugadores. Conviene repasar la formación que debutó ante LDU en Quito en el comienzo de la segunda fase para despejar todas las dudas: Sergio Blanco de 19 años debutante absoluto en el arco, Rubén Soria de lateral derecho, Figueroa y Jorge Peralta de centrales y Alberto Martìnez, hábil lateral izquierdo completaban la defensa; Milton Viera, Goncalvez y Onega de volantes; Nilo Acuña, Lambreck y Spencer en la delantera. Triunfaron por 3 1 1 con goles de Acuña, Spencer y Onega con una maravillosa actuación del arquero Blanco.
Posteriormente cayeron por 2-0 ante Guaraní en Asunción y se desquitaron en el Centenario con un agónico tanto de Spencer que vulneraba por fin al imbatible arquero Aguilera.
Con la única variante de Mario González por Acuña – expulsado ante Guaraní – el equipo de Brandao repetía la misma formación por cuarto partido consecutivo. Ganaba cómodamente por 2-0 con goles de Onega y Goncalvez hasta que el otrora seguro Blanco se metió un gol en contra al intentar despejar un corner por sobre el travesaño. Así y todo el equipo clasificó para la semifinal ante la sorprendente Universidad de Chile que había eliminado nada menos que a Nacional en un desempate en Porto Alegre.
El equipo chileno tenía una sólida defensa, un mediocampo de buen toque en el cual se destacaban Hodge, Marcos y Aranguiz y el prodigioso puntero derecho Pedro Araya dueño de una velocidad y un habilidad francamente sorprendentes y al cual muchos uruguayos recordaban de su destacada actuación en el Sudamericano de 1967.
El primer encuentro en Chile fue un ajustado triunfo de los locales en el cual el arquero Blanco fue responsable directo de una desafortunada maniobra que posibilitó el gol de Araya. Poco pudo hacer Peñarol para empatar el partido, máxime si se tiene en cuenta que el gigante Cáceres fue expulsado.
La revancha en el Centenario fue favorable para los carboneros que vencieron por 2 a 0 con goles de Onega y Spencer. Ariel Pintos, ex arquero de Danubio, sustituyó en la valla al denostado Blanco, quien nunca más atajaría en la primera de Peñarol. Se forzó entonces a un desempate que se jugó 48 horas después en el estadio de Racing de Avellaneda en un campo pesado.
Marcos de penal abrió el marcador para los chilenos, empatando Lamberck en el segundo tiempo. En los 90 minutos no se pudo quebrar el marcador en parte gracias a la magnífica actuación de Pintos y fue necesario ir a un alargue.
Peñarol se clasificaba con el empate a la final por haber convertido un gol más que su oponente, sin embargo a 9 minutos del final Hodge colocó el 2-1.
Todo parecía definido y se notaba que Peñarol no tenía respuestas físicas pata torcer la historia, pero lo que sobraban eran agallas, por lo que fueron todos a la carga quizás recordando Aquella tarde-noche de Santiago cuando River les había “mojado la oreja”cuatro años atrás. Faltando solo dos minutos una falla del arqueo Neff a quien la pelota mojada se le resbaló de las manos y fue a caer a los pies de Jorge Peralta que con un fuerte remate marcó el impensado empate y la clasificación a la final.
El bicampeón de América Estudiantes de la Plata aguardaba en la final. Se sabía que era un equipo fuerte, preparado que jugaba al límite del reglamento y que manejaba muy bien la pelota parada tanto a favor como en contra, por lo tanto era muy difícil sorprenderlo.
El 21 de Mayo de 1970 en el estadio Jorge Luis Hirschi de la Plata se disputó la primera final en un ambiente ensordecedor. Sin Spencer lesionado y reemplazado por Alfredo Lamas, el plan de Peñarol fue aguantar el partido tratando de enfriar con el toque de Onega y Goncalvez en el mediocampo y la fortaleza de Elías Figueroa tanto por arriba como por abajo con Nilo Acuña como única preocupación para Pachamé y el fondo de Estudiantes. EL defensor chileno se cansó de rechazar pelotas que caían dentro de su propia área hasta que a los 87 minutos un enésimo rechazo suyo terminó con una pelota caída a los pies de Togneri que desde 30 metros colocó un furibundo remate de izquierda inalcanzable para Pintos anotando el único gol de cotejo. Casi empata Peñarol al final cuando Rudzki despeja en la línea y con Errea vencido un remate de Lamberck.
Para la revancha en Montevideo se esperaba una batalla recordando lo que había ocurrido dos años atrás con Palmeiras. Peñarol hizo sentir el jugo duro a un equipo totalmente indolente como el “pincharrata”. Veròn, Echecopar y Conigliaro no se amedrentaron.
Pudo ponerse en ventaja el elenco uruguayo a los 12 minutos cuando un remate del “tornillo” Viera pegó en el poste y Errea despejó al corner el rebote tomado por Martìnez. Sin embargo poco a poco Peñarol se fue desinflando, Onega aparecía de manera intermitente, Acuña y Lamberck no podían imponer su técnica individual y Estudiantes enfriaba el partido.
La respuesta física no era la mejor pues el poco recambio del plantel estaba haciendo mella en las piernas de los mirasoles que estuvieron cerca del triunfo en el minuto 89 cuando Errea tapó muy bien un inquietante cabezazo de Onega unto a un poste.
Estudiantes se convertía en tricampeón de América aguantando el empate en el propio estadio Centenario y como campeón pretendía dar la vuelta olímpica, una situación que ninguno de los uruguayos estaba dispuesto a tolerar. La respuesta de algunos jugadores de Peñarol como el Tito Goncalvez hacia ciertas actitudes de los argentinos fue desmedida, prueba de ello pueden dar Medina y Solari. Lo cierto que se generó una terrible trifulca donde Bilardo, Viera, Verón, Lamberck, Errea y Martìnez fueron los más exaltados repartiendo puñetazos y patadas a diestra y siniestra inclusive en el camino hacia los vestuarios hasta que finalmente la policía pudo poner orden. Poletti (4) y Goncalvez fueron detenidos y recuperaron su libertad a instancias de Cataldi, ahora Secretario de Industria y Comercio. Tras la final Brandao siguió hasta el vencimiento de su contrato a fines de Mayo, por lo que Máspoli nuevamente tomó las riendas del equipo tras su regreso de España.
Una época dorada se terminaba. Tito Goncalvez se retiró el 9 de Diciembre en el encuentro frente a Cerro por el campeonato Uruguayo y cuando Nacional era virtualmente campeón. Joya se había vuelto a Perú en Abril para terminar su carrera en Juan Aurich. Rocha y Forlan fueron a pasear su fútbol al San Pablo de Brasil al igual que Lito Silva (Palmeiras). Spencer volvería a Ecuador en Febrero de 1971 y Mazurkiewicz llegaría a Atlètico Mineiro al otro año al igual que Figueroa (Inter de Porto Alegre) y Cortés un poco más lejos (Atlante de México). Comenzaba una nueva era signada por los títulos de Nacional que obtuvo el tetracampeonato uruguayo (1969 al 72), inclusive en el `71 por fin se consagraría Campeón de América tras 3 intentos fallidos y dejando afuera a los mirasoles en la primera rueda. Los mirasoles tendrían que esperar hasta 1973 con la aparición del gran goleador Fernando Morena para volver a festejar un título local y tras una década anémica en títulos internacionales recién obtendría la Copa Libertadores en 1982.
Tal como se puede apreciar en esta serie de notas, Peñarol fue protagonista central de la década del ’60 cuando la Copa Libertadores despuntaba. Con una buena estrategia dirigencial y jugadores dispuestos a dejar el alma por la camiseta, poseedores de una gran personalidad y en muchos casos dotados con una inconfundible clase, llevaron al club a los primeros planos internacionales. Sus hazañas prolongaron el legado de aquellos viejos héroes uruguayos como, Lorenzo Fernández, Gestido, Anselmo, Obdulio Varela, Schiaffino, Ghiggia, Míguez entre otros y permanecen en el recuerdo de quienes vivieron aquellas épocas dejando una marca indeleble, pues hoy cualquier futbolero del Mundo conoce como es “GANAR A LO PEÑAROL”.


(1) Ambos fueron ídolos en el Monterrey de México a mediados de los `70. Francisco “el tano” Bertocchi, un talentoso volante ofensivo de buena pegada y gran precisión en el toque había recalado en 1969 en la LDU de Quito desplazado de Peñarol por Rocha y Onega, allí se convirtió en el goleador de la Copa Libertadores de 1970 con 9 tantos. Distinto fue el caso de Nilo Acuña, habilidoso puntero derecho que comenzó a alternar de titular cuando Abbadie ya tenía 37 años y se quedó con el puesto tras el retiro del pardo”
(2) La última derrota sufrida fue en el Torneo Uruguayo fue el 28 de Agosto de 1966 ante Cerro (0-1). Desde entonces ganó 43 partidos y empató 13 hasta la mencionada derrota del 14 de Septiembre de 1969 ante Liverpool (0-2). La mayor goleada fue ante Danubio por 6 a 2 el 11/10/67 y logró una seguidilla de 13 triunfos consecutivos entre el 21/11/67 (Fénix 1-0) y el 21/9/68 (Cerro 1-0).
(3) La última derrota databa del 2 de Octubre de 1960 cuando perdió por 3 a 2. En ese lapso acumuló 10 triunfos y 7 empates en el Torneo Uruguayo. Cabe destacar que es clásico fue el último partido oficial disputado por Julio César Abbadie con la camiseta aurinegra ingresando en el segundo tiempo. Tambièn fue el primer triunfo local en un clásico para Emilio “Cococho” Álvarez en su dilatada trayectoria para Nacional.
(4) El arquero Alberto Poletti, quien se encontraba todavía suspendido por su actuación en la bochornosa final intercontinental frente al Milan en la Bombonera del año anterior, había concurrido a apoyar al equipo en dicha final por si el clima se ponía pesado, lo mismo que el boxeador José Menno que terminó inclusive con un ojo hinchado.

terça-feira, 6 de setembro de 2011

La visión de un familiar que vive en España

Un familiar mío que vive hace más de 20 años en España y llegó de vacaciones no puede creer la situación actual del fútbol argentino. Se encontró con una sobre oferta de partidos en muchos canales de televisión sin poder discernir cuales pertenecían a primera división y cuáles a la segunda.
Había leído en Europa sobre el proyecto impulsado por la AFA, finalmente trunco, de fusionar ambas categorías y creyó que ya estaba en marcha. Mucho más me costó explicarle que Atlético Rafaela es el puntero del torneo Apertura y que RIver Plate y Rosario Central pelean por la punta en el torneo Nacional B.
Tampoco le gustaron algunos partidos, pues le parecieron aburridos, con mucha marca y pocas situaciones, con muchas precauciones y poca osadía. Hilando un poco más fino tampoco vi{o jugadores que lo deslumbraran técnicamente, más bien observó jugadores de gran despliegue físico, pero con poca inteligencia para parar la pelota, amagar, colocar un pase o un centro medido salvo algunas pocas excepciones. Observó poca técnica y un exagerado culto a a la fricción. Se sorprendió que los hinchas aplaudieran un rechazo a la tribuna e insultaran a un defensor cuando pretendía salir jugando desairando a algún delantero.
Entonces comprendió que muchas cosas habían cambiado, que la primera división se había nivelado para abajo, que ya no salían tantos juveniles de buenas condiciones en las divisiones inferiores. Que los mejores jugadores argentinos estaban diseminados por todo el mundo. Le pareció recordar que esto mismo sucedía en Uruguay a principios de los noventa. Le advertí que ahora mismo Uruguay había resultado cuarto en el último mundial y que era el actual Campeón de la Copa América, que Peñarol y Nacional habían recuperado el orgullo perdido.
Finalmente me dijo que Argentina podía recuperarse de la misma manera pero que el cambio llevaría muchos años de acuerdo a lo que observó hace unos días. Les recuerdo que mi pariente se regocija cada fin de semana viendo jugar al Barcelona y al Real Madrid, por lo que sus opiniones pueden tender a la exageración. Les comento como hecho anecdótico que en su Zaragoza actual ha tenido la suerte de compartir momentos con Gabriel y Diego Milito, Aimar, D’alessandro, Ponzio y Ayala cuando estos vestían la casaca del club aragonés, por lo que algo del tema conoce y entiende.
Pero creo firmemente que ya nos estamos acostumbrando a esta mediocridad, a los partidos aburridos y los espectáculos grotescos que nos ofrece nuestro fútbol vernáculo cada fin de semana.
Decía meses atrás en esta misma columna que Vélez (7) y Estudiantes (2) habían sido los mejores equipos de los últimas dos temporadas y que cada uno de ellos había cimentado su crecimiento institucional con una apuesta a sus técnicos, a sus divisiones inferiores y con una política seria de transferencias y contrataciones. Esta estrategia había dado sus frutos con la obtención de títulos y una destacada participación en torneos internacionales.
Pero Vélez no pudo sucumbir a la tentación y terminó transfiriendo a su nueva gema “Ricky” Álvarez, al goleador Silva y al talentoso volante Maxi Moralez a Italia. El resultado por ahora ha sido poco afortunado, pues las recientes derrotas frente a All Boys (6) y Olimpo de Bahía Blanca (5) han alejado al flamante campeón del lote de punteros.
Estudiantes, ahora bajo la dirección técnica de Miguel Ángel Russo, no encuentra el rumbo y le cuesta mucho convertir las ocasiones que genera, sobre todo por el flojo momento del repatriado Mauro Boselli y las idas de un valor fundamental, Enzo Pérez y una promesa, Federico Fernández y algunos desacoples defensivos que ya se habían manifestado bajo la conducción de Eduardo Berizzo.
Atlético Rafaela (12), uno de los equipos recién ascendidos, se ha transformado en la sorpresa del torneo en base a un trabajo de equipo que arrastra desde el Nacional “B” y la buena adaptación de algunos jugadores a la primera división como el arquero Sera, Fontanini y Serrano más la experiencia de Walter Gaitán y Darío Gandín.
Boca Juniors(11) ha jugado de menor a mayor en este torneo y a pesar de no haber rendido en todo su potencial ha ganado algunos partidos importantes debido a la buena labor de algunas individualidades como el veterano Schiavi, Riquelme, Viatri y Mouche. Sin embargo su técnico no está plenamente conforme, pues cuando Riquelme no juega, el equipo no encuentra el conductor que necesita porque Ervitti y Chávez están lejos de parecerse al 10 boquense.
Lanús (11) es el otro escolta demostrando que su último subcampeonato no fue producto del azar y que dispone de las armas para pelear bien arriba. El buen momento del recuperado Camoranesi, las atajadas de Marchesìn, el despliegue de Fritzler, las pinceladas de Valeri y la potencia de Regueiro conforman un equipo equilibrado y consciente de lo que busca en la cancha.
Los hinchas de Racing (9) todavía no han podido cumplir su sueño de ver juntos a Giovani Moreno y Teófilo Gutiérrez, puesto que mientras el primero regresó de su grave lesión, su compatriota tuvo que purgar una fecha de suspensión tras la expulsión frente a Arsenal. Igualmente poco pudo hacer Gio para quebrar el cero frente a All Boys. El conjunto dirigido ahora por Diego Simeone se mostró impreciso e irresoluto ante el esquema defensivo impuesto por sus últimos dos rivales.
El otro equipo de Avellaneda, Independiente (4) está en llamas, tras la derrota ante Boca y luego de perder la Recopa frente al Inter de Porto Alegre renunció el turco Mohamed tras polémicas declaraciones que desnudaron la falta de consenso dentro de la comisión directiva para respaldarlo. Cierto es que el equipo no daba respuestas físicas ni anímicas salvo algunas excepciones, pero también es cierto que el campeonato recién arranca y el “rojo” tuvo el extenuante viaje a Japón y los decisivos encuentros frente al Inter mientras los otros equipos venían de una pretemporada menos intensa. Por estas horas se especula con los nombres de Trossero, Fossatti, y Cagna. Más lejos en el horizonte aparecen los nombres del “tolo” Gallego y Martino para sucederlo en el cargo.
San Lorenzo (7) había arrancado con paso firme tras la contratación como técnico del “turco” Assad y la llegada de algunos refuerzos como el ex All Boys Emmanuel Gigliotti y el veterano goleador Bernardo Romeo, pero un remate desde muy lejos de Mansanelli con cierta complicidad del arquero Migliore posibilitó el primer triunfo de Belgrano de Córdoba y la desazón para el “ciclón” que se mostró inoperante ofensivamente para lograr al menos el empate. Tal como le ocurriera a RIver durante el último torneo deberá jugar espiando las dos tablas, la de la punta y la de los promedios para evitar el descenso al igual que Racing y Arsenal que lo aventajan por apenas 1 punto.
El polémico técnico Ricardo Lavolpe retornó al país para hacerse cargo de Banfield (0) que perdió en sus 5 presentaciones del torneo, lo que motivo la renuncia del “gallego” Méndez.
Como los cuatro equipos ascendidos – Atlético Rafaela, Unión de Santa Fe, Belgrano de Córdoba y San Martín de San Juan – ganaron al menos un partido la situación de Tigre y Olimpo de Bahía Blanca parece ser complicada si los debutantes mantienen estos rendimientos. No será tarea fácil y cada partido será jugado como una final.
Mientras tanto esperamos que los partidos mejoren un poco, puesto que quiero que mi familiar no se lleve tan mala impresión el caduco y varias veces desprestigiado fútbol argentino, aquel que tanto amamos y por el cual sentimos tanta pena por haber conocido épocas felices.

quarta-feira, 10 de agosto de 2011

El fútbol Argentino y el dolor de ya no ser

Tras la poco feliz actuación de la selección argentina de fútbol en la última Copa América que terminó con el ciclo de Sergio Batista al frente del equipo y la incorporación de Alejandro Sabella como nuevo entrenador se resolvió la situación de caos creada en gran parte por los medios acerca de la continuidad del proceso con vista a las próximas eliminatorias que arrancarán en octubre próximo.
Ya pasaron 25 años de la gesta de México ´86 y por consiguiente 21 del subcampeonato de Italia ’90. También permanecen lejanas aquellas fotos de las Copas América de ‘91 y ’93. Las medallas doradas de Atenas ‘04 y Beiging ’08 no lograron mitigar el dolor de ya no ser, se sabe que compiten equipos juveniles con algunos mayores entonces no se toman en serio. Tampoco cuentan los 5 títulos juveniles ‘95/’97/’01/’05/’07 porque después el trabajo en divisiones menores no se vislumbra en la selección mayor por diversas razones a pesar que por allí hayan pasado Cambiasso, Aimar, Saviola, D’alessandro, Riquelme, Messi, Tévez, Agüero, Sorín, Mascherano, Di María por citar a los más representativos.
Sin dudas el problema está en la selección mayor, quizás el punto de inflexión haya sido el famoso 0-5 frente a Colombia en cancha de River durante las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos de 1994.
A partir de ese momento los fracasos se sucedieron continuamente, nos acostumbramos a escuchar explicaciones carentes de fundamento por parte de jugadores y técnicos, periodistas que pasaban de pasivos espectadores a entusiastas hinchas y terminaban como furiosos detractores e impulsores de vientos de cambio, dirigentes complacientes más ocupados en apagar incendios que en plantar nuevos árboles. Sin embargo cada torneo que se jugaba era un nuevo fracaso donde siempre se buscaba una razón culpable desde el dóping de Maradona, pasando por la mano de Tulio, el cabezazo de Ortega hasta la dudosa lesión del hombro de Abbondanzieri y el papelito con los penales de Lehmann,
Sería redundante explicar la crisis que vive el fútbol argentino no solamente a nivel de la selección sino también a nivel de clubes donde los títulos internacionales de Boca y Estudiantes durante la última década representan un oasis en el desierto. La reciente Copa que perdió Independiente ante el ignoto Jubilo Iwata no hace más que confirmar esta aseveración, quizás pueda tener mejor desempeño ante el Inter de Porto Alegre cuando dispute la Recopa Sudamericana los próximos días, aunque dudo que pueda superar al equipo brasilero.
Igual de decepcionante fue la extenuante gira europea de Boca Juniors. Más allá de un valeroso empate frente al Arsenal inglés, las derrotas frente al Español y al París Saint Germain dejaron la certeza de la realidad del fútbol local frente a algunos equipos europeos. Si bien es cierto que Boca había comenzado la pre temporada semanas atrás, la diferencia física y la velocidad de los europeos se hizo sentir y las dudas sobre ciertos rendimientos individuales debe haber preocupado seriamente a Falcioni.
Pero la crisis de la selección nacional es un tema aparte, entonces la AFA decidió cortar el hilo por la parte más delgada y Batista fue invitado a dimitir cuando un mes atrás se lo había confirmado en el cargo. Conspiraron contra el ex volante central de la selección de 1986 y 1990 la magra actuación de la reciente Copa América y el hecho que nunca fue un técnico que gozara del beneplácito de la dirigencia, más bien fue una salida elegante para descomprimir el tema Maradona post-Sudáfrica. Un entrenador de bajo perfil y carácter fuerte, sin gran experiencia en primera división pero con el aval de la medalla de oro conseguida en Beijing 2008 y un ascenso con su querido Argentinos Juniors en 2004.
Sin embargo resulta contradictoria la salida del cuestionado técnico por cuanto un mes atrás se había firmado el contrato que lo ligaba de manera oficial al seleccionado. Pero la presión de los medios y las críticas al mandamás de la AFA precipitaron el final en un hecho sin precedentes desde que Grondona asumiera la conducción del ente allá por 1979.
El elegido, Alejandro Sabella, es un técnico serio y trabajador reconocido por los títulos obtenidos en Estudiantes de la Plata y que al momento de conocer su designación se encontraba presto a viajar para dirigir en los Emiratos Árabes. Formado en el riñón del Estudiantes de Bilardo de 1981/83 de donde también emergiera Miguel Angel Russo. Alcanzó notoriedad como ayudante de Daniel Passarella en la selección argentina y numerosos equipos hasta que se independizó a comienzos de 2009 con los resultados ya conocidos.
En apenas dos meses arrancan las eliminatorias, y tras el nivel parejo mostrado por muchos equipos en la última Copa América, el camino hacia Brasil no será ningún paseo para la selección albiceleste si no mejora el nivel futbolístico de los últimos partidos. Veremos cual equipo coloca Sabella en la cancha y fundamentalmente si respeta un estilo de juego, ese que el equipo añora y no encuentra hasta el momento.
Lo cierto es que Grondona entiende que el problema no está solamente en la selección mayor, sino también en juveniles donde los resultados obtenidos durante las últimas competencias no responden a las expectativas esperándose cuál será la actuación del sub-20 que actualmente disputa el mundial de Colombia dirigido por Walter Perazzo. También Bilardo está en la cuerda floja reducido al puesto honorífico de Director de Selecciones Nacionales ocupándose por ejemplo de las necesidades de las jugadoras de fútbol femenino, pero desaprovechado en su bagaje de conocimientos futbolísticos, sin ninguna injerencia más que ser el nexo entre la dirigencia y el cuerpo técnico quedando muchas veces en offside por las diferencias inocultables entre ambas partes y por cierta incontinencia verbal.
La bomba de humo lanzada como un maestro ninja por julio Grondona en la reunión donde los dirigentes iban a pedir la cabeza de Batista y una reestructuración en la selección argentina terminó con el insólito proyecto de un torneo que unificaba la primera división con el torneo Nacional B participando 38 equipos y con más dinero a repartir entre los clubes gracias a un acuerdo con el Gobierno Nacional. Durante casi una semana no se habló de otra cosa pasando el fracaso de la Copa América a un rincón. Se especuló con eliminar los descensos e incorporar también a clubes del Torneo Argentino A y de la B metropolitana. Se cuestionó a los dirigentes que habían dado el visto bueno al proyecto sin ningún estudio, aunque la AFA aceptaba propuestas de modificación, pero finalmente se abortó desde la propia AFA a sabiendas que la alta exposición del tema podría conspirar mínimamente contra la enésima y segura reelección de Grondona al frente del organismo en Octubre próximo.
El hombre que maneja con mano de hierro lo que considera su feudo se ha convertido en una de las personas más poderosas e influyentes del país, sus acuerdos comerciales con los grupos multimedios primero y con el Gobierno Nacional después le permitieron posicionar a la AFA como una corporación al mismo nivel que los sindicatos, los empresarios, el campo o la iglesia.
Quien había sido ferretero en su Sarandí natal llegó a la Presidencia de Independiente primero y a la AFA después, para años después convertirse en vicepresidente ejecutivo de la FIFA
La llave que le permite a la AFA negociar los derechos de televisión fue una herramienta que todos los clubes afiliados pusieron hace tiempo en manos de la organización y que permitió que las dificultades económicas y los compromisos fueran salvados aunque tácitamente se transformaban en rehenes de la AFA y militantes de la complacencia y veneración hacia su presidente. Como en toda tiranía el líder no deja sucesores, por lo que la era post-Grondona se presume complicada a nivel dirigencial sobre todo por la resistencia que opondrán los clubes a cualquier tipo de reforma que altere sus intereses y a un modo de ejercer el poder que supera las tres décadas.
Pero, volviendo a la realidad local, comienza un nuevo torneo Apertura con mucha expectativa, pero pocas figuras, con mucha pasión pero pocos clásicos, con mucha garra y poco fútbol, con mucha táctica y poca técnica. La mediocridad del fútbol argentino ha empezado a emparejarse hacia abajo. El Nacional B gana cada vez m{as notoriedad en los programaciones de la canales de aire y cable, en las p{aginas de los diarios y revistas deportivas y hasta en los sitios de Internet. No es para menos, dentro de la categoría están nada menos que River Plate, Huracán, Rosario Central, Gimnasia y Esgrima de la Plata, Quiilmes, Chacarita y Ferro Carril Oeste. Solamente subirán entre dos y cuatro equipos por lo que la disputa será tremenda teniendo en cuenta la extensión del torneo, las lesiones, suspensiones y viajes a todo el país.
River confirmó a Matías Almeyda como DT y repatrió a Cavenaghi y al “chori” Domínguez, incorporó a Vella de Newell´s, Alayes y Carlos Sánchez además vendió a Lamela y Buonanotte, el infortunado Pavone fue a Lanús y Ferrari regresó a Rosario Central. Tampoco estará el infortunado Carrizo, ni Carusso ni Acevedo. Sin dudas es el máximo candidato, habrá que ver si logra imponer su categoría en esta división.
Volviendo a la primera división, Boca contrató al delantero Cvitanich para reemplazar al retirado Palermo, retornó el veterano y rústico defensor Schiavi y se aseguró la presencia de los porteros Orion y el uruguayo Sosa (ex Peñarol} tras la ida de Luchetti.
San Lorenzo contrató al delantero Gigliotti de All Boys y nuevamente retornó Romeo con el fin de mejorar ofensivamente. El “turco” Assad buscará cambiarle la apariencia a un equipo muy apático durante el anterior Clausura.
Racing ahora bajo la conducción técnica del “cholo” Simeone buscará una mayor dinámica aguardando la recuperación del colombiano Giovanni Moreno para juntarse con su compatriota Teo Gutiérrez. Incorporó a Aued y Castro de Gimnasia y Esgrima de la Plata y promete dar pelea en los puestos de vanguardia
Independiente buscará mantener su actuación en el torneo local sin dejar de lado todas las copas internacionales que deberá disputar (inter, Porto y Pachuca). Logró repatriar al defensor Milito del Barcelona e incorporó a Osmar Ferreyra. Se fueron Mancuello y Silvera a Belgrano y Mareque a Francia.
Estudiantes contrató a Miguel Russo como entrenador con la intención de mantenerse entre los mejores equipos. Arribó el formidable arquero paraguayo Villar para reemplazar a Orion y regresaron el goleador Mauro Boselli de Inglaterra y el defensor Cellay de discreta actuación en Boca y se transfirió a Enzo Pérez a Portugal, por lo que el joven Diego Galván o el colombiano Carbonero tomarían la poste del volante ofensivo.
Finalmente Diego Valeri seguirá en Lanús para beneplácito de sus hinchas luego de zanjar el conflicto que mantenía con la dirigencia del club. Retornó el volante Frtzler de su paso por España para reforzar la línea media y buscará repetir su gran campaña del Clausura último.
El actual campeón Vélez se desprendió de Maxi Moralez y Ricky Álvarez y todo parece indicar que el David Ramírez será titular al igual que el juvenil Canteros en lugar del lesionado Razzotti en el equipo que dirige Ricardo Gareca.
Habrá que prestar atención a las campañas de los clubes ascendidos que de acuerdo a los antecedentes prometen ser meritorias, por lo que los equipos de primera división que peleen por permanecer en la categoría deberán obtener buenos resultados.
También debe tenerse en cuenta la disputa de la Copa Sudamericana en la cual participarán Arsenal, Lanús, Independiente, Godoy Cruz, Vélez, Estudiantes y Argentinos Juniors por el consiguiente esfuerzo que conlleva la disputa de ambos torneos.
Aunque las expectativas son las mismas de los últimos torneos en cuanto a la mediocridad futbolística, habrá que ver si los equipos grandes recuperan su grandeza o los equipos chicos siguen manteniendo su supremacía.
Una nueva página de la historia del fútbol Argentino se abre con final como siempre incierto. La luz de esperanza para que los espectáculos mejoren está siempre encendida, de los propios equipos será la responsabilidad de mantenerla o apagarla.

quinta-feira, 21 de julho de 2011

Uruguay y Paraguay definen una Copa América apática

Uruguay y Paraguay dirimirán la 43° edición de la Copa América el domingo próximo en el reparado estadio de River Plate de la ciudad de Buenos Aires.
No era la final que la mayoría esperaba, pero detrás de Argentina y Brasil los finalistas eran los equipos que tenían más chances, de acuerdo a sus antecedentes y la actuación en la pasada Copa del Mundo, para llegar a esta instancia.
Sin dudas el camino de ambos contendientes no fue fácil, inclusive fue más complicado de lo esperado, pero poco a poco y a medida que avanzaban en la Copa se se afirmaban los equipos con una identidad bien definida, aquella que pareció faltarles a argentinos y brasileños.
Uruguay superó con autoridad a Perú en semifinales porque nunca se cansó de buscar el arco contrario complicando a su rival con pelotas aéreas y desbordes y remates de media distancia. A pesar del esforzado trabajo de los incas por mantener el cero durante la primera etapa siempre pareció que Uruguay era más equipo y que una vez que lograra la apertura sería muy difícil para los peruanos revertir la historia. Perú cada vez jugaba más cerca de su arquero y salvo una buena jugaba de Vargas cuyo centro rasante no llegaron a conectar ni Guerrero ni Advíncula, Uruguay no fue inquietado defensivamente.
El segundo tiempo transcurría sin demasiados matices hasta que un remate complicado de media distancia de Forlan no puedo ser retenido por el arquero Fernández y Suárez colocó la apertura. Cinco minutos después un formidable pase en profundidad de Álvaro Pereira encontró al delantero de Liverpool picando entre dos defensores peruanos en una larga carrera hacia el arco, les ganó en velocidad, eludió al arquero y marcó su doblete en el partido y el pasaje a la final de los celestes. Con el resultado asegurado Tabárez incluso se dio el gusto de reemplazas a Suárez y Gargano para preservarlos. Vargas se fue expulsado por un inconcebible codazo a Coates.
El conjunto dirigido por Markarian dio una prueba de fe con vistas a las próximas eliminatorias con la esperanza firme de volver a disputar una Copa del Mundo tras 32 años cuando todavía Cubillas, Uribe, Oblitas y Chjumpitaz daban muestras de su talento en la selección de la banda roja.
Sorprendió que Paraguay ante Venezuela haya dispuesto casi el mismo planteo que frente a Brasil tomando muchos recaudos para anular a Arango y Rondón, lo que presagiaba que este encuentro no sería similar al de la primera rueda. Sin embargo y pese al arranque inicial de los guaraníes ello la selección “vino tinto” se las ingenió para crear alguna posibilidad en un partido soporífero para los pocos hinchas que además tuvieron que soportar una temperatura bajísima en la ciudad de Mendoza. Queda para la polémica el gol anulado a Vizcarrondo por offside de Rondón que a criterio del árbitro mexicano molestó al arquero Villar.
Sin goles se fueron a la prórroga donde se vieron las mejores acciones de los venezolanos ayudados por la expulsión de Santana. Fue así que primero Miku y luego Arango de tiro libre estrellaron dos remates en los palos y Villar detuvo todo lo que le tiraron cuando los caribeños intentaban la arremetida final. No hubo caso y se llegó a los penales donde todos los paraguayos convirtieron y el arquero Villar fue nuevamente el héroe de la noche al contener el débil remate de Lucena. No nos detendremos en los incidentes provocados al final del encuentro cuando jugadores de ambos equipos emprendieron una feroz gresca que puede derivar en la suspensión de algunos jugadores guaraníes para la final, solamente manifestar que es deplorable.
Los guaraníes arriban a la final sin haber ganado ningún partido en tiempo reglamentario en un hecho que no registra precedentes (1) .

Venezuela se va con la amargura de saber que cuando se lo propuso y encontró los espacios puso en aprietos al conjunto guaraní, pero con la firme convicción de que se encuentra en la buena senda y por primera vez en su historia ha dejado de ser promesa para convertirse en realidad el sueño de pelear por la clasificación a un Mundial.
La final difícilmente sea desde el plano técnico admirable por los que ambos equipos proponen, pero desde el punto de vista táctico puede resultar muy interesante y si se produce rápidamente la apertura del marcador el partido puede ganar en intensidad y emociones cuando el equipo que se encuentre en desventaja tenga que ir a buscar el empate. En el caso que no aparezca el primer gol, el match puede resultar muy enredado puesto que ninguno de los dos equipos está acostumbrado a ceder ventajas.
Para entender un poco más lo afirmado anteriormente es necesario retroceder cronológicamente para revisar las anteriores instancias donde se dieron resultados inesperados de acuerdo a lo visto en cada uno de los compromisos.
Un viejo dogma marino sentencia que el pez grande se come al más pequeño. Por lo tanto y para evitar esa ley natural de la supervivencia, el más chico debe protegerse del ataque mortal del más imponente.
Hasta donde se puede estirar el límite entre un planteo defensivo con la necesidad de obstruir lo que pretende crear el rival y la necesidad propia de obtener la ventaja? La historia del fútbol nos ha demostrado con los años que es más fácil defender que atacar sobre todo cuando se encuentran los jugadores y el sistema adecuado para llevar a cabo un planteo defensivo eficaz. Pero también aparecen jugadores dispuestos a romper todos los esquemas defensivos haciendo lo imprevisible y surgen técnicos audaces que de acuerdo a las cualidades de sus cracks privilegian el ataque aunque sin descuidar el aspecto defensivo. Sin dudas esto requiere mucho trabajo y tanto a Batista como a Menezes, que disponen de jugadores para romper esquemas le ha faltado tiempo para desarrollar sus ideas futbolísticas, por eso han cometido errores de improvisación que ante equipos con más oficio fueron fatales aunque la diferencia se haya dirimido desde el punto del penal.
Los cuatro enfrentamientos de cuartos de final tuvieron un denominador común: los seleccionados que propusieron la ofensiva y no pudieron capitalizarla en el arco contrario, ya sea por fallas propias en la definición o brillantes performances de los arqueros rivales, terminaron enredados en una especie de telaraña que impusieron los equipos más modestos con el firme propósito de frenar a las dos potencias máximas del certamen (Argentina y Brasil) y a los dos mejores equipos de la primera fase (Colombia y Chile). La clave era que cuanto más se estiraba un partido más chances tenía el equipo más modesto de clasificar a la próxima etapa, más aún si se llegaba a los penales.
No pretendo menoscabar a los finalistas (Uruguay y Paraguay) con este comentario, sus seleccionados tienen una identidad y un trabajo serio de sus entrenadores desde antes del Mundial de Sudáfrica donde han obtenido resultados que inclusive superaban sus expectativas, pero también es cierto que en el campo de juego se supieron técnica y colectivamente inferiores a Argentina y Brasil respectivamente apostando a un buen planteo táctico y a la estrategia adecuada no solo para “trabajar” los partidos extendiéndolos más allá de los 120 minutos sino también sino también para rearmarse y sobreponerse a lesiones y expulsiones sobre la marcha sin verse desarticulados en su esquema.
Si bien era factible que Uruguayos y Paraguayos accedieran a las semifinales, lo que nadie podía imaginarse antes de esta Copa era que Venezuela y Perú llegarían a esta instancia, sobre todo teniendo en cuanta la buena impresión que habían causado en su primeras presentaciones los representativos de Colombia y Chile.
Venezuela ha cambiado su mentalidad desde aquellos años en los cuales José Omar Pastoriza dirigió la eliminatoria para el Mundial 2002, pasando por el crecimiento durante la etapa de Richard Páez que incluyó la clasificación a cuartos de final de la Copa América en su propia tierra durante 2007, y llegando a esta confirmación con el trabajo de César Farías quien pretende seguir haciendo historia.
El caso de Perú es el más inexplicable desde el argumento lógico, puesto que un equipo que finalizó en los últimos lugares de la eliminatoria al último Mundial pudo recomponer su imagen futbolística con una combatividad inusitada sobreponiéndose a las importantes ausencias de Farfán y Pizarro, mostrándose ordenado y cauteloso defensivamente y letal en la ofensiva. Sin dudas la influencia del técnico Sergio Markarian fue decisivo para este renacer de los incaicos.
Pero trataremos de analizar sintéticamente cada uno de esos partidos para tratar de entender la inextricable realidad.
A Colombia le costó encontrar claridad en mitad de cancha con la línea de cinco volantes dispuesta por Markarian donde Advíncula y Chiroque impidieron las proyecciones de Zuñiga y Armero y Vargas jugaba sobre las espaldas del robusto Sánchez mientras Guerrero peleaba todas las pelotas que llegaban al área.
Colombia chocaba una y otra vez sin ideas contra una defensa firme. Solo Dayro Moreno inquietaba con sus tiros de media distancia entre los cuales unos de ellos pegó en un poste al igual que otro disparo de Guarín. A través de un foul sufrido en el área por Moreno, Radamel Falcao, de errática tarde se, encargó de desviar el penal. A partir de ese momento Colombia fue más tibo, Perú se animó y tibiamente se fue adelantando ante la impotencia de su rival manejando la pelota a través de Vargas y el ingresado Lobatón. El “bolillo” Gómez hizo ingresar a Rodallega para definir el partido, pero no se pudo desnivelar y se fueron al tiempo suplementario.
Fue así que en un tiro de esquina a favor de Perú, el arquero Martínez salió a despejar muy lejos de la portería perdiendo el equilibrio, la pelota le cayó a Lobatón quien desde casi 30 metros y con gran precisión clavó la pelota en un ángulo provocando la sorpresa y el estupor de los cafeteros.
Colombia buscó desesperadamente el ataque, pero no contó con un nuevo regalo de su propio arquero para los peruanos al entregar una pelota corta en la salida que Guerrero aprovechó y tras gran maniobra personal cedió a Vargas que colocó el 2-0 final.
Argentina y Uruguay protagonizaron un adelanto de final por la forma en la cual disputaron su encuentro. Mejor Argentina en la calidad técnica y circulación del balón. Más firme Uruguay en la merca y con buena presencia física en los tiros libres a través de Lugano y Cáceres. Por esa vía llegó la apertura: tiro libre de Forlan, Cáceres la cabecea con llamativa facilidad y el “gallego” Pérez toma libre por la izquierda el rebote del arquero Romero para silenciar el estadio de Santa Fe apenas a 5 minutos del comienzo.
Argentina reaccionó rápidamente con la recuperación de Mascherano, la distribución de Gago, la habilidad de Messi recostado sobre la derecha enganchando hacia adentro y la velocidad de Di María y Agüero. Pero fue Higuaín quien de cabeza y aprovechando un perfecto centro de Messi batió a Muslera colocando el empate. De allí hasta el final de la primera etapa se pudo observar el mejor repertorio de la selección argentina tocando, gambeteando, aunque creando pocas ocasiones de gol y la ofuscación de los orientales que se tradujo en violentos fouls y que terminó con tres tarjetas amarillas y el “gallego“ Pérez expulsado a poco de culminar la primera etapa por cortar una jugada de contraataque. A pesar de todo Lugano tuvo la más clara oportunidad impactando un cabezazo en el travesaño.
Argentina no pudo capitalizar durante el segundo tiempo la ventaja numérica, Messi se tiró al medio para permitir la subida de Zabaleta, pero Gago no tuvo el protagonismo de la primera etapa, Uruguay redobló esfuerzos con Arévalo Ríos, y los Álvaros (González y Pereira) defendiendo y progresando en el terreno. Los pelotazos para Suárez de punta aunque saliendo del área y Forlan que retrocede para volantear no pueden ser controlados por los defensores argentinos que cometen una falta tras otra. Pastore y Tévez ingresan por los inexpresivos Di María y Agüero para tratar de dar la estocada final. Sin embargo la expulsión de Mascherano por doble amarilla y algunas apariciones fugaces del arquero Muslera impiden el desnivel y terminan los 90 minutos con susto para el local, pues Forlan no puede cabecear bien un centro de Suárez . Ahora son 10 jugadores por equipo y a excepción de Zanetti todos los defensores argentinos están amonestados.
En los 30 minutos de tiempo suplementario Argentina se muestra mejor, pero Uruguay resiste y Suárez resulta una pesadilla para Burdisso y Milito. Entran Gargano y Eguren por los extenuados Alvaro Pereira y Arévalo Ríos en Uruguay, Biglia por Gago lesionado es la apuesta de Batista. Argentina crea las mejores chances con un remate en el palo de Higuaín y una tapada final de Muslera ante gran acción individual de Messi al filo de los penales.
En los penales Uruguay convierte todos y Muslera le tapa el penal a Tévez para conseguir la ansiada clasificación ante el júbilo de más de 5000 compatriotas en el estadio de Colón de Santa Fe.
Argentina culmina con otra decepción a la cual nos tiene acostumbrados desde 1993 hasta ahora. Sin dudas se buscarán culpables, se discutirá si fue o no un fracaso, se analizarán rendimientos, se juzgará si el cuerpo técnico está a la altura de las circunstancias, se propondrán nombres y alternativas. La actuación Argentina en esta Copa América se apoyó en conceptos que el técnico quería transmitir pero que no se advirtieron en el terreno de juego. Cuando las cosas no funcionaron se apeló a un plan B que funcionó con un rival como Costa Rica, pero ante un real candidato al título fracasó. La selección albiceleste lució una vez más como un cúmulo de individualidades dispersas en el campo de juego que debían moverse en lugares y situaciones donde no estaban acostumbrados y se sentían incómodos, primando lo individual sobre lo colectivo.
Párrafo aparte para la defensa argentina convertida en un tembladeral en cada pelota aéra, manifestando gran torpeza en la marca individual, fallas de sincronización y falta de timming en los cierres. SI se pretende seguir con estos defensores se deberá trabajar mucho.
Lo cierto es que las eliminatorias comienzan en Octubre y la paridad de esta Copa hace presagiar que serán muy complicadas si no se tienen los fundamentos futbolísticos para asumir cada compromiso con la seriedad necesaria y si no se diseña una estrategia acorde.
Brasil jugó el mejor partido del torneo ante una ultradefensivo Paraguay que hizo recodar el partido frente a Japón por los octavos de final del pasado mundial de Sudáfrica. Martino dispuso un cuadrado en el mediocampo compuesto por Vera, Cáceres, Estigarribia y RIveros muy cerca de la línea de cuatro defensores con el propósito de cortar el enlace futbolístico entre Ganso y Robinho e impedir la subida por los laterales de Maicon y André Santos.
Le costó a Brasil manejar la pelota y llegar con posibilidades, pero de a poco Robinho se convirtió en el organizador y Neymar en el ejecutor aunque la buena tarea del arquero Villar y las fallas en la definición del delantero del Santos impidieron la ventaja en el marcador.
Paraguay con una aporte nulo en ofensiva y mucha lucha y fervor en el mediocampo llevó el partido al final del tiempo reglamentario y sin goles.
En el alargue siguió siendo el conjunto verdeamarelho el dominador de las acciones, pero nunca pudo doblegar a la fuerte defensa guaraní ni mucho menos a su entonado arquero.
Se fueron expulsados Alcaraz y Lucas Leiva por un tumulto, entraron jugadores de recambio, pero no se pudo modificar el marcador.
En la definición por penales ocurrió un hecho que este autor no recuerda haber visto u oído jamás: que un conjunto brasilero haya errado los 4 penales que ejecutó (2 desviados, uno en el poste y otro atajado). Estigarribia y Riveros convirtieron para Paraguay y Brasil se fue con las manos vacías y argumentando que el estado del terreno en el punto del penal era poco menos que deplorable y que el suelo no estaba firme, razón por la cual los pedazos de panes de césped se levantaban. Paradójicamente los Paraguayos también patearon desde el mismo sector y tuvieron menos inconvenientes.
Brasil demostró que tiene un gran potencial con estos jóvenes, pero que todavía les falta un trecho para destacarse internacionalmente con los cual no es muy descabellado pensar que Kaká, Luis Fabiano, Baptista y porqué no Ronaldinho y Adriano puedan tener alguna oportunidad en el scratch.
La sorprendente Venezuela dejó en el camino a la selección chilena que venía produciendo destacadas actuaciones en el partido más intenso de los cuartos de final.
Una multitud de chilenos cruzó la cordillera para alentar a su equipo en el coqueto estadio de San Juan esperanzados en llegar a las semifinales de esta Copa, pero la realidad les jugaría una mala pasada.
A pesar de ser un equipo técnicamente inferior, los caribeños jugaron prácticamente de igual a igual destacándose la precisión de Arango que casi sobre el final del primer tiempo lanzó un tiro libre que cabeceó Vizcarrondo al arco decretando el 1-0.
Con la entrada de Valdivia por Carmona en la segunda etapa, Chile se convirtió en una tromba. Pero el arquero Vega, Perozo sobre la línea y el travesaño les negaron la chance a los andinos. Hasta que promediando la segunda etapa Suazo tras una bonita jugada de Alexis Sánchez consiguió el empate. Parecía que el envión favorecería a Chile, pero a diez minutos del final otro tiro libre de Arango fue mal despejado por el arquero Bravo que no pudo retener la pelota sirviéndole el rebote a Cichero que no tuvo problemas en colocar el 2-1.
La expulsión de Gary Medel le puso más dramatismo al encuentro con todo Chile lanzado ferozmente al empate dejando enormes espacios para los contraataques que Venezuela no pudo aprovechar para liquidar el partido. Así la selección venezolana se convirtió en el único semifinalista que solamente necesitó 90 minutos para despachar a su rival.
Para Chile queda la esperanza de seguir por el camino que iniciara Marcelo Bielsa y ahora continúa Claudio Borghi. Se ha mostrado como uno de los equipos más ofensivos de la Copa, pero deberá mejorar defensivamente, sobre todo en retroceso y algunos de sus jugadores como Vidal, Beausejour o Medel deberán atemperar su carácter y su vehemencia cuando los partidos se complican.
El domingo tendremos un nuevo campeón de la Copa más antigua que se juega en Sudamérica. El Mundial 2014 lentamente asoma en el horizonte, los candidatos para clasificar hicieron su aparición en los últimos 20 días por Argentina. Todos tienen chances, pero las eliminatorias son muy extensas y admiten pocos errores.

(1) Argentina llegó a la final de la Copa América de Ecuador 1993 ganándole a Bolivia en el debut para luego empatar sucesivamente con México y Colombia para luego vencer en la definición por penales tanto a Brasil en cuartos de final como a Colombia en semifinales. Si bien el equipo dirigido por Alfio Basile no era tan amarrete con el espectáculo, no había lucido de la misma forma que en la Copa de Chile 1991 y recibía constantes críticas de la prensa por lo mal que jugaba.